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OPINIÓN - JUEVES, 20 DE SEPTIEMBRE DE 2012

 

OPINIÓN / EL OASIS

Hay periodistas que no saben ni papa de fútbol
 


Manolo De la Torre
manolodelatorre@elpueblodeceuta.com
 

En el verano del 2008, cuando España empezaba a dar muestras de flaquezas económicas y principiaba a barruntarse que los grandes bancos inversores habían cometido tantas fechorías como para que los gobiernos tuvieran la gran coartada para destrozar a la clase media, la selección española ganaba la Eurocopa disputada entre Austria y Suiza.

Los españoles, a pesar del miedo a la crisis económica que se anunciaba a bombo y platillo, se desplazaron masivamente a los campos suizos y austriacos para ver en directo el juego de una selección, repleta de jugadores bajitos, a los que Luis Aragonés supo crearles el sistema de juego adecuado a sus cualidades.

Ese verano, por si alguien no lo recuerda, el Barcelona presentó a Pep Guardiola como entrenador. Lo digo para que algunos no sigan diciendo que Aragonés plagió las ideas futbolísticas del chico nacido en Santpedor y que, hace nada, abogó porque Cataluña se independice de una vez por todas de unos españoles que llevan toda una vida viviendo a costa del trabajo de los catalanes.

En esa Eurocopa, Iker Casillas fue elevado a los altares por sus penaltis parados frente a los italianos. Empieza la hegemonía del Barcelona y se habla nada más que de este equipo, de su entrenador y de los triunfos que va obteniendo la selección española dirigida por Del Bosque.

De modo que en mayo de 2010 el presidente del Real Madrid contrata a Mourinho para que haga del equipo un grupo fuerte que sea capaz de quitarse los complejos que la selección española y el equipo azulgrana le habían causado.

En España no se hablaba nada más que de Messi, de los futbolistas bajitos y de un portero al cual calificaban de legendario. Por parar varios penaltis y sacar a relucir ciertos reflejos lógicos en cualquier guardameta de primera fila. Aciertos que sus partidarios acérrimos, la prensa en general, destacan con tanto entusiasmo como tratan de omitir sus defectos garrafales: es horrible en los balones por alto, un desastre en el juego con los pies y no tiene la menor idea de lo que es situar una barrera.

Llega Mourinho al Madrid cuando España acaba de obtener el título de campeón mundial en Sudáfrica. Cuando los españoles son todos de la Roja y Del Bosque y Guardiola parecen haber inventado el fútbol. Se le recibe con hosquedad. Como se suele tratar en este país a cualquier portugués que sea bueno en algo. Empiezan a mirarlo por encima del hombro y a desprestigiarlo. Pero el portugués, listo de verdad, no tiene el menor empacho en enfrentarse a quienes no saben ni papa de fútbol. Por más que escriban en periódico tan reputado como es El País.

El País, como As, Marca y otros periódicos, cuenta con plumas que no cesan de arremeter contra el entrenador que más títulos ha obtenido en distintos países. Se les nota a la legua que la llegada de Mourinho les ha sentado como un tiro. Máxime cuando éste decide poner a Valdano en la calle. Para que deje de filtrar a la prensa los problemas que se van generando en los vestuarios. La salida del chivato hace que el grupo Prisa destile veneno contra el mejor técnico que ha tenido el Madrid desde hace muchos años.

Mourinho, frente al Manchester City, demostró un valor incalculable. E hizo lo que este servidor venía pidiendo desde hace ya su tiempo: dejar en el banquillo a Sergio Ramos. Por más que sea un magnífico jugador. El siguiente paso es sentar a Casillas y Alonso.
 

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