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OPINIÓN - MARTES, 25 DE SEPTIEMBRE DE 2012

 

OPINIÓN / EL OASIS

Francisco José Delgado Aguilera
 


Manolo De la Torre
manolodelatorre@elpueblodeceuta.com
 

Es director del Centro Penitenciario de los Rosales. Ha desarrollado, como funcionario del Cuerpo Especial de Instituciones Penitenciarias, su actividad en distintos centros, desde 1987. Es licenciado en Derecho. Y su últimos destinos han sido en El Puerto II y III (El Puerto de Santa María), ocupando el puesto de Subdirector de Régimen.

Nacido en Lucena. Francisco José Delgado Aguilera me fue presentado en el pasado mes de abril, nada más tomar posesión de su cargo, y a partir de ese momento hemos venido compartiendo varias sobremesas. Las que me han servido para hacerme una idea de cómo respira este cordobés impregnado de cierto senequismo. De trato amable, educado y comedido, he observado que gusta más de escuchar atentamente, que de hablar porque sí, y que suele intervenir cuando él cree de verdad que su parecer puede aportar algo de luz sobre lo que se dilucida en la mesa.

La última vez que estuvimos charlando entre conocidos, tanto suyos como míos, salió a relucir la historia de un torero que estaba a punto de acabar su condena cuando perdió la vida entre rejas. Y, al fin, pude enterarme de la verdad de lo ocurrido, que era lo que yo me temía que le había sucedido a quien tuve siempre como amigo.

A Francisco José Delgado -Paco, hipocorístico por el cual le conocen sus amigos- le pregunté yo, hace escasos días, si había leído ‘El Penal de El Puerto de Santa María 1886-1981’. Cuyo autor es mi paisano Manuel Martínez Cordero. Y me dijo que no. Y, entonces, no tuve el menor inconveniente en celebrarle un libro que me costó lo indecible hacerme con él.

Le conté al director del Centro Penitenciario de Los Rosales, por encima, de qué trata ‘El Penal de El Puerto de Santa María 1886-1981’. Trata de su creación, de sus antecedentes históricos. De su dureza y represión. De cómo nace su leyenda. De cómo se actúa en el Centro durante la Segunda República y durante la Guerra Civil. Etcétera.

En fin, un libro tan interesante como bien escrito, basado en los mejores archivos existentes. E ilustrado con fotografías del interior de la prisión y de sus reclusos. Presos de varios tipos: los preventivos, los propiamente penados y los que estaban incursos en la Ley de Vagos y Maleantes. Destacan las condenas a políticos y gente acusada de atentar contra el Régimen.

Precisamente, ahora que está tan de moda Arturo Mas y su deseo independentista, se me viene a la memoria que en 1934 estaba preso Luis Companys en el penal de El Puerto de Santa María. Y que en el libro se habla de él extensamente. Y se le nota, por lo que dice, que está convencido de que el honor de los hombres se encuentra en la entrepierna de las mujeres. Curiosa creencia, debido a que leyendo su lado oscuro, en ‘La Ilustración Liberal’, se ve perfectamente que era capaz de todo por mantener esa posición. Mírese el caso de Miguel Badía y Carmen Ballester.

En suma, que le prometí a Francisco José Delgado que acudiría al Centro Penitenciario de los Rosales, con motivo de la festividad de la Merced, tras haber sido invitado, con el libro bajo el brazo. A modo de préstamo. Aunque me consta que libro prestado libro perdido. Yo mismo he dado alguna muestra de ello. Pero, por motivo ajeno a mi voluntad, me ha sido imposible asistir al Centro. De cualquier manera, tiempo tendré de volver a compartir ratos de ocio con su director.
 

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