Existen pocas faltas de respeto mayores por parte de una
Federación de Fútbol que impedirle el poder entrenar a
cualquier equipo afiliado; más si cabe si este es el primero
y más representativo de esa ciudad. Y todavía más,
llegándose así a un extremo que pocos podían pensar que
pudiese alcanzarse, cuando ese mismo equipo necesita el
campo para terminar de preparar un partido que debe disputar
un día después.
Existen pocas faltas de respeto mayores. Pero no se quedan
atrás hechos como el anunciar públicamente las ‘intimidades’
de dos equipos con los que la propia Federación especuló una
posible fusión, cuando esta sólo se basaba, como así
reconocía, en rumores. El retrasar en más de un mes la
apertura del Alfonso Murube cuando sabe que es más que
necesario para el primer equipo de la ciudad es, cuanto
menos, otra falta de respeto y de consideración no sólo para
ese club, sino para todos los jugadores que forman el equipo
(la mayoría ceutíes) que no pueden entrenar en un campo
adecuado y que convierte el sufrir lesiones en una lotería.
La Federación de Fútbol no ha ocultado en ningún momento su
animadversión contra el Ceuta y las personas que lo dirigen,
pero el denegar la solicitud del club de poder entrenar a
las 20:30 horas tras ser obligado a desplazar su horario
habitual para que la base dispute sus competiciones locales,
se convierte en una zancadilla por parte de un organismo
deportivo que debe velar, ante todo, por el fútbol.
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