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sociedad - DOMINGO, 14 DE OCTUBRE DE 2012


comandancia de la guardia civil en ceuta.

reportaje
 

La Guardia Civil ha cumplido ya 114 años de presencia en Ceuta

La primera unidad con residencia fija en Ceuta
fue creada por orden circular del Ministerio de la Guerra en el año 1898 y estuvo al mando del primer teniente José Leardi de los Santos Reyes
 

CEUTA
El Pueblo

ceuta
@elpueblodeceuta.com

E l experto Jesús Núñez es el autor de una semblanza sobre los orígenes de la presencia de la Guardia Civil en Ceuta. Por Real orden circular del Ministerio de la Guerra, de fecha 1 de julio de 1898, se creó para prestar su servicio peculiar la primera unidad de la Guardia Civil con residencia fija en Ceuta, siendo su jefe el primer teniente José Leardi de los Santos Reyes. Ésto es, la Guardia Civil está situada en Ceuta oficialmente desde hace 115 años.

La Guardia Civil llegó por primera vez al norte de Africa en el mes de noviembre de 1859 al objeto de prestar el denominado servicio de campaña o policía militar en las fuerzas expedicionarias españolas que allí se proyectaron con ocasión de la denominada Guerra de Africa, regresando a la península una vez finalizada la misma en la primavera del año siguiente.

Hubo que esperar hasta la Guerra de Melilla en 1893 para que la Guardia Civil volviera al norte de Africa acompañando nuevamente a los ejércitos expedicionarios, si bien esta vez, finalizado el conflicto, una sección se quedó destacada en dicha plaza española prestando el servicio peculiar del Instituto.

Dos años más tarde y a propuesta del comandante general de Melilla, una Real Orden de 7 de marzo de 1896, confirmada por otra de 22 de septiembre, aprobó presupuestariamente la presencia de una Sección fija de la Guardia Civil, compuesta por 1 segundo teniente, 1 sargento, 2 cabos, 2 guardias primeros y 20 guardias segundos, que continuaría dependiendo de la Comandancia de Málaga y afecta a su 16º Tercio.

Todavía para entonces ninguna unidad del Instituto se encontraba destacada en Ceuta si bien había sido solicitada su presencia por los comandantes generales de la época, al objeto de reemplazar a los efectivos militares del Cuerpo de Orden Público que por entonces asumía misiones similares.

Viéndose el buen rendimiento de dicha Sección en Melilla se decidió, con ocasión de un aumento de 3.461 hombres en los presupuestos del año económico 1898-99 para la Guardia Civil, que alcanzaba así una plantilla de 18.970 hombres, la creación mediante Real Orden circular del Ministerio de la Guerra de 1 de julio de 1898, una Sección fija en la plaza de Ceuta.

Dicha unidad, mandada por el primer teniente José Leardi de los Santos Reyes, se componía de 1 sargento, 2 cabos, 2 guardias primeros y 30 guardias segundos de Infantería. Pasó a depender de la Comandancia de Cádiz, mandada por aquel entonces por el teniente coronel Manuel de la Barrera Caro y Fernández, veterano de las campañas de Cuba, quedando encuadrada a su vez en el también recién creado 18º Tercio cuya cabecera se había ubicado en la capital gaditana y para cuyo mando fue destinado el coronel José Luis Gay González, veterano de las campañas de Filipinas.

Ello motivó al día siguiente, mediante otra Real Orden de 2 de julio, la supresión de la sección de Orden Público que hasta entonces existía en Ceuta, pasando el oficial y tropa que la constituían a sus respectivos cuerpos militares de procedencia y debiendo entregar su acuartelamiento a la nueva sección de la Guardia Civil.

Las múltiples competencias que empezó a asumir en Ceuta y su extenso campo exterior al suprimirse la Sección de Guardabosques, motivaron que poco tiempo después se convirtiera en Compañía, que mandada por el capitán Eugenio Moro Pacheco, veterano de Cuba, pasó a ser la 40 de la Comandancia de Cádiz. Así por real orden circular de fecha 23 de abril de 1900, se fijó su plantilla en 1 capitán, 2 primeros tenientes, 1 segundo teniente, 5 sargentos, 4 cabos, 4 guardias primeros y 50 guardias segundos .

Por real orden de 30 de marzo de 1901, confirmada por otra de 3 de junio, se estableció que a partir de la revista del mes de abril, la plantilla del personal de tropa de la Compañía de Ceuta aumentara ligeramente, quedando fijada en 2 sargentos, 8 cabos, 3 cornetas, 4 guardias primeros y 48 guardias segundos, manteniéndose el mismo número de oficiales.

Sin embargo poco después y como consecuencia de las necesidades de aumento de plantilla surgidas en las comandancias de Huelva, Jaén y Orense se dictó una real orden circular de 12 de octubre de 1901, mediante la que se reducían drásticamente los efectivos del Instituto en Ceuta, a una Sección de Infantería que quedó con una plantilla compuesta por 1 primer teniente, 1 sargento, 2 cabos, 1 corneta, 2 guardias primeros y 24 guardias segundos.

A pesar de ello, la presencia de la Guardia Civil en Ceuta se siguió mostrando muy eficaz tanto en el mantenimiento de la seguridad pública como en la represión del contrabando de armas y cualquier otra actividad ilegal, prestándose asimismo el servicio de policía militar a las unidades del Ejército que allí se encontraban.

Ejemplo de ello es la constancia en 1911 de dos felicitaciones del teniente general Vicente Martítegui y Pérez de Santa María, director general de la Guardia Civil, por otros tantos servicios relevantes que tuvieron por principal protagonista al primer teniente Arturo Blanco Horrillo, quien acompañado de dos de sus guardias, se internó en territorio enemigo para recuperar varias cabezas de ganado que le habían sido sustraídas al Ejército volviendo a Ceuta con ellas así como por la detención de un indígena que se dedicaba a falsificar moneda española de dos y una peseta.

Siempre según los datos compilados por Jesús Núñez, en 1912 y tras reiteradas peticiones del comandante general de Ceuta ante el Ministerio de la Guerra, la situación creada por las operaciones militares llevadas a cabo en la región del Kert y la inminente implantación del Protectorado de España en Marruecos, se concedió por una real orden circular de 1 de junio, un aumento de 40 guardias civiles más de Infantería para prestar servicio. De esta forma volvió a constituirse en Ceuta una compañía de la Guardia Civil, que pasó otra vez a ser la 4ª de la Comandancia de Cádiz.

La plantilla de dicha unidad quedó fijada en 1 capitán, 2 primeros tenientes y 1 segundo teniente, siendo todos ellos plazas montadas, así como 3 sargentos, 6 cabos, 3 cornetas, 4 guardias primeros y 54 guardias segundos, es decir en total 74 hombres, efectivos todavía insuficientes para las misiones y competencias encomendadas. Los dos nuevos oficiales fueron el capitán Juan Vara Terán y el primer teniente Isidoro López de Haro.

Dicho aumento no implicó variación en la plantilla presupuestaria general del Instituto sino que motivó la disminución de las plantillas de otras unidades. Concretamente estos dos nuevos oficiales se obtuvieron del Negociado de Incidencias de Ultramar mientras que el resto de las clases y guardias se dedujeron de las comandancias peninsulares.

El capitán Vara, con su plana mayor y una de las tres secciones, estableció su residencia en la misma ciudad de Ceuta. Dicha sección pasó a encargarse de la seguridad pública de la plaza y su campo exterior mientras que las otras dos procedieron a distribuirse en destacamentos por los campamentos del Ejército al objeto de prestar el servicio de campaña.

Mientras en la Península continuaban las agitaciones sociales, constantemente ensangrentadas por atentados terroristas de los anarquistas que habían asesinado el 12 de noviembre de 1912 al presidente del gobierno, José Canalejas Méndez, las tropas ceutíes del general de división Felipe Alfau Mendoza, entraban pacíficamente el 19 de febrero de 1913 en Tetuán, capital del nuevo Protectorado, siendo la Guardia Civil testigo de excepción al constituir la escolta personal de dicha autoridad militar.

Días después por Real Orden de 27 de febrero, fruto de las reiteradas peticiones de seguir aumentando la plantilla del Instituto así como consecuencia de la ocupación de Tetuán y el inicio del despliegue en el Protectorado, se dispuso que la plantilla de la 4ª Compañía de la Comandancia de Cádiz aumentase en 40 guardias civiles de Caballería y 36 caballos.

La vigilancia de la compleja orografía del campo exterior de Ceuta hicieron imprescindible poder contar con fuerzas montadas, ya que hasta entonces allí sólo los oficiales disponían de caballos para vigilar el servicio, realizándolo a pie las clases y tropa. El mando de la nueva sección de Caballería fue encomendado al primer teniente Bernardo Sánchez Visaires.

La Guardia Civil ceutí pasó a partir de entonces a estar integrada por 114 hombres: 4 oficiales (1 capitán, 2 primeros tenientes y 1 segundo teniente), 70 clases y tropa de Infantería (3 sargentos, 6 cabos, 3 cornetas, 4 guardias primeros y 54 guardias segundos ) y otros 40 de Caballería (2 sargentos, 4 cabos, 1 trompeta, 3 guardias primeros y 30 guardias segundos).

Asimismo y por primera vez se hizo constar en la mencionada Real Orden, que “la voluntad de S. M. era que todos los individuos que se destinaran a dicha compañía mixta, fueran solteros o viudos sin hijos, a excepción de los sargentos, cabos y guardias primeros, que podían ser casados, si no los hubiera solteros”. Tan curiosa disposición, estaba motivada por la dificultad que existía en Ceuta y su entorno para poder albergar a las familias y para propiciar una mayor permanencia en la unidad, ya que el personal casado al no poder llevarse allí a la familia terminaba solicitando el regreso a la Península.

Aunque la misión principal de la Guardia Civil ceutí no era la de combatir en primera línea, no dejó de distinguirse en los hechos de armas. Así por ejemplo, por su valerosa conducta en la ocupación de unas posiciones próximas a Ceuta, se concedió por Real Orden circular de 15 de abril de 1913, la cruz de plata del mérito militar con distintivo rojo al sargento Miguel García Herrera; cabos Antonio Crespo Valdivielso y José León Fardán; guardia primero Victoriano García Romera; y guardias segundos José Torres Barca, Alfonso Díaz Brosard, José Escoto Orozco, José Bailac Rodríguez, Juan Lopera Ruiz, Miguel Vázquez García, Tomás Alonso Figueroa, Francisco Ponce Gil, Jerónimo Caracuel Auñón y Ramón Peña Martín.

Poco después uno de los cuatro cabos de Caballería moría a consecuencia de las heridas sufridas el 21 de mayo en una emboscada cuando prestaba servicio nocturno de vigilancia en la carretera que unía la plaza de Tetuán con el destacamento de “El Rincón”, distante de 12 kilómetros. Se trataba del cabo Tomás Martín Sierra, un veterano y condecorado héroe de las campañas de Cuba en donde se había distinguido en numerosos combates por su acreditado valor cuando formaba parte del escuadrón de caballería de la Comandancia de la Guardia Civil de Vuelta Abajo.

Tres meses después, en la madrugada del 2 de agosto, moría en otro enfrentamiento armado el guardia civil Andrés Orellana Zamudio, quien por real orden de 30 de julio de 1914 fue ascendido al empleo de cabo por su valor acreditado.

No habían transcurrido más que quince años desde la implantación del Instituto en esa plaza africana, perteneciente a la corona española desde 1581, y ya formaba parte indisoluble de la misma.

Tales fueron los inicios de la presencia oficial por Real Decreto, de la Guardia Civil en Ceuta, que en 2012 ha cumplido sus primeros 114 años.
 

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