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OPINIÓN - VIERNES, 19 DE OCTUBRE DE 2012

 

OPINIÓN / PERSONAL Y TRANSFERIBLE

El Padre Salvador Pons, ejemplo
de apostolado y dotes pedagógicas

 


Domingo Ramos
domingoramos@elpueblodeceuta.com

 

Corrían los años cuarenta cuando en nuestra más tierna juventud conocimos al padre Pons, párroco (si así se le puede llamar) a este sacerdote que apareció por Tetuán (Marruecos) en los años treinta y que, en los bajos de una vivienda de no muy extensas dimensiones, fundó una iglesia y, al mismo tiempo, un aula escolar donde daba clase a todos los niños, sin distinción de raza o de religión, del Barrio de Málaga, donde ubicó su sede. Mucho después, en los años cincuenta, se construyó una nueva iglesia, llamada de San Antonio.

El padre Salvador Pons Tur, (según cuenta Manuel R. Pazos, O.F.M.) sacerdote católico y filántropo (según el vocablo de origen griego “amor al género humano”), llega a Marruecos, concretamente a Tánger, con 26 años, recién ordenado sacerdote donde desempeñó su labor docente hasta el año 1926, veinte años después de su llegada a Marruecos, donde fue puesto al frente de las escuelas de la Misión Católica de Tetuán en atención a su magníficas dotes pedagógicas.

En 1926 se le encargó, veinte años después de su llegada a Marruecos, al frente de las escuelas de la Misión Católica de Tetuán, y es aquí donde desarrolla sus dotes pedagógicas que le convirtieron en uno de los grandes pedagogos del siglo XX. Naturalmente, alternaba su dedicación docente con las propias de su condición sacerdotal: su apostolado en los barrios extremos. Enseguida observó la necesidad de establecer una iglesia y una escuela en la “Barriada de Málaga”, que así se llamaba el lugar ocupado por aquel entonces por modestísimas familias españolas, muchas de las cuales vivían en miserables barracas. Tras enormes trabajos, logró inaugurar una modesta iglesia en el año 1938, de la que fue nombrado párroco. Mas tarde, esta capillita (de la que hemos dado referencia anteriormente) se transformó en el templo de san Antonio ya en 1945.

Aparte de su función docente, el Padre Pons se preocupó de la atención a desvalidos y menesterosos procurando una formación a los niños de clases mas modestas, lo que le llevó a desarrollar técnicas pedagógicas innovadoras para la época. En tiempos en que la enseñanza primaria no era obligatoria, puso todo su empeño para que los menores que a veces tenían que ayudar al sostén de la familia trabajando como aprendices en talleres o fábricas, tuvieran al menos la formación primaria suficiente para no ser considerados analfabetos, procurándoles también la alimentación básica para su subsistencia. (En este punto hay que hacer justa mención a don Antonio Pinzón, propietario de la única panadería del Barrio, y otros comerciantes, que de manera desprendida colaboraban con la entrega del alimento básico y demás viandas para el sustento de los niños a los que atendía).

Hay que reconocer que el trabajo durante tantos años a favor de la enseñanza le habían hecho merecedor al reconocimiento de las autoridades de Marruecos. No solo era poseedor de la Medalla de África y de la Orden del Mérito Civil, la Encomienda de Alfonso X el Sabio, sino que ya en 1937, cuando se aprobó la creación del grupo escolar de Sidi Talha, se decidió que llevara su nombre.

El titular de esta breve semblanza, el Padre Salvador Pons Tur, falleció en Tetuán (Marruecos), el 3 de diciembre de 1956, donde está enterrado. A su sepelio acudió todo el Barrio de Málaga, miles de tetuaníes y, entre ellos, los representantes de diversas organizaciones religiosas. La presidencia oficial la ostentaban el Obispo de Fussala Monseñor Aldegunde, el cónsul de España Marqués de Patiño, además de otras autoridades civiles y militares. Sidi el Hach Mohamed Benyelum, jefe de la secretaria del embajador de Marruecos en España que asistió en representación de Sidi Abdeljalak Torres, Administrador de la Zona Norte de Marruecos, una vez reconocida a este país su independencia, quienes evidenciaron la gratitud que sentían los miles de marroquíes y españoles que se habían beneficiado de su labor docente.
 

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