El arquitecto de la Ciudad y director de la obra de
‘consolidación, restauración y adecuación a la vista
pública’ del conjunto histórico de la Puerta Califal, Javier
Arnáiz, señala como principal motivo de la modificación del
proyecto la aparición de “un hojaldre de muros” donde el
plan original preveía uno solo. Ahora, con el inicio de las
obras, se ha descubierto que hasta llegar a la Puerta
Califal, situada en el interior de las Murallas y del
Parador Nacional, “hay cuatro páginas de lectura histórica”.
Ahora, los responsables de la obra se plantean, en palabras
de Arnáiz, “cómo conservar el máximo de elementos que han
aparecido sin menoscabo del objetivo principal del
proyecto”, que es, recuerda, hacer visitable la puerta de
época Omeya y el conjunto interior que conforma con
paramentos y bóvedas de otros periodos.
Todo ello está pendiente del visto bueno de la Comisión de
Patrimonio para establecer los “criterios” a seguir en la
ejecución de la obra, “un ciclo rápido”, según lo define el
arquitecto, puesto que este órgano colegiado se reúne al
menos una vez al mes. “Además, hay reuniones semanales con
la consejera de Cultura para mantenerla informada de la
evolución del proyecto”, apunta Arnáiz.
Los últimos hallazgos no han hecho sino “confirmar”, asevera
el arqueólogo Fernando Villada, que se trata de “un
monumento muy complejo, de un enorme interés, con una serie
de fases que cada vez conocemos mejor y que siguen
sorprendiendo”.
Las obras fueron adjudicadas a la empresa Jomasa el 30 de
mayo pasado con un presupuesto de 1,6 millones de euros y un
plazo de ejecución de 20 meses. El 75% de la financiación
corre a cargo del programa del 1% Cultural del Ministerio de
Fomento.
La superficie de actuación es de 6.384 metros cuadrados y su
ámbito se circunscribe al Frente de Tierra de las Murallas
Reales. Según el proyecto original de José Pedro Pedrajas,
arquitecto de la Consejería de Fomento, el conjunto de la
Puerta Califal (del siglo X), será accesible desde la parte
superior de las Murallas Reales. A través del adarve se
contempla una escalera en varios tramos que permitirá al
vistante atravesar el dintel de la puerta construida hace
1.200 años por la dinastía de los Omeya. Para llegar hasta
la cubierta de las Murallas y el Parador, en cuyo interior
se encuentran los vestigios históricos, se diseñó un acceso
por la calle Edrissis, junto al puente del Cristo.
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