En el punto de mira de la crísis española uno de los
servicios básicos que está viéndose afectado es la
educación. Los Colegios de Infantil y Primaria, Adultos,
Institutos, Universidad, Conservatorios, Escuelas de Música
y Centros en los que desempeñan su labor educativa cualquier
clase de docentes, están sufriendo, no las reformas, sino
unos de los más ingentes recortes que un Gobierno, como el
actual, está desarrollando en la atención a las necesidades
en ayudas, reducción de inversiones en infraestructuras,
equipos y material, disminución de Profesorado, incremento
del número de alumnos por aulas, disminución de servicios…
Me voy a centrar especialmente en el trabajo de uno de los
pilares fundamentales de los Centros educativos, que es el
del Profesorado. En una Comunidad Educativa considero que en
primer lugar está el Alumnado, y muy cerca las Madres y
Padres. Factores decisivos que influyen en la calidad de la
educación. En otra ocasión escribiré sobre ellos. Espero que
me disculpen, pero reitero que ahora voy a tratar el tema de
los docentes.
He escuchado reiteradamente en los medios de comunicación a
determinados cargos políticos actuales: Ministro de
Educación, Ministro de Hacienda, Presidente del Gobierno… la
petición de sacrificios y de esfuerzos a las Maestras,
Maestros y Profesorado en general.
Quiero manifestar a estas altas autoridades y a la sociedad
en general, que pueden estar tranquilos. A una Profesora o a
un Profesor no les va a incentivar lo que oigan de cualquier
autoridad en el mundo de la educación. Desde el momento que
un estudiante optó por dedicarse a prepararse para ser un
futuro educador. sabía qué compromiso llevaba esta decisión.
Hace ochenta o noventa años los maestros y maestras apenas
podían comer, pero el esfuerzo, dedicación y sacrificios por
los alumnos estaba por encima de todas las dificultades. No
necesitaron el ánimo de ninguna autoridad. La motivación y
profesionalidad eran inagotables.
En la actualidad la motivación del Profesorado sigue estando
intacta. Podremos tener crisis, se llenarán las aulas,
disminuirán los recursos, pero por la mañana al llegar a
clase, la Maestra, el Maestro, el Profesor o Profesora sólo
piensa en las necesidades y en el mejor modo de atender a
ese Alumno y a esa Alumna que lo están mirando. Su
compromiso y lealtad para con todo el alumnado es infinita,
porque el incentivo, la razón de su trabajo y diría sin
deseo de exagerar, una de las principales razones de su vida
se la proporcionan sus alumnos y alumnas. La ética y la
generosidad de los docentes está asegurada. No quiero caer
en la utopía de pensar que todo el Profesorado es perfecto.
Me consta que algún pequeño porcentaje, aunque sea muy bajo,
no está a la altura de las circunstancias, pero estoy seguro
que es la pequeña excepción que confirma la regla, como
sucede en todas las profesiones.
Se producirán Reformas Educativas, no sabemos el tiempo que
durará la crisis, las dificultades puede que aumenten, pero
la integridad profesional del profesorado no se resentirá y
seguirán luchando por la mejora de la calidad de la
enseñanza, procurando que la educación que reciban sus
alumnos mejore la calidad de sus vidas y que su futuro esté
asentado en unos pilares seguros, que día tras día y año
tras año continuarán fortaleciendo sus Maestros/as y
Profesores/as.
Para terminar, no voy a pedir mejoras para la situación
personal y profesional de los docentes, que por dignidad y
esfuerzo se merecen, por supuesto como también se merecen
otros cientos de miles de trabajadores y trabajadoras de
otras profesiones; así como los millones de parados; pero si
quiero aprovechar para alzar la voz y que los dirigentes
políticos del actual Gobierno, no perjudiquen con sus
políticas obsesivas sobre el déficit, que deben corregirse,
pero no a costa del sector de la Educación, Los recortes en
este ámbito son inadmisibles, porque quienes pueden sufrir
las principales consecuencias serán los niños y niñas, el
alumnado en general. La calidad de la educación se puede
resentir y con ello la competitividad de nuestro país.
Esperemos que no se produzca esta circunstancia, pero lo que
no se agrietará y lo reitero especialmente a las madres y
padres, será la ética, profesionalidad, el trabajo denodado
y la generosidad de todos los docentes, que desde sus
puestos de trabajo constituirán la vanguardia para que los
niños y niñas, así como el alumnado en general no se vea
afectado.
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