Un experto proisraelí en cuestiones de terrorismo de corte
islamista ha difundido un informe sobre la penetración de
terroristas infiltrados en Ceuta y Melilla. El informe,
datado en el mes de septiembre, está realizado por el
profesor Alfonso M. Becker, y se titula ‘Ceuta y Melilla,
infectadas de terroristas islámicos’. Becker es un asiduo
colaborador de opinión en el diario digital Miamidiario.com,
aunque este informe ha aparecido publicado en una página web
proisraelí, escrita en español. El autor centra su atención
en el grupo radical de la yihad islámica Takfir Wal Hijra,
que tendría implantación en Ceuta y Melilla.
Un experto en terrorismo yihadista, el profesor Alfonso M.
Becker, conocido por su marcado carácter proisraelí, ha
advertido en su último trabajo publicado el pasado mes de
septiembre en internet de la penetración de terroristas
yihadistas islámicos en Ceuta y Melilla, relacionándolos
directamente con el grupo radical de la yihad islámica
Takfir Wal Hijra. La publicación se ha realizado en una
página web de carácter proisraelí, difundida en español.
El profesor Becker es conocido en determinados ambientes
internacionales centrados en el análisis y difusión de
actividades terroristas vinculadas a la Yihad. Habitualmente
escribe artículos de opinión sobre diversos asuntos en el
diario digital Miamidiario.com, con sede en Florida, Estados
Unidos, aunque su actividad de divulgación es conocida a
nivel internacional.
Takfir Wal Hijra es un grupo surgido en 1969 en el seno de
los Hermanos Musulmanes en Egipto, y está considerado como
una de las sectas más radicales del yihadismo. Su doctrina
califica de apóstata e infiel a toda la sociedad y pregona
el retiro y aislamiento de sus seguidores para la oración y
el restablecimiento de un estado islámico.
Según Becker, la característica más relevante de los
seguidores del takfir es que pueden obviar los preceptos
religiosos del Islám: no rezar, comer carne de cerdo, beber
alcohol, vestir de manera occidental, e incluso consumir
drogas y delinquir. Todo ello iría encaminado a pasar lo más
desapercibidos posible en la sociedad occidental con el
objetivo de destruirla para implantar una forma de gobierno
basada en la sharía, así como el establecimiento de un
Califato, que primero se habría de instaurar en los países
con mayoría musulmana -gobiernos considerados como seculares
por los takfir- para extenderse al resto del mundo.
Takfir Wal Hija fue incluido en 2002 en la lista de
personas, grupos y entidades terroristas de la Unión
Europea. En esta lista y tras su actualización en diciembre
de 2011, el grupo continúa en la misma.
Becker desvela la intensa relación de trabajo en torno a
este grupo terrorista que desarrollan los servicios de
inteligencia españoles, israelíes y estadounidenses. Apunta
que, concretamente en España, se han detectado takfir en
Sevilla, Granada, Alicante, Valencia, Barcelona, Madrid,
Ceuta, Melilla y Gran Canaria. Entre los yihadistas
presuntamente vinculados a los takfir se encontrarían
Mohamed Atta (uno de los planificadores del 11-S y suicida
en uno de los aviones), Khalid Sheikh Mohammed (cerebro del
11-S y actualmente preso en Guantánamo), Abu Musab Al
Zarqawi (fallecido líder de la facción de Al Qaeda en Irak)
o Mohammed Bouyeri, asesino del cineasta holandés Theo Van
Gogh.
Según el profesor Alfonso M. Becker, el caso de los tres
ceutíes que al parecer murieron combatiendo las fuerzas del
dictador Al Assad los vincula a los takfir, “según ciertas
indagaciones”. Explica que los seguidores más fanáticos del
yihadismo tienen entre sus dogmas la ayuda en la lucha
contra “el enemigo del hermano musulmán”. Estos extremistas
consideran que “ser un buen musulmán” es “hacer la yihad”.
En este caso, luchar contra el régimen de Bashar Al Assad
“que está masacrando a la Umma”. De hecho, desde que empezó
el conflicto en Siria, este país se ha convertido en lugar
obligado para practicar la “guerra santa”.
Según el profesor Becker, “la radicalización yihadista no es
algo novedoso en Ceuta. Desde hace varios años, las fuerzas
de seguridad y servicios de inteligencia han vigilado de
cerca las actividades de presuntos individuos radicalizados
en el salafismo yihadista”. Para el experto, “tanto Ceuta
como Melilla representan un fructífero caldo de cultivo para
los takfiris. La mayoría de los musulmanes de esas ciudades
-explica- han nacido en España o son hijos de inmigrantes
musulmanes, por lo que han adoptado un estilo de vida
occidental. Conocen nuestro idioma -añade- y nuestras
costumbres, siendo los más temidos por los servicios
policiales europeos al ser tan difícil su detección en caso
de ser captado para la causa takfir”. Añade el experto que
“las detenciones de los dos yihadistas en Melilla y los
intensos rumores de la vinculación de los tres ceutíes que
fueron a hacer su particular yihad a Siria, confirma que
Takfir Wal Hijra está establecido en nuestro país”.
Indica además que “las fuerzas de seguridad deben continuar
la magnífica labor que están desempeñando en la lucha contra
este grupo terrorista tan vinculado al yihadismo.
El problema surge cuando hay que presentar pruebas precisas
al juez para poder demostrar la vinculación de estos
terroristas en delitos como el adoctrinamiento y el
proselitismo; asuntos que en las investigaciones sobre las
redes takfiris resulta sumamente complicado, debido a la
estanqueidad y la ocultación permanente en las que se mueven
los miembros de Takfir Wal Hijra”.
A finales de la década de los 60 del siglo pasado, se
constituyó en Egipto el grupo denominado Takfir Wal Hijra,
lo que para algunos analistas ha resultado ser el precursor
de Al Qaeda. De hecho, la formación de este grupo es
anterior a la consolidación de Al Qaeda en 1988. El líder,
Shukri Mustafa, estuvo recluido en prisión entre 1965 y
1971. Sintetizó su ideología llevando a la máxima expresión
la teoría takfir, argumentando que la sociedad egipcia de su
época estaba marcada por la Jahilliyyah, una especie de
estado de barbarie anterior al Islám y proclamó que “el
mundo entero está dirigido por el demonio”. Fue ejecutado en
1978 tras haber secuestrado y asesinado junto a otros
miembros de este movimiento radical a Muhammad Al Dhahabi,
ministro egipcio de asuntos religiosos. Con su muerte, lejos
de desaparecer el grupo takfir, se ha diseminado por el
mundo.
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