Tenía pensado escribir de Luis
Ragel, asesor jurídico del Ayuntamiento, porque me han
dicho de él que es capaz de hacernos creer que lo blanco es
negro. Pero prefiero esperar a que me pongan al tanto de si
este hombre está haciendo uso y abuso de sus
incompatibilidades. De momento, lo único que sé es que Luis
Ragel se ha puesto de parte de Antonio García Gaona.
Tremendo error que le puede hacer perder su dignidad.
A Luis Ragel, a quien no tengo el gusto de conocer, aunque
ya me han dicho que trabaja en el bufete de Lería, ha
adoptado un protagonismo extraño. Tanto como para que vaya
asumiendo que en esta tierra nadie está a salvo de aparecer
en la contraportada de este periódico. Con el único fin de
hacerle comprender que no me gustan las personas como él.
Tipos capaces de ayudar a quienes no están caminando por la
senda de la verdad. En fin, que la vida profesional de Luis
Ragel dará que hablar más pronto que tarde. Y a fe que se lo
ha ganado a pulso.
Quien se ha ganado a pulso que volvamos a dedicarle unos
párrafos es, sin duda alguna, Juan Luis Aróstegui.
El cual está demostrando que ha perdido la chaveta. Que anda
desnortado. Y que, más pronto que tarde, va a ser comparado
con el bobo de Coria. Que es, para que ustedes lo sepan,
símbolo de tontería y mentecatez. O sea, que es un tipo que
mantiene actitudes simples, necias, fatuas, etc.
Juan Luis Aróstegui, tan sumamente unido a Juan Vivas,
ha cometido un error imperdonable como profesor. Me cuentan
que se ha presentado en un aula haciendo alardes de poderío.
Tratando de demostrar que él no va a permitir nada que vaya
contra sus normas. Y su discurso de presentación ha sido más
o menos así:
-Yo soy como soy… Me importa una mierda tú, tú y tú… Yo
estoy aquí porque me pagan aunque debo deciros que no me
siento a gusto. No me agradan los niños. Aunque adoro a mi
nieta. De modo que ya saben ustedes con quién se van a
entender…
Juan Luis Aróstegui como pueden ustedes comprobar, es un
profesor modélico (!). Un educador digno de elogios. Un
maestro digno de ser tenido en cuenta, a partir de ahora,
para que sea agasajado a cada instante y llevado en andas
por toda la ciudad, cuando corresponda. Y, desde luego, yo
pido para él que, a la mayor brevedad, se le haga un
homenaje de aquí te espero.
Donde todas las fuerzas vivas de la ciudad acudan a
demostrarle respeto y admiración a quien lleva muchos años
dando muestras de ser un político que se ha ganado a pulso
que los ceutíes lo voten, mayoritariamente, para que, al
fin, sea alcalde.
Ese alcalde que todos venimos deseando. Para que Ceuta pueda
prescindir del monterilla que nos gobierna. Ya que el
monterilla, en tiempos difíciles, muy difíciles, parece ser
que está obsesionado solamente en defender a Antonio
García Gaona. Un tipo a quien se le perdonan todas las
trampas que viene haciendo. Trampas que Luis Ragel, jurista
del Ayuntamiento, da por buenas. Con su pan se lo coma.
Y, naturalmente, su compinche, Juan Luis Aróstegui, que
habrá de cuidar mucho su lenguaje en las aulas. Pues
nosotros contamos con personas dispuestas a informarnos de
cuanto dice el hombre que está conchabado con Juan Vivas.
Aróstegui debería saber que es la persona más denostada de
esta ciudad.
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