Fue hablando con un conocido, el
pasado martes, cuando éste sacó a relucir las declaraciones
que había hecho el alcalde, el día anterior, en las que
ponía por las nubes a Antonio García Gaona,
aprovechando la llegada, nuevamente, de los trofeos
conseguidos por la selección española de fútbol, para
exhibirlos con fines propagandísticos, en momentos donde el
presidente de la FFC está bajo sospecha. Y, claro, me
preguntó al respecto.
Mi respuesta fue rápida: García Gaona está bajo la égida de
nuestro alcalde. Mi interlocutor se me quedó mirando, con
cara de no entender nada, porque, pese a ser persona culta,
no atinaba en ese momento a descifrar la frase hecha que yo
le había soltado, así como quien no quiere la cosa. Y hube
de traducírsela.
Estar bajo la égida es expresión que se utiliza para indicar
que alguien goza de protección y amparo de otra persona más
poderosa. Su origen se encuentra en la mitología griega, en
la que égida era el nombre del escudo o coraza maravillosa
de Zeus y Atenea, y que estaban hechos con la piel de la
cabra Amaltea.
En fin, dejemos la mitología y vayamos al grano. Juan
Vivas no ha hecho sino airear que el presidente de la
FFC está protegido por él. Porque tiene absoluta confianza
en su modo de actuar y porque son muchas las cosas que tiene
que agradecerle a su amigo y compañero de partido. Ahí es
nada que éste consiga, por dos veces consecutivas, traer a
Ceuta dos copas de Europa y una mundial, para que los niños
y las instituciones sepan que España no hay más que una y
que es invencible futbolísticamente.
Verás, nuestro alcalde tiene todo el derecho del mundo a
elegir sus amistades. Y también, faltaría más, a expresar
públicamente el mucho afecto que siente por cualquiera de
esos amigos. Y qué decir si el amigo es militante del PP,
representa lo mejor del deporte español, tiene Viajes
Trujillo a disposición de todos, y ha sido tan claro de
ideas que ha descubierto que hacía falta un campo de césped
artificial, ya que en Ceuta sólo había dos. Una ridiculez
que había que evitar a toda costa, dado que así lo había
aconsejado, en una de sus visitas a la ciudad, el
vicepresidente adjunto a la presidencia, asuntos económicos,
Juan Padrón Morales. Casi nada.
No obstante, esa protección municipal, por más que le haya
proporcionado muchos beneficios al presidente de la FFC, tan
conocidos ya como para permitirme no redoblar el tambor,
también le ha hecho levitar. Es decir, saberse protegido le
ha permitido a García Gaona suspenderse del suelo como signo
evidente de que podía hacer de su capa un sayo en todo lo
que emprendiera. Flotar en el aire, gozando de toda
protección, debe de ser un ejercicio apasionante. Fabuloso.
Ahora bien, no dejo de imaginar que el regreso a la
realidad, o sea, el volver a tener que pisar el asfalto como
los demás mortales, tampoco será plato de buen gusto.
La primera realidad a la que se ha tenido que enfrentar el
presidente de la FFC, García Gaona, la he visto hoy en una
fotografía que ilustra una información de este periódico:
García Gaona saliendo del edificio de Hacienda, acompañado
por Felipe Escane, para justificar los contratos de
los jugadores de la ADC entre 2007 y 2009. Entre otras
cosas. Por algo se empieza a caminar como los demás
mortales. Vamos, los que carecemos de paracaídas. O, mejor
dicho, los que no estamos bajo la égida de nadie.
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