Si el multimillonario pelotero del
Real Madrid, Cristiano Ronaldo, declaró hace unas fechas que
se encontraba triste. No quiero ni pensar, en qué grado de
extrema tristeza se encontrarán en España, los cinco o más
millones de parados existentes, al tener un presente y
futuro inmediato más que negro, porque muchísimos de ellos
no tienen lo más mínimo de poder adquisitivo, para adquirir
alimentos básicos, ni para artículos de primera necesidad.
Sin embargo, al pelotero madridista, por sobrarle, le sobra
hasta la soberbia, faltándole, por el contrario, humildad y
compresión hacia la situación que atraviesa no solo su país
de origen, Portugal, sino también, gran parte del universo
que agoniza de hambruna, por culpa de la expandida peste
capitalista y política.
Y como este mundo que nos ha tocado vivir se asemeja a una
jungla depredadora, libertina y justiciera; cada cual
camina, transita o pace al sol que más le calienta o le
dejan. Por lo que, no me extraña lo más mínimo, que muchos
como Ronaldo, vivan en una burbuja al margen del resto de
los mortales de a pie. Brillándoles por su ausencia, la
justa distribución de la riqueza, debido a que muchas de las
grandes fortunas se han forjado sometiendo a los pueblos
bajo sus yugos inquisidores. Por lo tanto, no será
descabellado, que a Cristiano Ronaldo, en determinados
campos de fútbol, le llamen próximamente de todo menos
bonito.
Servidor de usted, estimado lector, para quitarle a Ronaldo
la tristeza que padece, lo despojaba imaginariamente de todo
su patrimonio, y le haría un arreglo físico para que nadie
le reconociera. Lo pondría en una cola del paro para que
solicite un puesto de trabajo. Y de techo dispondría de un
albergue durante los primeros días de su nuevo status.
Pasando inmediatamente después, como el resto de indigentes,
a tener como colchón un cartón y, en el mejor de los casos,
el hall de un cajero bancario para dormitar, sin que se le
meen encima los perros callejeros.
Pero si la tristeza de Ronaldo ha crispado a gran parte de
la población. La extrema alegría demostrada por la
presidenta de la Comunidad Autónoma de Madrid, Esperanza
Aguirre, con la llegada del nuevo ‘Mister Marshall’ a la
capital de España, el magnate norteamericano Sheldon Adelson,
con su proyecto de construcción del ‘macro resort’ del jugo,
ocio, vicio, etc., denominado Eurovegas; ha provocado muchas
alarmas, porque nadie da dólares por pesetas. Y menos, este
lince de los negocios, el que sin duda alguna la va a liar,
porque no es oro todo lo que reluce en él.
Y al ser miles de millones de euros, los que se van a
invertir, ¿de dónde saldrá tanto dinero? Porque el americano
no lo va a poner todo, sino como mucho una cuarta parte. Por
lo que, si no lo ha hecho ya, nada más iniciarse las obras,
llamará a las puertas del Estado español, solicitándole
ayudas económicas y todo tipo de privilegios. Arruinando e
hipotecando, si le fuera concedido todas sus exigencias, aún
más, a esta España andrajosa de piratas, corsarios,
escarabajos peloteros y otras especies similares.
Con el agravante, además, que ese modelo empresarial que
quiere implantar la veterana política de la Comunidad
Autónoma de Madrid para crear empleos, no es el sistema más
adecuado. Porque si nuestro modelo productivo hasta hace
poco estaba sustentado en los ladrillos, provocando lo que
ha ocurrido. No creo que la construcción de Eurovegas vaya a
solucionar los graves problemas de desempleo que padece
España, sino todo lo contrario.
Así que, bastante hipotecada está ya España, como para que
doña Esperanza Aguirre y sus superiores jerárquicos del PP
del Gobierno del Estado Español, piquen ‘inocentemente’ con
el timo de la estampita, propuesto por el presunto mafioso
Sheldon Adelson, al que se le ha acusado de casi todo. Por
lo que, no sólo en Madrid, sino también en Cataluña, puede
ocurrir más de lo mismo, con el proyecto de construcción
allí, de los parques temáticos de Barcelona Word, que
construirá Enrique Bañuelos, empresario español, este
último, de no muy buena gloria empresarial.
Consecuentemente, cabe la posibilidad, que pueda estar por
llegar con Eurovegas y con Barcelona Word, que se asemejen a
los aeropuertos construidos sin necesidad alguna por falta
de pasajeros, y con las ciudades culturales y científicas de
Valencia y Santiago de Compostela. Donde se gastaron en esas
moles de hormigón enormes cantidades de millones de euros.
Quedándose obsoletas e inservibles antes incluso de ser
inaugurados. Demostrando el Partido Popular, que para
construir esas y otras monstruosidades, no les temblaron, al
no conocerlas, ni sus vergüenzas cívicas ni políticas.
Porque para los autores de tales despilfarros, todo vale, al
ser inmunes de responsabilidad penal.
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