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sucesos - JUEVES, 4 DE OCTUBRE DE 2012


Imagen del Juicio. gardeu.

tribunales
 

“Solo quiero decir una cosa a la familia: que me perdone, por favor”

El supuesto homicida de Enrique González Guerrero, que falleció tras ser apuñalado en 2011, confiesa los hechos imputados y se enfrenta a la pena de más de 13 años de prisión
 

CEUTA
Cristina Rojo

ceuta
@elpueblodeceuta.com

El juicio por el supuesto homicidio de Enrique González Guerrero, que falleció el 8 abril de 2011 tras recibir varias puñaladas de madrugada en el Poblado Marinero, quedó ayer visto para sentencia en el Juzgado número 2 de la Audiencia Provincial de Cádiz en su sección de Ceuta. Los acusados, A.G.R. y Z.M.E. reconocieron haber efectuado un robo con violencia sobre el fallecido, y el primero asintió además a la acusación de homicidio, mientras su compañero reconoció el encubrimiento. Las penas que pide para ellos el Ministerio Fiscal son de 13 años y 6 meses y 4 años de cárcel respectivamente.

La madrugada del 8 de abril de 2011, A.G.R. y Z.M.E., ambos ceutíes y con 27 años entonces, se encontraban en la zona del Poblado Marinero. Ambos habían consumido varios tipos de drogas, desde cannabis a ‘tranquimazín’ y cerca de las cuatro de la madrugada fueron a encontrarse con Enrique González Guerrero, a quien conocían, y al que le intentaron robar la cartera que llevaba con 300 euros encima. Para ello A.G. agredió a González con una navaja de ocho centímetros que llevaba encima. González, de 56 años, salió tras ellos y los encontró en una zona cercana donde esta vez A.G “decidió acabar con su vida” atestándole varias puñaladas en zonas vitales con un cuchillo de cocina que le dio su compañero, Z.M.E. Enrique González Guerrero, sufrió un shock que en poco tiempo terminó con su vida, pese a los intentos de reanimación que se llevaron a cabo. Los dos atacantes abandonaron la zona desplazándose al Morro, donde poco después fueron detenidos por la policía. Hasta aquí el relato reconstruido ayer por la Fiscal de la sala 2 del Juzgado de Instrucción de la sección sexta de la Audiencia Provincial de Cádiz, que los acusados reconocieron en cada detalle, asumiendo las consecuencias de los hechos perpetrados aquella madrugada. Lo único sobre lo que hubo alguna discrepancia en las declaraciones fue la afirmación de que A.G. “quería acabar con la vida” del fallecido. Tampoco recordaba ayer si el cuchillo con el que le atestó las puñaladas mortales lo guardó él mismo o se lo dio a su compañero Z.M.E. para ocultarlo. Fueron detalles que tendrá en cuenta el magistrado a la hora de dictar sentencia, si bien pesan ya sobre ambos acusados varias sentencias previas de prisión por robo con violencia. El único atenuante a tener en cuenta será el hecho de que ambos actuaron bajo los efectos de las drogas, a las que tenían grave adicción y cuyos componentes en sangre se pudieron verificar la misma mañana del suceso en el Hospital Militar de la ciudad.

El Ministerio Fiscal pide para A.G. una pena de 3 años y seis meses de cárcel por el delito de robo con violencia, además de 10 años por homicidio, ya que imputa el “ánimo innegable”, dado que apuñaló a la víctima en repetidas ocasiones. “La energía y contundencia de las puñaladas, así como la repetición de las mismas” así lo demuestran para la Fiscalía. En el caso de Z.M.E, se pidió una pena de 3 años y 6 meses, así como 6 meses de prisión por el delito de encubrimiento, al haber procedido a ocultar el cuchillo con el que se llevó a cabo el delito. Para A.G.R. se pide también que haga frente a una indemnización de 69.842 euros a los hijos de la víctima, por daños y perjuicios.

El fallecido era un conocido taxista de la barriada de Juan XIII, separado y con dos hijos, que ayer presenciaban la última fase del procedimiento judicial, que no excedió las dos horas de duración en total, desde el banquillo de atrás. Varias veces a lo largo del mismo, el acusado de homicidio intentó hablar sin habérsele concedido el turno de palabra, ante lo cual el Juez le indicó que los últimos en declarar antes de terminar el juicio serían él y su compañero. “¿Lo entiendes?, le preguntó el magistrado a A.G. antes de continuar con el juicio. “Sí”, respondió el acusado.

Una vez que hubieron declarado todos, los propios acusados, los testigos y la fiscal procediera reconstruir al relato de los hechos según los datos aportados por las partes, el juicio quedó visto para sentencia. Quien tuvo la última palabra fue el supuesto homicida, que se acercó al micrófono para dirigirse a la familia de Enrique González Guerrero. “Que me perdonen, por favor”, dijo. Al otro lado de la sala se escuchó romper a llorar a una de las familiares.
 

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