Con motivo del ‘Día Mundial del Alzheimer’ que se celebraba
ayer, los miembros de la Asociación de Familiares de
Enfermos de Alzheimer (AFA) salieron a la calle para dar
información sobre la enfermedad a los ciudadanos, pero
también sobre todas las actividades y ayudas que se destinan
a los que padecen este mal y a sus cuidadores.
La Asociación de Familiares de Enfermos de Alzheimer (AFA)
en Ceuta tiene claro que la unidad hace la fuerza y, por
eso, ayer al conmemorar el día mundial de esta enfermedad,
reclamaba una política de Estado “muy necesaria” para
avanzar en la investigación y en la atención a los
afectados. “Tenemos que estar muy unidos, tanto médicos,
como investigadores, psicólogos, trabajadores sociales,
familiares y, por supuesto, la Administración”, apuntaba la
presidenta de la asociación, Virginia Viñuales, al pie del
stand. No obstante, explicaba que la sociedad en general
está concienciada y que cada vez hay más programas de ayuda
para los enfermos y que a la vez sirven para ‘descargar’ al
cuidador. Por eso ante los recortes, que ya han llegado
hasta la confederación nacional de AFA, desde la asociación
intentan preservar las actividades a toda costa. “Hemos
recortado en gastos, pero en servicios, por supuesto que no
-apostillaba Viñuales-. Nuestra finalidad es intentar dar
calidad de vida a los enfermos y las familias, cuidándoles,
dándoles tiempo de respiro, y si cortamos el servicio no
tiene sentido”.
Apoyo institucional
Para AFA, ayer el objetivo era informar a los ciudadanos
sobre los servicios que ofrece la asociación y sobre la
enfermedad. Una labor que el presidente de la Ciudad, Juan
Vivas, quiso apoyar con una visita al stand. “Este trabajo
es siempre importante, pero lo es mucho más en unos momentos
de dificultad económica en donde tenemos que intensificar el
esfuerzo y la imaginación para que las cuestiones
fundamentales no queden aparcadas de la agenda política”,
defendió Vivas que puso de relieve “el extraordinario”
trabajo que la asociación está realizando en Ceuta, donde
atiende a casi ochenta familias con enfermos que, como
señaló el presidente, “puede que no te conozcan, pero
probablemente sienten que te quieren”.
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