Vamos aguantando, como promedio,
todo lo que nos depara el rápido caminar de los días de
manera bastante estoica.
Tal vez provenga que mi familia, tanto materna como paterna,
es muy propensa a ls penurias de la salud con el paso de los
años.
Pero no crean Vds. que hago caso de esas tenebrosas
declaraciones que promulgan esos que se denominan
representantes de la religión verdadera. De resignación
¡nada!; de aceptar los designios de un Dios, al que le
importa un pimiento si uno muere o no, ¡nada!
Lucho y lucharé con todas mis fuerzas contra este maldito
cáncer que me corroe con ayuda de las técnicas sanitarias y
de personas que se desviven por ello (médicos, técnicos de
terapia nuclear y enfermeras/os)… espero vencerlo algún día.
Rezando, como insisten algunos representantes de un Estado
extranjero ‘okupa’ de mi país, solo podría conseguir llegar
al final del túnel como un simple cordero… ¡ni hablar!
Ya puestos al tema de la manipulación de la información,
quiero expresar el malestar que impera en el país, entre
otros muchos malestares, por el continuo abuso de la
mencionada manipulación por parte de los gobernantes y
directores de nuestras Fuerzas de Seguridad del Estado; de
policías y de políticos.
No entiendo cómo no se dan cuenta de lo mentiroso que salen
cuando presentan u ofrecen información falaz y falsa
demostrable, por comparación y cotejo, con hechos realmente
ocurridos, oídos y visionados a través de los diversos
medios de comunicación informativa sinceros y francos.
He escrito sinceros y francos porque, obviamente, existe
cierta prensa afín que suele mostrar en la pantalla o en los
medios escritos y ‘weberianos’, muchas falsedades apoyando
la mentira con una desvergüenza rayana en el asco más
absoluto.
Lo más increíble de todo ello, de lo referente a las últimas
manifestaciones de la ciudadanía, es que afirmen
rotundamente unos hechos, como las lesiones sufridas por
policías infiltrados y fueran causadas por los
manifestantes, cuando se oye y se ve en directo, alto y
claro, que son los propios policías los que muelen a golpe
de porra y arrastran hasta que se percatan de es uno de los
suyos, camuflado, por los gritos que suelta diciendo “¡Que
soy de los vuestros…!”
¿Cómo pueden creer, a estas alturas del siglo, que el
ciudadano es tonto total? ¿Cómo pueden creer que vamos
tragarnos todas y cada una de las mentiras que nos sueltan
cada dos por tres y cuando la sueltan?
¿Así quieren construir el país? ¿Con una ganadería de mansos
borregos? ¿Quieren criar caracoles humanos?
Cuánta desvergüenza demuestran quienes están contra la
verdadera democracia intentando vendernos otra, ya
descafeinada hasta la médula (Constitución), tratando de
hacernos creer que lo que hacen es la mejor política cuando
realmente están, más que demostrado, haciendo una política
que, poco a poco, va superando a aquella de cierto régimen
supuestamente desaparecido.
Como vemos, nos vamos alejando cada vez más de nuestra
ilusión en tener una auténtica democracia… aunque no tenemos
porqué resignarnos a esta situación. Intervengamos con tales
razonamientos democráticos, de hombres y mujeres realmente
libres, hasta que ningún tribunal pueda poner peras al olmo.
Pongámonos en marcha para recuperar aquel Estado del
Bienestar Social y volvamos a la senda de la verdadera
democracia, que nunca debían, deben ni deberían abandonar
utilizando excusas tan pueriles como que estamos en una
crisis y jugando al trompo con la palabra “rescate”.
En fin, la vida sigue, yo también de momento.
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