Entrevista al político marroquí Yahya Yahya, realizada en
Alhucemas. Nacido en Melilla el 9 de marzo de 1967, de padre
marroquí y madre holandesa, dispone de ambas nacionalidades.
Estudió Derecho en la Universidad de Granada y fue un tiempo
copresidente de la Asociación de Amistad Hispano-Marroquí.
Yahya Yahya protagonizó el pasado domingo 16 una falsa
ocupación del islote de Perejil.
Pregunta.-¿Quién es usted sr. Yahya?
R. Un patriota marroquí. Senador desde 2003 y alcalde de
Beni Ensar y Farhana desde 2009, poblaciones en las
inmediaciones de la Melilla ocupada, además de presidente
del Comité de Liberación de Ceuta, Melilla y las Islas.
P. Es conocido desde que en 2007 organizó una marcha
frustrada al islote de Perejil, por los intentos de corte
del abastecimiento de parte del agua potable a Melilla en
2010 y 2011, así como por colocar el 29 de agosto la bandera
marroquí en el Peñón de Vélez de la Gomera.
R. Solo lucho por la integridad territorial de Marruecos por
medios pacíficos, poniendo mi dinero. Nunca intenté cortar
el agua a Melilla, solo llamar la atención y que España la
pague, que le sale gratis. ¡Se me llegó a llamar alcalde
delincuente!. Los pozos están en mi municipio y como mucho
suponen el 1% del agua que recibe Melilla. Mire, en la playa
de la Bocana una asociación melillense tiene unas
instalaciones deportivas, los ciudadanos son bienvenidos, no
hay nada contra ellos. Otra cosa es la política española de
ocupación.
P. ¿Pero de qué ocupación habla…? Hace poco montaron
ustedes un lío con la visita del ministro García-Margallo a
Melilla y con su antecesor, el general Margallo, muerto en
1894. Sr. Yahya, en esa época hasta el mismo sultán Muley
Abddelaziz Ibn Hassan, mandó una “mehalla” para proteger la
plaza. Hay varios tratados bilaterales firmados por los
sultanes que reconocen, por parte de Marruecos, la
españolidad de Ceuta y Melilla
R. Hay que rectificar la historia. Y hay que hacerlo ahora,
es el momento, con la devolución de los Peñones ya. La
lógica y la geografía nos dice que Ceuta, Melilla y los
Peñones son marroquíes, hasta lo dicen expertos españoles,
desde algunos diplomáticos hasta académicos de la talla del
profesor Bernabé López.
P. Hablando de rectificar la historia y estando en
Alhucemas, sobre Cala Quemado, ¿cómo no critican ustedes el
desembarco de las tropas del Majzén en 1959, la sangrienta
represión sobre la población civil con miles de víctimas, el
uso de napalm, el despotismo del sátrapa Hassan II sobre
ésta tierra?.
R. Sí, la de Hassan II fue una represión brutal contra el
pueblo rifeño, una enorme atrocidad. Pero el actual rey está
encauzando la situación. Soy monárquico y por Mohamed VI
daría mi vida y hasta la última gota de sangre.
P. ¿Piensan seguir con sus acciones, donde le parece que
recaería la responsabilidad si un día hay alguna desgracia
humana?.
R. Seguiremos incansables con las reivindicaciones, soy
hombre de acción más que de palabra y seguiremos antes y
después de la Reunión de Alto Nivel (RAN). Sería
inconcebible que soldados españoles musulmanes disparasen
contra sus hermanos marroquíes, deben abandonar el ejército
español de ocupación. Nuestras acciones son siempre
pacíficas, en el Peñón de Vélez fuimos de día y en bañador,
para que la guarnición viera que no llevábamos armas.
Nuestros militantes asumen sus responsabilidades, son
patriotas y no mercenarios, adultos, no utilizaremos nunca a
menores ni a niños.
P. Permítame, ¿de qué pretende liberar a Ceuta y
Melilla?. Ambas ciudades españolas disfrutan de una serie de
libertades como las de pensamiento y religión, comunes en
Occidente. Marruecos ha evolucionado mucho y es sin duda un
referente en el mundo árabo-islámico, pero su sistema
político no es asimilable al europeo.
R. En Marruecos hay también iglesias y sinagogas, estamos
avanzando y eso es un hecho. En la nueva Constitución como
usted sabe casi se incluyen los derechos que me cita, pero
el señor Benkirán, actual presidente del Gobierno marroquí y
los suyos no estaban de acuerdo con ello
P. Ya. Dígame, ¿piensa plantear en algún momento sobre
Ceuta y Melilla un sucedáneo de la “Marcha Verde”?.
R. No, hay unos límites y hay que ser responsables pues
podríamos perder el control. Además una manifestación masiva
podría ser infiltrada por el islamismo radical, que la
manipularía y eso podría ser muy peligroso.
(*) Entrevista publicada ayer sábado en periódicos del Grupo
Editorial Prensa Ibérica (EPI)
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