LUNES 17.
Juan Vivas está disfrutando de lo lindo con las dos
copas de Europa y la del Mundial conseguidas por la
selección española de fútbol. Nuestro alcalde está exultante
porque el presidente de la Federación de Fútbol de Ceuta ha
logrado que los trofeos se exhiban en Ceuta. Así que no ha
dudado en expresarle su admiración a su amigo Antonio
García Gaona y rendirle pleitesía a un presidente que
esta bajo sospecha. Nuestro alcalde ha aireado su
agradecimiento a la Federación Española de Fútbol y a la de
Ceuta por traer las copas, por segunda vez, logradas por una
España única e invencible futbolísticamente. Los trofeos han
sido llevados al Ayuntamiento, a la iglesia y a la
Comandancia General y hasta puede que el alcalde los pasee
por el centro de la ciudad acompañado por una cohorte de
chavales preparados al efecto. El alcalde ha resaltado el
trabajo realizado por el presidente de la FFC y cómo éste es
merecedor de que el Murube se ponga a disposición de un
dirigente que puede verse sometido a juicio por
prevaricación. Nuestro alcalde, debido a las mayorías
absolutas conseguidas en las urnas, parece que ha perdido el
oremus. Ojalá que la cosa no vaya a peor y tengamos que
lamentar un desvarío que nos deje sin alcalde. Un alcalde
convencido de que es imprescindible.
Martes. 18
Hoy, al fin, me ha sido posible escuchar atentamente el
documental Sánchez-Prado, médico y alcalde de Ceuta
durante la Segunda República. Y a fe que han sido 52 minutos
de narración, imágenes y documentos que me han encogido el
corazón. Ni siquiera el paso del tiempo ha podido evitarme
el dolor por aquellas personas que fueron víctimas de la
cerrazón entre partes de una España confundida en todos los
sentidos. La voz de Higinio Molina, grave, modulada,
haciendo de voz de la conciencia, me ha hecho condolerme por
quienes fueron asesinados vilmente. Ni siquiera el paso del
tiempo ha impedido que la pena me invadiera. Documentos así,
sean del lado que fueren, son necesarios para que tales
hechos no vuelvan a producirse jamás. Y, por tanto, conviene
que mostremos nuestro agradecimiento a las personas que han
trabajado en el documento: Sánchez Prado, médico y alcalde
de Ceuta durante la Segunda República. Sobre todo a
Francisco Sánchez, autor de muchísimos trabajos acerca
de un personaje, como Sánchez-Prado, que acabó
convirtiéndose en ese santo laico a quien una gran mayoría
de ceutíes, de toda clase social e ideas distintas, venera.
Miércoles. 19
Hace un día estupendo. Al menos, a mí me parece que es el
mejor día de septiembre, hasta ahora. Así lo expreso en la
tertulia que se ha formado en la terraza de Pedro’s. Desde
la cual divisamos la alegría que reina con la llegada de
unos invitados a una boda que ha elegido el establecimiento
para celebrar la unión. Mi buen estado de ánimo, por más que
yo esté casi siempre dispuesto a entusiasmarme cuando se me
presenta la oportunidad de compartir conversación con
conocidos, se debe al triunfo del Madrid frente al City.
Victoria tan agónica cual merecida. Y que dejó a muchos
periodistas sumidos en un cabreo de órdago a la grande ante
la imposibilidad de no poder cebarse con José Mourinho.
Que se jodan. Es la expresión que a mí me sale del alma ante
la atenta mirada de José Luis Peire. Tan buen
contertulio como persona afable, educada, culta y siempre
dispuesta a que los comentarios se sucedan dentro de un
orden. La pena es que faltó a la cita Celinia de Miguel,
mujer de José Luis. De Celinia debo decir, porque justicia
obliga, que fue modélico su comportamiento cuando desempeñó
cargos en el Gobierno local. Por tal motivo, no pocas veces
destaqué su forma de actuar. Pasó de puntillas por el
Ayuntamiento, cumpliendo con sus cometidos. Hacerse notar,
por sistema, no iba con ella. De modo que nos dejó un grato
recuerdo de su hacer político. Espero tener la oportunidad
de compartir con Celinia alguna que otra charla en los
sitios habituales.
Jueves. 20
Dedico la tarde a releer el libro titulado Juan de
Mairena. Personaje apócrifo de Antonio Machado.
Cuando llego a la página 76, me encuentro con la siguiente
reflexión sobre la política y la juventud. “La política,
señores –sigue hablando Mairena-, es una actividad
importantísima. Yo no os aconsejaré nunca el apoliticismo,
sino, en último término, el desdeño de la política mala, que
hacen trepadores y cucañistas, sin otro propósito que el de
obtener ganancias y colocar a parientes. Vosotros debéis
hacer política, aunque otra cosa os digan los que pretenden
hacerla sin vosotros, y naturalmente, contra vosotros. Sólo
me atrevo a aconsejaros que la hagáis a cara descubierta; en
el peor caso con máscara política, sin disfraz de otra cosa;
por ejemplo: de literatura, de filosofía, de religión.
Porque de otro modo contribuiréis a degradar actividades tan
excelentes, por lo menos, como la política, y a enturbiar la
política de tal suerte que ya no podamos nunca
entendernos…”. Trepadores y cucañistas. Las dos palabras me
suenan muchísimo. Y no tendría el menor inconveniente en
ponerme a mencionar nombres de quienes llevan años, muchos
años, actuando como arribistas amparándose en un señor cuyas
habilidades son superiores a sus conocimientos. Bien está
que se creen puestos de trabajo, pero no para colocar al
amigo, al cuñado, al yerno, al hijo del yerno o al militante
del partido. Vaya la anécdota: un ciudadano se acerca a un
gobernante para decirle que está parado y que necesita
trabajar. El gobernante le pregunta: ¿Estás afiliado al
partido…? No, dice el ciudadano. Responde el político: Pues
ya sabes, corre a afiliarte, que ese es el primer requisito
para que puedas encontrar empleo. Así habló quien todo lo
puede. Desvergüenza sin tapujo. Podría ser el título del
encuentro.
Viernes. 21
Cada vez son más las personas que están convencidas de que
entre Juan Vivas y Juan Luis Aróstegui existe
un pacto no escrito de mutua ayuda. Cuando se me pregunta en
la calle acerca de esta alianza, yo suelo decir que esas
relaciones vienen de antiguo. Que son dos políticos que se
entienden tan bien como capaces son de dar la impresión
contraria. Juegan al despiste. Hacen, salvando las
distancias y el oficio, el mismo paripé que hacían
Joselito y Belmonte: que la rivalidad en la plaza
de toros la trasladaban, también, fuera de los ruedos. Tal
es así que en la calle, cuando se encontraban, ni se
hablaban. Y, en cuanto les era posible, se corrían la juerga
de la amistad con verdadera fruición, lejos de las miradas
indiscretas. Vivas, como funcionario, y Aróstegui, como
político, se han llevado siempre a partir un piñón y han
compartido asuntos de mucho interés para ambos. Los dos,
como actores consumados, pues llevan muchos años metidos en
la Casa Grande, escenifican una postura irreconciliable que
luego se traduce, entre bastidores, en acuerdos varios.
Acuerdos de mucha importancia. Habrán observado ustedes cómo
Aróstegui es enemigo acérrimo del fútbol profesional,
siempre y cuando al frente del equipo no esté el presidente
deseado por el alcalde. En cambio, no dice ni pío, vamos,
que enmudece, cuando se lleva la pasta gansa la Federación
de Fútbol de Ceuta. ¿Por qué será? La respuesta es fácil.
Tan fácil como que me la sé de memoria. Aunque, como
comprenderán ustedes, sería una locura preconizarla. Ah, de
los cambalaches habidos- publicados e ilustrados con
documentos- entre García Gaona y Felipe Escane,
cuando éste era presidente de la Asociación Deportiva Ceuta,
aún no se ha pronunciado nuestro Lawrence de Arabia. Perdón:
Aróstegui.
Sábado. 22
Doce de la mañana. Reclaman mi atención desde una terraza de
cafetería céntrica. Todos los allí reunidos son conocidos. Y
me siento a la mesa a charlar un rato con ellos. A pesar de
que, vaya suerte la mía, son del Barcelona a muerte. Por lo
tanto, bien pronto trato de evitar los comentarios
futbolísticos. Y lo consigo; eso sí, gracias a que uno de
los contertulios se le ocurre mencionar a Francisco Fraiz,
y entonces se pide mi opinión acerca de alguien con quien
compartí muchas horas de tertulia y hasta hubo un tiempo en
el cual nos llevamos la mar de bien. Paco Fraiz, les digo,
antes de que Juan Vivas arrasara en las urnas, era el
político que más fervor e interés había despertado en esta
ciudad. Llegó a cautivar a innumerables personas y éstas
acudían a votarle confiadas en que lo hacían por alguien que
merecía la pena. Sabía estar en la calle. Era campechano y
desprendido cuando alternaba. Pocos le ganaban a la hora de
meterse la mano en el bolsillo para convidar. Tenía, pues,
el don de ganarse la voluntad de muchos ciudadanos y así
pudo obtener, en dos ocasiones, un capital político
incalculable. La primera, liderando una lista del
PSOE-Ceuta; la segunda, al frente de un partido localista:
Progreso y Futuro de Ceuta. Y las dos veces tiró lo ganado
por la borda. Me preguntas por la causa… Le sucedía lo
siguiente: en cuanto tocaba poder su carácter sufría una
transformación radical. Se convertía en un hombre variable,
irascible y siempre presto a tronar para intimidar a todo
quisque y dejar claro quién era el gallo del corral. Amante
de los hechos consumados, se fue buscando la ruina política
y el desencanto de sus votantes fue aumentando hasta
marchitarse la atracción que ejercía sobre ellos.
|