Lola Flores no canta ni
baila, pero no se la pierdan. Así saludó The New York Times
la primera actuación de La Faraona en EEUU, en 1953. Lola,
que era genial a la hora de improvisar, dijo que, paseando
por la ciudad de los rascacielos, estuvo a punto de caerse
de espaldas de tanto mirar hacia arriba.
Paseando y mirando hacia arriba, hacia las alturas
neoyorquinas, donde parece ser que hablar con los dioses
está al alcance de los mortales, se ha publicado una
fotografía de Mariano Rajoy en la cual está fumándose
un puro, poco después de loar a esa mayoría silenciosa de
españoles que no se ha manifestado.
Del presidente del Gobierno de España podría haberse dicho
que es un político sumido en una enorme confusión y que se
está limitando a hacer el don Tancredo, debido al miedo que
lo atenaza. Miedo a poner en su sitio al presidente de la
Generalidad catalana; miedo a tomar decisiones sobre Bankia;
miedo a que los gallegos no le otorguen la mayoría absoluta
a Alberto Núnez Feijóo; miedo a que en el País Vasco
ganen los que no deben ganar; miedo a que gran parte de esa
mayoría silenciosa de españoles, tan celebrada por él, tome
la calle más pronto que tarde… Y, de seguir así, haciendo de
la indecisión virtud, a ver si las cosas se arreglan por
arte de birlibirloque, día puede llegar que le oigamos
dirigirse así a la señora Merkel:
-¡Miedo, tengo miedo, mucho miedo! Por favor yo te lo ruego
no me castigues así ¡Miedo, tengo miedo, mucho miedo! Por el
amor que te tengo compadécete de mí…
Lo malo es que la señora Merkel, calvinista de pies a
cabeza, y casi tan bragada como la señora Thatcher,
podría poner cara de inquisidora y hasta pronunciarse como
sigue: “Este tío, además de ser un político de pacotilla,
desafina cantando más que lo hacía Lola Flores y, encima, no
tiene ni pizca de gracia. Vaya español más esaborío, ¡coño!
¡A la hoguera con él!”.
Por cierto, hablando de hoguera, permítanme recordarles esta
cita de Julio Caro Baroja, que viene en su libro ‘Las
brujas y su mundo’: “Si hoy existiera la pena de la hoguera,
los políticos serían los más sujetos a ella”. Terrible la
sentencia de don Julio, casi como aquella otra que reza así:
“La que sea puta que cruja”. ¡Qué horror! El que yo he
sentido al leer en El País, en ‘el Ojo Izquierdo’, firmado
por José María Izquierdo, las burradas que se le
adjudican al periodista y escritor Eduardo García Serrano,
nuevo director de La Gaceta, y a quien conozco por sus
muchas intervenciones en Intereconomía TV. Dado que aquí no
me caben, procuraré copiarlas y hacerlas visibles en la
miscelánea semanal.
Aunque, eso sí, cada vez que salga García Serrano en la
pantalla de Intereconomía, lo miraré de manera distinta a
cómo lo hacía antes de conocer cómo se las gasta el sujeto.
No quisiera yo estar cerca de él si acaso… bueno, ustedes ya
saben. ¡Qué miedo! Hablar como García Serrano no se le
ocurriría ni a Rouco Varela. Muy dado a las
manifestaciones; sobre todo cuando gobernaba ZP y era
visto como un demonio capaz de atreverse a hacerle el
artículo a la Alianza de Civilizaciones.
Resumiendo: “La política se parece mucho a la religión, sólo
que tratándose de política es el adversario quien confiesa
nuestros pecados”. El PP, pues, debería aceptarlo. Y es que
“donde las dan las toman”. A ver si Rajoy toma la senda de
los aciertos, cuanto antes mejor, y recuperamos el
entusiasmo de ser españoles.
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