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melilla - DOMINGO, 23 DE SEPTIEMBRE DE 2012


Inocencio Arias. MELILLA

diplomatico
 

Arias: “Me apuesto el sueldo de un mes a que Obama ganará a Romney”

“Los líderes islámicos tienen que decir que quemar la bandera de un país y asaltar su embajada no es el Islam, eso es algo de la Edad Media”
 

MELILLA
Paqui Sánchez T.

ceuta
@elpueblodeceuta.com

Inocencio Arias se jubiló en 2010 como uno de los diplomáticos más conocidos de nuestro país, pero mantiene activo su espíritu polifacético y, cómo no, sus inseparables pajaritas al cuello. Tiene en cartelera la última película en la que ha participado y acaba de publicar el libro ‘Los presidentes y la diplomacia’, en el que pone nota a la política exterior de todos los presidentes del Gobierno con los que ha trabajado, desde Suárez hasta Zapatero.

El próximo jueves viajará a Melilla para participar en un foro organizado por la sociedad pública Promesa. Será en el Hotel Tryp Melilla Puerto, a las 18,30 horas.

Dentro de una semana, usted estará en Melilla hablando sobre cómo ven a España desde EEUU y viceversa. ¿Nos puede adelantar algo?

- Respecto a cómo vemos nosotros a EEUU, yo diría que en España hay una mezcla de simpatía y de tirria hacia ese país. Hay una atracción por las cosas de EEUU, todo el mundo quiere enviar a sus hijos a estudiar allí, devoramos los productos americanos y, sin embargo, hay una considerable desconfianza e ignorancia hacia lo que representa EEUU. Cualquier iniciativa de EEUU es vista aquí con disgusto. El mejor ejemplo es cuando hay un conflicto armado, si interviene EEUU, inmediatamente los españoles están en contra. Y si EEUU no interviene y otros países sí, a los españoles la noticia les resbala. En cuanto a cómo nos ven desde EEUU, los americanos ven poco a España, tienen una idea confusa sobre nosotros, a veces son clichés anclados en el pasado, ven mucho flamenco, mucho tipismo, pero no están muy al tanto de que España es un país que se modernizó y que ha cambiado radicalmente en los últimos 40 años. Eso sólo lo conoce una minoría muy pequeña. Los que vienen aquí, que son pocos -un millón al año, de 308 millones que son-, se van con una impresión muy buena e incluso querrían volver. Pero ocurre que los que han venido, muchos habían venido ya. En definitiva, hay un desconocimiento, pero EEUU tiene una simpatía un poco difusa de España: no saben bien cómo somos, pero no tienen mal concepto de nosotros.

- O sea, que aún tendremos que trabajar mucho para quitarnos la imagen de la fiesta, los toros y la pandereta, ¿no?

- Sí, porque eso no afecta a la minoría que viene, a la que se le quita de la cabeza esa imagen y se va sabiendo que España es un país avanzado y un país simpático, muy acogedor, ideal para hacer turismo o venir a vivir dos o tres años.

- Las relaciones entre España y EEUU se vieron muy deterioradas en la época de Zapatero…

- Se vieron deterioradas en la época de Zapatero con Bush, porque Zapatero cometió diversos errores en un plazo de tiempo muy corto. Con Obama las cosas fueron mejor, no tan bien como quería Zapatero, que estaba enamorado de Obama y creía que entre los dos iban a arreglar el mundo, sin darse cuenta de que él para Obama era un señor respetable, pero no eran Romeo y Julieta, como creía Zapatero. Con Bush sí fueron unas relaciones muy mediocres, por no decir malas, porque él cometió varios errores seguidos, el primero no levantarse ante la bandera de EEUU. El segundo error fue retirar las tropas españolas de Irak de una forma precipitada y decir que estaban allí de forma ilegal, cosa que era mentira, porque había sido aprobado unos meses antes. La tercera metedura de pata, que la viví yo, fue que Zapatero dijo que la solución del problema de Irak estaba en que todo el mundo hiciera lo que él había hecho. Y eso para Bush fue como cuando a un toro le ponen un rejón en la espalda. En consecuencia, Bush nunca recibió a Zapatero, es el único dirigente del mundo occidental que nunca fue recibido por Bush.

- ¿Se ha recuperado algo la imagen exterior de España con Rajoy, o arrastrará ese lastre todavía un tiempo?

- Incluso en la época de Zapatero, la imagen mejoró en EEUU en la última parte. No enormemente, porque había gente que desconfiaba en él, pero las cosas iban mejor en época de Obama. Ahora mismo, la imagen del Gobierno español en EEUU es buena. Es un aliado hacia él y sobre todo, que Rajoy es una persona predecible, no va a tener una salida de tono que lo pueda hacer poco digno de confianza. Las relaciones son buenas.

- ¿Quién va a ganar las elecciones en EEUU? ¿Obama o Romney?

- Yo creo, sin poner la mano en el fuego, que las va a ganar Obama. Si me pregunta si me apostaría algo, yo me apuesto el sueldo de un mes, pero no me apostaría el sueldo de un año. Si las elecciones fueran mañana, gana seguro, porque le lleva tres puntos de ventaja. Pero faltan más de 40 días para las elecciones y en política eso es una eternidad. Los asaltos a las embajadas no han tenido repercusión en la campaña por ahora, e incluso ha sido negativo para Romney, porque hizo unas declaraciones inoportunas tras el asalto a la embajada en Libia.

- Ahora que menciona la oleada de violencia en las embajadas. ¿Cómo ve este asunto? ¿Cree que puede ser una revolución hacia países occidentales?

- No. Aquí hay una metedura de pata de unos señores particulares que han hecho un video ofensivo hacia algo que es sagrado para los musulmanes. Pero dicho esto, los gobiernos de EEUU o Francia no tienen ninguna responsabilidad hacia la publicación de las caricaturas, que es un desliz de unos particulares. Por lo tanto, reaccionar asaltando la embajada de un país ante la existencia de un video privado, es un acto que prueba varias cosas. Primero, que hay un número no despreciable de musulmanes que están anclados en la ignorancia y que no se percatan de que es totalmente reprobable que se haga un video que insulte a una religión, pero eso no puede justificar en ningún caso atacar una embajada y matar a un embajador, en ningún caso. Al lado de eso, hay un número considerable de dirigentes islámicos que no saltan inmediatamente a los micrófonos de televisión, a una mezquita o a una radio para decir “lo que han hecho estos señores particulares en EEUU es condenable, es una vergüenza para esta religión, pero en absoluto no está justificado que miles de personas vayan a quemar la bandera de un país y a asaltar una embajada”. Tienen que decir claro que eso no es el Islam, con eso desprestigian el Islam, esto es una cosa de la Edad Media.

- Vamos a hablar de la crisis. España está siguiendo las directrices de Europa, y Europa a su vez las de Alemania. ¿Nos está gobernando Ángela Merkel?

- Está gobernando la Unión Europea, en la que Ángela Merkel tiene un peso mayor que ningún país. Y no está sola en ese sentido. Austria la apoya, Finlandia y Holanda también. Piensan que los que han despilfarrado ahora tienen que apretarse el cinturón si esos que han despilfarrado quieren que sigan ayudando económicamente. Ellos imponen unas ciertas condiciones, lo que el Gobierno de Rajoy tiene que intentar es que esas condiciones sean razonables. Quiera o no quiera, tendrá que plegarse a una parte de las condiciones que diga Europa y en ella por fuerza está Merkel, que es la voz más importante. Pero no sólo a la señora Merkel.

- Usted ha escrito recientemente el libro ‘Los presidentes y la diplomacia’. ¿Qué aceptación ha tenido en las librerías?

- Estoy contentísimo. Ya vamos por la tercera edición en tres meses, y eso que no es una novela, sino un libro donde examino lo que han hecho los presidentes de la democracia en la política exterior. Y con la crisis que hay, más a favor para estar contento.

- En su libro hace un repaso de los cinco presidentes del Gobierno con los que ha trabajado, analizando su política exterior. ¿Quién saca mejor y peor nota?

- Yo examino cómo se han comportado en el campo exterior. ¿Estaban cómodos cuando salían al extranjero? ¿Sabían idiomas? ¿Sabían tocar las cuestiones importantes de España, como la entrada en la Unión Europea, en la OTAN, las relaciones con Marruecos, Cuba…? Eso es lo que examino, no otras cosas. Lo más sencillo de contestar es quién saca peor nota en política exterior, que es claramente Zapatero. El que saca mejor nota… Hombre, saca muy buena nota Felipe González, pero no sólo porque tenía el sentido del Estado, también lo tenían otros, sino porque estuvo más tiempo. Y era una persona con cierto carisma. Pero en el libro no salen mal parados los otros presidentes. Aznar, por ejemplo, aunque ha sido demonizado, en mi opinión muy injustamente, sale bien parado porque yo trato de demostrar que era una persona que tenía palabra, cumplía su objetivo y en política internacional, el que tiene palabra es muy respetado. Y luego rescato un poco la figura de Calvo Sotelo, que es el gran olvidado de la Transición, y sin embargo, le debemos algo importante, y es que en el mundo actual él colocó a España en el sitio que le correspondía defensivamente, fue el que contra viento y marea llevó a España a integrarse en la OTAN.

- Rajoy no aparece en su libro porque usted se jubiló como diplomático antes de su llegada a La Moncloa, pero ¿cómo lo está viendo en política exterior?

- Lo bueno es que en el exterior tiene credibilidad, lo que es bueno en estos momentos. Se piensa que es un hombre solvente, en el sentido de que trata de hacer las cosas, no da un paso adelante y otro atrás, y va a cumplir lo que promete. En el aspecto menos optimista, es que es algo dubitativo, y por otra parte, tiene una política de comunicación bastante mediocre. Este Gobierno no vende bien lo que hace, no está aceptando todas las exigencias que le hacen desde Europa, ha hecho sólo una parte de lo que se le pide, y sin embargo, aquí la opinión pública piensa que ha hecho excesivos recortes. Estamos en esa situación paradójica, hay un fallo en la comunicación.

- De los cinco presidentes que menciona en el libro, sólo dos han visitado Melilla en su papel como presidente del Gobierno. ¿Cree que Rajoy seguirá los pasos de Suárez y Zapatero, o no le interesa incordiar a Marruecos?

- Yo creo que tarde o temprano tendrá que ir. Si uno va a Melilla todos los meses y empieza a decir cosas que hieren al vecino, el vecino puede pensar que van a rascarle los pies, pero que vaya una vez el presidente del Gobierno a Melilla, pues es una ciudad española, ¿por qué no va a ir?

- Como diplomático, ¿ha visto alguna vez en riesgo la soberanía española de Ceuta y Melilla?

- No, sinceramente no.

- Este verano se ha hablado mucho de las islas y peñones del Norte de África, por los problemas que han planteado con la inmigración. ¿Cree que Marruecos puede estar utilizándolos para, indirectamente, reclamar su entrega?

- Ahora mismo yo creo que no. Marruecos está comportándose correctamente y no de forma insidiosa en ese tema. Pero en el incidente del Perejil en la época de Aznar, creo que sí hubo un amago de alguien del gobierno marroquí, y no sé hasta dónde llegó el diseño de la operación. Sinceramente, no lo sé. Pero sí hubo un amago de incordiarnos de alguna forma, con objetivos que no sé cuáles serían.

- ¿Cómo ve al ministro de Exteriores, José Manuel García-Margallo?

- Lo está haciendo bien, y una cosa que tenía al principio, que no me entusiasmaba y parece que lo ha corregido, es que tenía ganas de hacer titulares en la prensa. Yo creo que es una persona ducha en el oficio, y muy conocedor de Europa.

- Más de 40 años ha durado su carrera diplomática. Ahora que está jubilado, ¿no lo echa de menos?

- Me he buscado otros quehaceres. Echo algo de menos la profesión, no me hubiese importado continuar dos o tres años más porque han sido 40 años trabajando en esto. Pero tampoco tengo una nostalgia que me entristezca. Estoy menos triste que Cristiano Ronaldo.

- Hablando de fútbol. ¿Volverá a ejercer algún cargo de responsabilidad en el Real Madrid, como en sus tiempos de director general?

- No, yo soy un hincha apasionado. Voy todos los domingos a mi asiento, pero volver al mundo del fútbol, no.

- ¿Y al cine? Porque usted ha hecho algunos cameos en varias películas.

- Ahora mismo hay una película mía en el cine, la de Garci que está en cartelera, se llama ‘Holmes & Watson: Madrid Days’. El año pasado rodé dos. Si un director tiene confianza en mí, yo me lanzo.
 

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