Diego suele tomar el
aperitivo en ‘El Mentidero’. Con él da gusto hablar de lo
que se encarte. Con Diego solemos reunirnos todos los que
nos alegramos de conocerle. Porque es tan educado como
prudente y, encima, es muy buen conversador. El viernes fue
él quien me dijo que se estaba anunciando en la televisión
local un debate sobre las denuncias que ‘El Pueblo de Ceuta’
ha venido publicando acerca de la gestión y la
incompatibilidad del presidente de la Federación de Fútbol
de Ceuta. Y hasta me puso al tanto de las personas que iban
a participar en una discusión que comenzaría a las diez de
la noche.
A las nueve de la noche del viernes jugaba El Castilla
contra la Ponferradina. Partido televisado y que yo no
estaba dispuesto a perderme por mucho interés que hubiera
despertado en mí el debate que me había celebrado una
persona a quien aprecio de veras. Así, minutos antes de las
diez de la noche, aprovechando que el partido de la Liga
Adelante estaba aún en el descanso, conecté con la
televisión pública y pronto me percaté de que en ella no
había debate. Y, claro, continué siendo espectador del
partido que se jugaba en el Alfredo Di Stefano, desde mi
cómoda posición en la salita de estar.
Acabado el encuentro, con derrota del filial madridista,
motivada por la pájara que suelen coger sus jugadores nada
más comenzar las segundas partes de sus partidos, probé a
ver si el referido debate se estaba produciendo en la otra
televisión local; es decir, en la privada. Y la primera
imagen que recibí fue la de Juan Luis Aróstegui. Y
por sus palabras deduje que era el protagonista del
programa. Como siempre.
No iba disfrazado de Che Guevara ni tampoco me
atrevería a decir que estaba ebrio. Por una razón muy
sencilla: porque hace nada, en otro programa, confesó que
llevaba la tira de tiempo sin empinar el codo. Ya que había
llegado un momento en que, según él, era capaz de coger una
melopea diaria. Y, además de ir minando su salud, daba
muestras evidentes de no saber beber. O sea, que era un
peligro andante.
Lo que sí iba es vestido de pobre. Bueno, haciendo el paripé.
Ya que todos sabemos que hay prendas de marca para que las
luzcan quienes gustan de hacerse pasar por lo que no son.
Proletarios. Obreros que no poseen más medios de vida que
sus salarios. Que en el caso de Aróstegui es tan menguado
(!) que en su casa las pasan canutas para llegar a final de
mes.
Miré el reloj, y faltaban 15 minutos para llegar a las once
de la noche. Y, durante ese tiempo, más que debate lo que me
tocó ver en la televisión fue el monólogo de un tío a quien
no le hace falta ajumarse para exhibir su desvergüenza y
negar la evidencia de manera impropia en alguien que presume
de ser el no va más cual profesor de Instituto. No me
extraña, pues, cómo está la Educación.
De hablar engolado, y mirando hacia quienes no debatían, a
la búsqueda del gesto complaciente a su perorata, ante la
actitud sometida de Luis Márquez –gerente del ICD- y
la vergüenza ajena sentida por Mariano Díaz Mesa,
nuestro Lawrence de Arabia (Aróstegui) adelantó que él ya
sabe qué dirán los servicios jurídicos del Ayuntamiento para
que García Gaona siga haciendo de su capa un sayo en la FFC.
Por ser una buena persona y un presidente honrado. Que hace
lo que hace para salvar a su empresa: Viajes Trujillo.
Aróstegui trabaja para Vivas. ¿O no?
|