El extracto de la cuenta del acusado fue uno de los
elementos más recurridos durante toda la vista oral. La
Fiscalía cuestionó algunos movimientos y preguntó al acusado
por qué, además de los ingresos propios del sueldo, en la
cuenta se producían todos los meses otros de cantidades que
oscilaban entre los 600 y los 2.500 euros, a veces a nombre
de su madre y otras sin pagador. En esta parte del
interrogatorio, el acusado se mostró algo desconcertado y no
supo justificar estos movimientos. Pero, más tarde en las
conclusiones finales, su abogado quiso hacer hincapié en
esta parte y aseguró que mientras la fiscal se refería a
ingresos en efectivo, estos movimientos se debían a gastos y
así se reflejaba en el extracto. Por tanto, la defensa quiso
justificar con esta vuelta de tuerca los gastos personales
de su cliente y añadió que de haber recibido sólo ingresos
la cuenta estará “más abultada” y, sin embargo, mostraba “un
saldo normal”.
Cuatro motos y un piso
Además, el abogado explicó que el origen de las compras de
una moto Honda y otra acuática se debían al cobro de una
indemnización que T.A.A. recibió como víctima de un
accidente de tráfico. El primer cobro se obtuvo en julio de
2005 y el imputado habría aprovechado para cambiar la moto
Honda que había adquirido meses antes por el nuevo modelo de
la misma. Una operación que le costaría 4.000 euros. En
2008, renovó la moto marca Honda para después comprar una
KTM que se financió a través de una empresa de crédito y el
imputado solicitó una hipoteca conjunta con sus padres para
adquirir una casa en Manilva. Además adquirió la moto de
agua con la segunda parte de la indemnización que recibió.
El abogado explicó que las disparidades de las que hablaba
Vigilancia Aduanera no eran tales y que su cliente mientras
había ingresado 148.000 euros en cinco años, los que se
investigaban en el informe, había gastado 56.000 entre la
adquisición de las motos y el pago de parte de la hipoteca y
la entrada de la vivienda. “El incremento inusual del
patrimonio no está”, alegaba la defensa para quien en este
caso no se dan los tres requisitos para acusar a alguien de
blanqueo de capitales: incremento inusual del patrimonio,
ausencia de una fuente lícita de ingresos y conexión con el
narcotráfico. Así, el acusado, que había trabajado de
gruista hasta poco antes de ser detenido en 2009 había
tenido ingresos de hasta 2.000 euros sin tener ningún gasto,
según defendían en el juicio, que ha quedado visto para
sentencia.
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