A veces conviene matizar pues la
palabra, como advertía Ortega, es un sacramento de muy
delicada administración. Así, cuando en su momento califiqué
a Obama como “la esperanza de la negra de la Casa Blanca”,
pues no es exacto: el actual presidente de los Estados
Unidos de Norteamérica es mulato; y si ayer les decía que no
había manifestaciones delante del Parlamento marroquí… pues
más tarde, a las 18.30 (dos horas más en España salvo
Canarias), los antidisturbios de la Sureté despejaban con
tres cargas a los concentrados, mientras que el mismo
miércoles 3 al caer la tarde y con la Décima RAN
concluyendo, otras dos manifestaciones desfilaban,
fuertemente custodiadas por la policía, frente al
Parlamento.
¿Cómo va la famosa RAN? Pues “vamos indo”, que decimos los
asturgalaicos ya que aun cuando este escribano se encuentra
bastante “magrebizado” las raíces de la tierrina no se
pierden, ni de coña. Puxa Asturies y Puxa España, digo. No
llego a tiempo para adelantarles la declaración oficial
conjunta ni la rueda de prensa dentro de dos horas, que
podrán consultar hoy por agencias. Pero de momento hay dos
movimientos de interés: en el plano económico parece que las
cosas habrían ido muy bien, faltando por pulir (y ello
llevará tiempo) el Acuerdo Protocolario Recíproco de
Inversiones (APRI), haciéndolo más simple y fluido y sobre
todo más garantista, pues aun cuando se ha mejorado mucho la
seguridad jurídica en Marruecos aun deja bastante que
desear. En el plano político, la carta guardada en Rabat,
nuestros vecinos y anfitriones se muestran contenidamente
satisfechos pues no es para menos: si ayer el embajador
Alberto Navarro, en el “briefing” ofrecido por el ministro
delegado de Exteriores, Yusef Amrani, hacía un hábil juego
de palabras “confundiendo” de forma muy oportuna y
diplomática “el Sahel” con “el Sáhara”, que no es lo mismo,
previamente el ministro García-Margallo se refería por
primera vez al Sáhara Occidental, las “Provincias del Sur”
para Marruecos… con el eufemismo de “el sur de Marruecos”.
Aquí no se da puntada sin hilo y, de conseguir el apoyo de
la diplomacia española en este espinoso y controvertido
asunto, Marruecos habría dado un paso de gigante para
legalizar cara a la comunidad internacional ese enorme
territorio, aun cuando sigue faltando un cambio al respecto
de la legislación internacional.
Nueva política de la diplomacia española que habría
influido, decisivamente, en la decidida actuación de la
Gendarmería Real al interceptar en varios puntos del
recorrido la anunciada marcha del Comité de Liberación de
Ceuta, Melilla y las Islas sobre el Peñón de Vélez de la
Gomera, organizada ayer desde Nador. No obstante y según ha
asegurado el senador Yahya Yahya, cuatro de sus activistas
habrían logrado desembarcar en una de las Islas Chafarinas,
la del Congreso “izando la bandera marroquí”, mientras que
la rápida actuación de la guarnición allí destacada habría
logrado retener a dos de los mismos, afirmación que ha
podido ser verificada por la Delegación del Gobierno de
Melilla.
Según parece, los dos activistas ya habrían sido devueltos a
Marruecos en una playa cercana a Cabo de Agua, mientras
según parece otro grupo intentó acceder a la llamada “Isla
de Tierra”, próxima al Peñón de Alhucemas. En una calculada
estrategia de la tensión, nada casual, el Comité ha
pretendido torpedear la RAN y los intereses españoles,
amenazando con continuar sus acciones “hasta la recuperación
de los territorios usurpados”, mientras de forma paralela ha
intentado segar la hierba bajo los pies del actual gobierno
marroquí presidido por Abdelilah Benkirán, también
secretario general del Partido de la Justicia y el
Desarrollo (PJD), los islamistas parlamentarios marroquíes.
¿Habrían actuado de la misma forma con un jefe de gobierno
del PAM, el Istiqlal o el RNI…? Me permito dudarlo. A mi
parecer que nuestros vecinos, con la preceptiva luz verde
rabatí, han sabido una vez más jugar sus bazas siguiendo las
milenarias enseñanzas del chino Sunt Tzu, cuando en su
famoso libro sobre estrategia ya advertía que la verdadera
fuerza se “proyecta” y no se “ejecuta”.
En Ceuta y Melilla, Marruecos todavía amaga apretando, eso
sí, en los Peñones y las Chafarinas buscando algún tipo de
“colaboración”, como podrían ser patrullas conjuntas. Es
significativo al respecto que un diario tan solvente como
L´Economiste y tan centrado fundamentalmente en la economía,
se decida en su editorial de ayer a mencionar no ya la
política española “de calor y frío sobre el dossier del
Sáhara” (sic), sino los territorios españoles
norteafricanos, no cuestionados internacionalmente como
Gibraltar o el Sáhara Occidental. Literalmente: “nadie
olvida la brutalidad de las reacciones políticas y militares
sobre el asunto Leila (Perejil), ni los sujetos emponzoñados
de Ceuta y Melilla”. Quizás… habiendo puesto los focos sobre
Ceuta y Melilla para esta RAN (y esto es un hecho se lo
aseguro), Rabat se ha asegurado de entrada la nueva
denominación de la diplomacia española para el Sáhara
Occidental: “el sur de Marruecos”. Ya digo, “vamos indo”.
Visto.
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