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sociedad - DOMINGO, 30 DE SEPTIEMBRE DE 2012


Lórien Aragón y Beatriz Sevilla en un taller. reduan.

REPORTAJE
 

Un “espacio” para la mujer

La asociación Mujeres Progresistas imparte talleres sobre la promoción de la salud sexual y reproductiva de las inmigrantes y reivindica el empoderamiento y la unión del sexo femenino a la hora de expresarse
 

CEUTA
Patricia Gardeu

ceuta
@elpueblodeceuta.com

Promoción de la salud sexual y reproductiva de las mujeres inmigrantes’ es el nombre del curso que, a través de la asociación de Mujeres Progresistas ‘María Miaja’, han impartido en Ceuta las técnicas de la Federación Lórien Aragón y Beatriz Sevilla, que son además psicólogas. La formación, que se realiza a nivel nacional subvencionada por la Dirección General de Migraciones (DGM) y el Fondo Europeo para la Integración (FEI), se llevó a cabo esta semana en la Asociación Al-Ambar, en la barriada del Príncipe, en el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) y en la prisión de ‘Los Rosales’.

“Nuestra asociación continúa trabajando, día a día, por conseguir la inserción de la mujer en la vida social, empresarial, política y cultural de nuestra ciudad, impartiendo talleres y eventos que puedan lograrlo”, explican desde la entidad, desde donde resaltan que la colaboración con la entidad nacional es “constante”, tanto en el trabajo de la mujer en riesgo de exclusión social como en el de la infancia

Las dos técnicas destacan que estos talleres están enfocados a trabajar en la salud biopsicosocial, es decir que combina los aspectos biológicos con los psicológicos. El año pasado el trabajo se centró en los derechos sexuales y reproductivos y este año se ha añadido un enfoque de empoderamiento. “Dar a las mujeres las herramientas necesarias para que sean capaces de tomar sus propias decisiones, tanto en el ámbito de la salud sexual y reproductiva como en otros como la violencia, los procesos migratorios, su propia salud, los cambios legislativos... Se busca que ellas tengan un espacio de encuentro donde puedan compartir sus malestares y encontrar soluciones para que se encuentren mejor”, explican las trabajadoras.

“Ceuta es un lugar en el que hay que trabajar con estas mujeres, especialmente en el CETI por el proceso migratorio que siguen”, destacan, y explican que con cada uno de los colectivos se trabaja de manera diferenciada. “La idea es trabajar según las horas que nos den en cada centro, pero los objetivos siempre son los mismos: promover el empoderamiento y la autoestima. La única diferencia es que cada colectivo tiene su problemática concreta y se focaliza en cada una de las situaciones que están viviendo, pero por nuestra parte los objetivos y la metodología son los mismos”, explica. Por ello, parten siempre de la premisa de que cada mujer necesita un espacio de expresión, donde abrirse, contar a las demás cómo se sienten y generar un clima de apoyo grupal para, a partir de ahí, “visualizar proyectos y ponerse en camino para realizarlos”.

En el caso de la asociación ‘Al-Ambar’ les sorprendió que muchas mujeres no tengan permiso para residir en Ceuta, sino que acceden con permisos de estancia por horas, pese a que sus hijos sí han nacido en España. “Nos daba la sensación de que no se está dando respuesta a toda esta problemática y de que son muchas las mujeres que están en esta situación”, explican.

En cuanto al caso de las mujeres del CETI destacan que se debe tener en cuenta los “tabúes culturales”. “Hay muchas mujeres que han sido mutiladas genitalmente, que han sido objeto de la trata de mujeres por explotación sexual, y hay que abordarlo desde una perspectiva intercultural sin recriminárselo”, explica, y agregan: “Tienen conocimientos pero la vivencia, por ejemplo de abordar la sexualidad, es diferente a la que tenemos nosotras; a ellas les han enseñado que deben ser más restrictivas”.

Aunque el trabajo en Ceuta a través de esta formación es puntual, se trata de una actividad complementaria a la que desarrollan durante todo el año desde Mujeres Progresistas. Además, las psicólogas destacan que se trabaja mucho desde el ámbito comunitario. “Se las dota de herramientas para que juntas puedan defender sus derechos y se trabaja de manera coordinada con la asociación ‘María Miaja’, buscamos una sostenibilidad. Son las caras visibles a la hora de trabajar en Ceuta. Se intenta conseguir que sean las propias mujeres las que se den cuenta de que son un grupo grande y se den cuenta de que pueden hacer muchas cosas.

“Las mujeres tenían muchas ganas de poder contar con un espacio para ellas. En ese sentido sí que tienen cierto empoderamiento, sólo que les faltan estrategias. Les falta saber organizarse mejor para una lucha colectiva. Han captado lo que tienen que hacer, lo que pasa es que aunque son capaces de reconocer sus capacidades individuales les falta el objetivo común”, añaden.

Desde la Federación consideran que, sin embargo, ha habido un retroceso en cuanto al papel de la mujer. “Se está agravando la situación, por ejemplo en relación a la salud, es un retroceso a nivel de derechos”.
 

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