Terminé el proceso de destrucción
masiva de células cancerígenas sin saber aún el resultado.
La batalla transcurre en el interior de mi cuerpo y hasta
que no se apacigüe el fragor de la misma no podrán hacerme
análisis reveladores de la situación.
En definitiva, que estoy sentado encima de una bomba nuclear
(más bien la porto interiormente) cuyos efectos ignoro.
Vamos a lo nuestro.
Las explicaciones del ministro Wert, realizadas el
miércoles, las considero portadoras de un gran cinismo
propio de quienes no tiene el cerebro cualificado como
demócrata.
¿Qué afrontemos la educación de nuestros hijos con una nueva
actitud?
¿Qué nos impliquemos más?
¿Encuentra crucial esta ‘reflexión’ porque puede recortar?
Seguiría reproduciendo cuestiones hasta el infinito, pero
paramos aquí porque estamos asistiendo a intentos de
enseñarnos un camino que sólo puede conducirnos a la
esclavitud política.
¡Será cínico!, al pedirnos que nos impliquemos más en la
tarea de hacernos ver la importancia que tiene una buena
formación para el futuro de nuestros hijos…
Vamos a ver: nos ponen de patitas en la calle (despidos);
nos recortan el subsidio de desempleo; nos desahucian al
buen tuntún; meten el miedo en el cuerpo de los
pensionistas, jugando con las pensiones, sin pensar que
muchos pensionistas tienen hijos en edad escolar; recortan
personal de múltiples instituciones; despiden a
profesoras/es, maestra/os y monitoras/es; cierran centros
escolares en pueblos y en ciudades…
En definitiva: nos joden a todos los ciudadanos que no
disponen de medios económicos en paraísos fiscales.
¿Cómo quiere, señor ministro, que nos impliquemos más en la
educación de nuestros hijos?
Como no sea que empecemos a destruir los centros de
producción de videojuegos; los centros de emisión televisiva
de dibujos animados; que nos abonen una tasa o prestación
por cuidar a nuestros hijos y mandar a la porra nuestros
empleos…
¿Si se mejora el rendimiento en matemáticas, lectura y
escritura, el país logrará aumentar su productividad?
¿Así que José Ignacio Wert considera ‘crucial’” esta
reflexión porque demuestra que se puede recortar?
¿No puede exigir que los responsables de la educación sean
más exigentes con la misma?
¡Pero, hombre!, si muchas familias no alcanzan ni para
comprar este periódico… ¿cómo quiere que gasten un pastón en
los libros escolares?
Cuando la realidad está ahí presente: muchos niños carecen
de libros de texto y demasiados están pasando hambre en las
aulas.
De hecho, está demostrado que más de dos millones de menores
de edad forman parte de familias que están situadas por
debajo del umbral de la pobreza… ¡reflexione, hombre,
reflexione!, pero no de la manera que Vd. reflexiona, señor
ministro.
Si el primer interés de las familias es encontrar algo con
que meter en la boca de sus hijos… ¿cómo quiere que se
esfuercen en algo para meter en la mente de sus niños?
Señor Wert, nos insulta descaradamente por llamarnos
‘radicales’ e ‘irresponsables’, cuando a su familia no le
faltará absolutamente nada de nada y cuando Vds., señores
del Gobierno incluido Vd., se desviven por sanar
económicamente a quienes no necesitan ser sanados, solamente
con vistas a tener cubiertas sus propias espaldas, en el
futuro, con un puestecito de asesor o consejero, con sueldo
millonario y sin incompatibilidad alguna.
En fin, la vida sigue y yo también de momento.
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