Los amigos del todo vale o los interesados de turno por
razones que bien sabrán ellos, no han tardado en criticar la
iniciativa del PSOE de Ceuta de llevar a Pleno la conducta
reprobable del presidente de la Federación de Fútbol,
Antonio García Gaona. Un asunto que ya viene coleando más de
una semana y que ha provocado en la calle, un auténtica
alarma social por los vínculos económico-deportivos en la
gestión-recaudación de García Gaona en su doble papel de
presidente de la Federación de Fútbol de Ceuta y
administrador de la agencia de Viajes Trujillo, que
monopoliza la gestión comercial de todos los desplazamientos
de equipos de fútbol que forman parte del máximo organismo
de este jefe bicéfalo.
Quienes no quieren entrar en el fondo de la cuestión y se
van por las ramas atacando al Partido Socialista por
presentar una iniciativa parlamentaria en forma de
interpelaciones, son voces interesadas en encubrir desmanes
que, provocan tales excesos, que suponen un nivel de poca
vergüenza y abuso económico de verdadero Juzgado de Guardia.
Quienes obvian la documentación existente y que la Ciudad
Autónoma de Ceuta tiene una “patata caliente” a la que no
sabe con meter el diente, ni son ingenuos ni despistados.
Sencillamente, comparten el talante de Antonio García Gaona
porque, en el fondo, son iguales que él.
El estado de opinión de la calle, han de saberlo los
políticos que se encierran en su despacho como si fuera una
urna de cristal opaco, es de escándalo. No se explica el
ciudadano sensible a estas cuestiones cómo con dinero
público se puede abusar tanto sin que nadie le pida
explicaciones a Antonio García Gaona.
Los vínculos Federación de Fútbol-A.D. Ceuta, en otra época,
no admiten lugar a la duda. Los trasiegos económicos de una
a otra, tampoco. El silencio de una institución pública como
la Ciudad Autónoma de Ceuta, le lleva a situarse en una
escabrosa postura de complicidad, nada recomendable para un
ente de estas características.
Si el PSOE, en un ejercicio de responsabilidad política ha
tomado el testigo de plantear, por interés público, una
cuestión tan escabrosa como ésta, no hay que censurar un
comportamiento responsable y perfectamente legítimo en su
labor de oposición, algo que se echa en falta en el otro
grupo de la oposición: Coalición Caballas.
Desde esta tribuna no podemos mas que compartir la
iniciativa socialista y esperar a ver qué explicaciones da
el Gobierno a un asunto que ha permanecido larvado durante
tres años, sin que nadie haya afrontado una situación
envenenada por intereses muy particulares.
Si el PSOE se ha hecho portavoz de los intereses generales,
ha ejercido un derecho legítimo como formación política con
representación en la Asamblea. ¿Alguien ha pensado que en la
calle también hay ciudadanos que se están haciendo muchas
preguntas sobre este escabroso asunto?
Mantener esta situación con padrinos que lo acepten y
aprovecharse de la Federación de Fútbol para hacer la misma
jugada (ya que hablamos del deporte de la pelota), es una
conducta que alguien habrá de tipificar con su verdadera
denominación jurídica.
Aquí no cabe mirar para otro sitio o taparse los oídos para
no escuchar las voces que reclaman comportamientos honestos.
No es cuestión de pasar página; se impone que cada uno
responda de sus responsabilidades.
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