Un día más que transcurre como
ayer, como antes de ayer, y como el de más allá de antes de
ayer.
Aunque este día está más centrado, en referencia a las
noticias, en el mundo del deporte, del fútbol y el
sorprendente ascenso del Atlético de Madrid a los cielos,
solo alcanzable por las élites del balón de oro.
Sin embargo, destaco sobre todo el programa de Évole donde
va destapando, a paso de caracol, algunas posturas de gente
inmersa en el sistema financiero y en torno a la
especulación. Ante un nuevo poderío de la sempiternamente
ambiciosa Alemania, desde 2008.
Cuatro años en que los alemanes, bueno la alemana, están
constantemente exigiendo a nuestra economía tremendos
esfuerzos económicos, que pagamos el pueblo llano, para que
sus bancos tengan a tiempo los intereses devengado en
concepto de créditos a los bancos privados españoles.
Sabemos que España contribuye a las arcas del Banco Central
Europeo con un 8,40%, más o menos, de su PIB.
Eso es dinero público que, cuando se tercia, va a parar a la
banca privada que, a su vez, compra deuda soberana cuando
nuestro país, o cualquier otro país, se decide a emitirla.
¡Compran con dinero público! ¡Compran con nuestro propio
dinero!, pero los beneficios se lo llevan ellos, los bancos.
Círculo vicioso que tiene, como resultado final, hundir aún
más al país que contribuye con parte de sus fondos públicos
al enriquecimiento del sector financiero privado.
Con este sistema estamos hipotecando al país de manera
irreversible, o hasta límites irrecuperables, para que
nuestros tataranietos vean el terrorífico panorama económico
que sus ancestros les han dejado.
Opiné, en cierta ocasión, que Alemania vuelve por sus fueros
como país omnipresente, equiparable a aquel país teutón de
desalmada política nazi, aunque en esta ocasión con armas
que se llaman euros. La invasión directiva está a las
puertas de la esquina sudeste de los Pirineos.
Apoderarse de los países europeos ‘amarrados’ a la enorme
trampa llamada Unión Europea, incluida Francia, es el sutil
objetivo de la Merkel. No hay duda.
Nuestra soberanía, la del pueblo que mantiene el país, no
existe. Están pisoteándonos nuestros derechos, destruyendo
nuestras conquistas en materia democrática y social, en
suma: destruyendo todos nuestros derechos humanos y
sociales.
Nuestro Gobierno actual está entregando, en bandeja de oro,
nuestra soberanía a quienes les importan un bledo la
humanidad. Solo interesados en obtener más y más los
beneficios y/o productos que su propia codicia condiciona
entregar y con los que disponer de un terrible argumento de
presión final. Y todo ello, encima, con dinero público.
Como vemos al trasluz una velada amenaza total hacia nuestro
Estado del Bienestar, con el temor de las intervenciones a
la vuelta de la esquina, creo que esta actuación
desenfrenada del Gobierno, de mayoría pepera, en materia
económica y financiera, va a echar por tierra la ilusión de
casi todos los ciudadanos españoles de estar en Europa y
sentirse europeos con idéntico poder adquisitivo.
El juego del Gobierno de este país tiene una representación
en la puesta en marcha del llamado “banco malo”… sólo
premiará a los de alto poder adquisitivo, como es la
política del mencionado “banco malo” de trajinar solamente
con valores inmobiliarios superiores en precio a los 100.000
euros/unidad… el resto de valores que se los coman los banco
menores ¿no?
La mayoría de pensionistas y jubilados no se merecen esta
situación, bastante sufrieron levantando al país, y es un
punto que no necesita inflexión ni reflexión por cuanto
tienen todo el derecho del mundo, por encima incluso de los
políticos actuales, a disfrutar de la vida en las
condiciones adecuadas que no les afecte un ápice su economía
doméstica.
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