El vicesecretario del Partido
Popular de Estudios y Programas, Esteban González Pons, en
la noche del pasado sábado 22, publicó en las redes
sociales, que “tuve que llamar a Policía Local, porque me
encontré en el balcón de mi casa de Valencia, una serpiente
de más de un metro de larga”.
El asunto, no es para que usted, estimado lector, se lo tome
a pitorreo o guasa, nada más comenzar a leer esta tribuna de
opinión, porque creo que Esteban González Pons, no debe
tener los conocimientos suficientes, para enfrentarse a esa
clase de culebras, como lo hace Fran de la Jungla.
Menos mal, que la serpiente no le picó a este elemento de la
política nacional y valenciana del PP, porque si le agarra
un mordisco con toda la potencia, le hubiera inyectado un
chute de veneno, desconociendo la reacción que hubiera
tenido el político. Por lo tanto, el asunto pudo haber sido
más grave de lo que se puede imaginar, para los intereses
generales del pueblo español.
Sergio López, experto en reptiles en el Parque de Valencia,
declaró a un medio de comunicación valenciano, que las
culebras de herradura “son las más caseras. Buscan el calor
y por eso pueden acercarse a las casas”. Otro experto,
declaró que “se capturan en Valencia alrededor de una
veintena cada año”.
Creo, que son pocas capturas, porque serpientes las hay en
Valencia no solo de herraduras sino de escaleras y
bastardas. Y la que se encontró Pons en su balcón de
herradura, sabía el calor que buscaba, por lo que, subió
derechita trepando de balcón en balcón, hasta llegar a la
casa de González Pons, similarmente como lo hacen muchos
políticos hasta alcanzar el poder.
Supongo, que la bicha reptó hasta la casa de Pons, no para
picarle a él ni a la gaviota del PP, sino para buscarse un
cómodo cobijo para no pasar penumbras, de igual forma, que
lo hacen muchos partidos con sus políticos caducados y
trasnochados, colocándolos en el Senado, en un alto cargo de
Telefónica, en el consejo de administración de cajas o
bancos como a los de Bankia…, para premiar los servicios
prestados a sus siglas.
González Pons, elogió la extraordinaria intervención
policial diciendo: “Han sido rápidos, efectivos y
profesionales. Son policías ejemplares”. Agentes, a los que
también debo felicitar, en nombre de los más de cinco
millones de parados existentes en España. Porque si la
culebra le hubiera picado al alto dirigente del PP y la
hubiera palmado o espichado, no hubiera González Pons podido
crear en esta legislatura los 3,5 millones de empleos que
prometió, si su formación ganaba las elecciones generales de
España del 20 de noviembre del 2011. Pero para conseguir él
y su PP tal objetivo, González Pons, indicó además, que
“había que crear un millón de empresarios a través de una
modificación fiscal”.
El PP, nada más alcanzar el poder, engañando al pueblo con
esas y otras mentiras. Para la creación de los 3,5 millones
empleos prometidos, lo primero que hizo es pedir un súper
crédito de euros a Europa, para rescatar a la entidad
privada de Bankia... Sin embargo, en la distribución que han
hecho y seguirán haciendo con esa y otras ‘mantecas’ que
reciban, no hubo ni hay un céntimo de euros para la creación
de nuevos empresarios. Ya que, su objetivo principal, ha
sido y será favorecer al capitalismo. Crédito, que no lo
devolverá Bankia, pero mucho menos los políticos de sus
bolsillos, sino que, presuntamente será sufragado con los
impuestos del pueblo pagano, trabajador y contribuyente.
Otras de las medidas fiscales que ha llevado a cabo el
Partido Popular de González Pons, nada más hacerse con las
riendas del poder, es llevar a cabo la reforma fiscal
prometida, y su efecto ha sido de tal magnitud contra los
pilares fundamentales de la democracia y de la libertad, que
han castigado a los pequeños ahorradores. Sin embargo, han
beneficiado a los poseedores de dinero de dudosa
procedencia, más negro que el carbón de las minas de El
Bierzo. Ofreciéndole el Gobierno a los chorros toda clase de
facilidades para que lo blanqueen, poniéndoles hasta
alfombras de terciopelo, siendo cubiertos bajo palios, de
igual forma que lo hacía la Iglesia con Franco.
No habiéndome sorprendido para nada que, Esteban González
Pons, después de que su partido le tenga presuntamente casi
apartado de la primera línea política, a raíz de su presunta
implicación en cierto contrato firmado con el Instituto Nóos.
Se haga notar de esta forma tan peculiar y llamativa con el
tema de la culebra, provocando una gran alarma en la
población valenciana, pero afortunadamente, no con la
magnitud como la alarma que está provocando, el Gobierno del
PP, con sus políticas autoritarias.
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