Fiscalía solicita tres años de prisión para M.H.M. por un
delito de lesiones contra un portero del Poblado Marinero al
que, presuntamente, golpeó en la boca y le provocó la caída
de dos dientes y uno que podría tener que extraerle.
Mientras, la defensa asegura que existe una voluntad de
venganza por parte del denunciante, que se quiere costear un
tratamiento bucal, y que la pelea existió pero que fue con
otros porteros de un bar cercano.
En la madrugada del 10 de diciembre del año pasado el
Poblado Marinero se convirtió en el escenario de una pelea
cuyas consecuencias llegaron ayer a los juzgados. En el
banquillo de los acusados de la Sección Sexta de la
Audiencia Provincial de Cádiz en Ceuta se sentó M.H.M.
imputado por un delito de lesiones por golpear,
presuntamente, al portero de uno de los bares de esta zona
de copas. Él reconoció que tuvo problemas con varios
porteros, pero de otro pub, y que hubo golpes por ambas
partes. Sin embargo, M.H.M. aseguró que el presunto agredido
le denunciaba para conseguir una indemnización con la que
arreglarse la boca.
A continuación, el portero en cuestión aseguró que había
recibido del imputado un puñetazo en la boca, y que momentos
antes este hombre se había peleado con los porteros del pub
de al lado. La consecuencia, según explicó, es que ya ha
perdido dos dientes y un tercero tal vez se lo tengan que
extraer. Todos ellos en la parte frontal de la boca. Por
parte de la defensa, quisieron demostrar que la caída de las
piezas dentales se debe a una patología que el denunciante
ya padecía. Sin embargo, el forense no pudo asegurar tal
extremo y sólo afirmó que sus dientes son más “frágiles”.
El denunciante aseguró que antes no había tenido problemas
con sus dientes y que no se estaba arreglando la boca, y
además cuestionó cómo lo iba a saber el imputado si no se
conocían de nada. Para la representante del Ministerio
Fiscal el motivo de la venganza para conseguir una
indemnización es “increíble” y por eso solicitaba para el
acusado tres años de prisión por un delito de lesiones.
Por su parte, la defensa pidió la absolución del imputado y
alegó que el único testimonio de la víctima no era
suficiente para desvirtuar la presunción de inocencia. El
abogado cuestionó el por qué no se había presentado ningún
testigo y por qué la víctima aseguraba haber perdido la
consciencia y, a la vez, que había dado alcance a su agresor
en unos segundos.
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