A Carracao le sienta mal que el
Gobierno de la Ciudad Autónoma sólo cuente con él y con el
Partido Socialista cuando le viene bien hacerlo. “Nos hace
partícipes de las propuestas y problemas, pero casi nunca de
las soluciones; este Gobierno busca a la oposición cuando le
interesa, pero no tiene en cuenta nuestras propuestas”,
lamentaba ayer el secretario general del PSOE. El partido
que lidera Carracao aún no parece haber cogido la suficiente
fuerza como para enfrentarse a un contrincante poderoso,
pero tiene algo claro: quiere hacerlo y va a luchar por
ello. Pero para ser una oposición fuerte necesita que le
escuchen, que le involucren aunque no le apoyen. La petición
del socialista es justa. El curso político está a punto de
empezar, y unos y otros deben jugar limpio.
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