Los taxis “piratas” están siendo el verdadero “caballo de
batalla” del sector del taxi y, en menor medida, de la
propia empresa de autobuses, que ven cómo su clientela
potencial se ve mermada, con la intervención clandestina de
quienes le “roban” pasajeros con destino a la frontera del
Tarajal a diario. Una actividad clandestina que está siendo
perseguida y que, con identificación de matrículas
concretas, da lugar a que la Policía Local trabaje sobre
seguro en la identificación de los infractores. Sin embargo,
tras cada redada, a los quince dias, vuelve la actividad. Es
un fraude que no cesa.
Se conocen con detalle cuáles son las zonas en las que los
denominados “taxis piratas” trabajan para captar una
clientela que, se considera fiel, impidiendo a los taxis y
al servicio urbano de autobuses (con línea en toda la
ciudad), que recojan a una serie de personas que contribuyen
a estimular el tráfico de una economía sumergida y
competencia desleal, que tiene muy contrariado al sector. Un
colectivo, el del taxi y el de la empresa de autobuses que,
en más de una ocasión han expuesto sus quejas a las
autoridades de la ciudad y han mantenido diversas reuniones
para normalizar una situación que se les escapa de sus
competencias y que repercute, negativamente, en sus
negocios.
Así las cosas, conocemos que se ha hecho acopio de una serie
de matrículas para identificar a los “piratas” y se le ha
dado traslado, tanto a la vicepresidenta primera de la
Asamblea, Adela Nieto, competente en este área, como a la
jefatura de la Policía local, para se “desmonte” esta trama
que, cada vez que sufre una redada, permanece inhábil una o
dos semanas, aunque después vuelve a las andadas.
La mayoría de las matrículas que operan en estas condiciones
son de vehículos particulares de Marruecos, que vienen a
echar el día en Ceuta. de manera que, con cuatro o seis
viajes, obtienen los beneficios diarios suficientes como
para obtener una rentabilidad.
Los puntos “calientes”, a los que ha tenido acceso este
periódico por las informaciones facilitadas son los
siguientes: Avenida Reyes Católicos, en la zona del Morro
frente a Nueva Galería, en las Puertas del Campo donde se
encuentra el arbolando cercano al mismo Cuartel de la
Policía local y antes de llegar a la zona de la biblioteca
municipal, en Varela, en las cercanías de Eroski próximo a
la parada de taxis y donde está la parada de autobus, en la
puerta del supermercado Lidl, y del supermercado Día.
Hasta estos sectores llegan o bien vehículos particulares o
pequeñas furgonetas que transportan a cinco o seis personas
o monovolúmenes con nueve o diez usuarios, que a un euro por
plaza para el trayecto a la frontera del Tarajal,
proporcionan buenos beneficios, a base de cuatro o seis
viajes diarios. Si el trayecto es más corto que el
mencionado, se suele cobrar la mitad, es decir, 0,50 euros
por ocupante. Los portes se hacen entre las 15,30 horas y
las 17,30 horas, se dirige a un cliente fidelizado que ya
conoce la “mecánica” y las esperas son, habitualmente en
paradas de autobus y de allí a la frontera. En la zona del
puerto también suelen merodear, aunque con mucha más
precaución, porque si se ven sorprendidos, el riesgo que
entraña es precitado del vehículo y retirada del mismo.
La situación se va agravando, según quienes nos cuentan
detalles confidenciales de este mercado “negro” de negocio
clandestino. “Ahora en época de crisis, cuando el hambre
aprieta, todo el mundo quiere comer”, nos dicen. En
cualquier caso, los beneficios suelen oscilan entre 15 y 20
euros asumiendo unos riesgos que conllevan unos graves
perjuicios.
Por el momento, se han facilitado en los últimos días un
total de nueve matrículas que desarrollan esta actividad
ilícita; la mayoría de vehículos procedentes de Marruecos,
aunque también hay alguno de Ceuta. Este tráfico ilegal de
pasajeros con beneficios comerciales se está siguiendo por
parte de la Policía Local. No se olvide que, los mejores
cómplices en esta misión son aquéllos que se ven afectados y
perjudicados con esta actividad de negocio precario y
continuo y que requiere de un par de horas.
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Un negocio de escasa rentabilidad y mucho riesgo
La actividad de los taxis
“piratas” con un beneficio diario que oscila entre los 15 y
los 20 euros, por dos horas de trabajo, si bien es un
negocio modesto, entraña unos riesgos que no se corresponden
con su rentabilidad. El precintado y retirada del vehículo
en caso de descubrirse el fraude (que hay que coger con las
“manos en la masa”, cosa que no resulta fácil) es
proporcionalmente mucho mayor que lograr 450 o 600 euros
mensuales, si bien es verdad que este trabajo es sólo de dos
horas y no requiere un esfuerzo excesivo, máxime cuando ya
se cuenta con una clientela fidelizada que aguarda en los
lugares estratégicos y previamente convenid os, al taxi
“pirata” para alcanzar la frontera marroquí.
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