Se va degradando, cada día, un
poco más, muy especialmente porque la casta política está
haciendo constantemente más para desprestigiarla.
La casta política o la profesión política nos ha llevado a
una situación, casi, sin salida y muchas personas están
diciendo ya, basta.
Y no me refiero a esos miles de personas que el pasado
martes cercaron el Congreso de los Diputados. No me refiero
a esos, porque si los políticos, o los que están haciendo de
la Política una profesión, son una mala casta que nos lleva
a la ruina, esos otros van con el ideario único de la
ruptura por la ruptura y con la idea de formar un día un
sistema asambleario que nos llevaría al caos.
Lo del pasado martes es un simple aviso, pero de gentes con
ganas de alboroto, a los que un día pueden unirse otras
gentes de talante más templado que irían con la sana idea de
mejorar lo que los políticos, profesionales de la política,
vienen destruyendo, desde hace muchos años.
Y no me valen las disculpas de algunos de los politicrastros
de que ellos van a trabajar y a servir a las instituciones.
Eso ya ni se lo cree, ni lo acepta nadie, porque eso no es
cierto, ya que de serlo se tenían que haber dado cuenta de
que van haciendo todo lo posible para irse alternando en el
poder, especialmente PP y PSOE, pasándose la bola de uno al
otro, pasándose las “canonjías” que aporta el poder y sin
que ninguna otra parte de la población tenga fácil el acceso
a las instituciones.
Si los políticos fuera a servir y no a servirse, ya habrían
comprendido que el Senado, por ejemplo, es una cámara vacía
de contenido y la habrían reducido a cámara autonómica, con
menos personajes en ella, o la habrían eliminado.
Si los políticos tuvieran unas ideas claras para trabajar y
no para estar viviendo de la política, ya habrían reducido
el número de diputados, puesto que ahí están sobrando
muchos, sin embargo, lo que hacen es ir llenando huecos, con
sus apadrinados, con gente de su grupo y luego para que
cuadren los números bajan el sueldo a los funcionarios, o
suben los impuestos.
Si buscaran la utilidad, en vez de traicionar, como están
traicionando a los funcionarios, no permitirían la actuación
de los traductores en el Senado, capricho de los
nacionalistas y regalo de los gobiernos de turno, y no lo
permitirían porque en toda España y para todos los españoles
existe la obligación de conocer la lengua española, y mucho
más si uno está interviniendo en unas instituciones
públicas.
Y es que son tan macarras y desvergonzados en el PSOE como
en el PP, sin dejar de lado a los nacionalistas que buscan
el “to pa mí”, porque unos y otros, a la vista está, llevan
la corrupción por bandera, aumentando cada día y sin que
hagan nada para cortarla.
Los incidentes del martes me molestan, porque con
situaciones así la marca “España” se va degradando, pero
este tipo de incidentes sí puede servir para que la casta
política, los vividores de las instituciones públicas, sepan
reflexionar y se den cuenta de que han elegido y siguen por
el camino equivocado.
Cada día más, por ejemplo, vemos que desde el Gobierno
parece que lo único interesante que tiene es la recaudación,
a base de recortes por todas partes, mientras tanto el
“gañán” De Guindos sigue sin dar una a derechas casi igual
que el otro “listo” de la política económica, como es
Montoro. ¡¡ Vaya par de ineptos!!.
Eso sí, mientras estos se esfuerzan por sablear con los
impuestos y los recortes, hay plazas de profesores,
interinos, que no se han cubierto a principios de septiembre
y sí las cubren el día 20, con el único objetivo de
ahorrarse un mes de la paga de esos profesores, pongamos por
caso.
He citado bastantes ejemplos de actuaciones de los
políticos, actuaciones que hacen que la marca España vaya a
la baja.
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