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OPINIÓN - VIERNES, 14 DE SEPTIEMBRE DE 2012

 

OPINIÓN / EL OASIS

García Gaona está metido en un berenjenal
 


Manolo De la Torre
manolodelatorre@elpueblodeceuta.com
 

Fue el sábado 8 de septiembre pasado cuando le dediqué yo una columna al presidente de la Federación de Fútbol de Ceuta. Cuyo título fue el siguiente: García Gaona está al borde del abismo. El lunes, 10, me lo tropecé cuando él iba camino del Ayuntamiento. Y, como siempre, Antonio mantuvo el tipo frente a mí. Se mostró educado y puso la jeta festiva que lo distingue como un gran encajador. Lo cual es de agradecer.

Ahora bien, por más que García Gaona ponga cara de lipendi para no asumir que está metido en un lío morrocotudo, no me impide a mí, por más que me cueste lo indecible, propalar que su gestión en la FFC es nefasta y está abocada a que se resuelva en los juzgados. García Gaona no se puede llamar a engaño. Accedió a la presidencia tras haber estado mucho tiempo como vicepresidente de un organismo privado que ha venido disfrutando de subvenciones municipales cuantiosas y otras prebendas que siempre fueron ocultadas. Por lo que un servidor decidió hace muchos años denunciar la oscuridad de unos libros de contabilidad que están pidiendo a gritos que una linterna adecuada ilumine las zonas de trinconeo a discreción.

Trinconeo que nos ha denunciado este periódico. Al decirnos que el presidente de la FFC ha estado facturando a los equipos de fútbol. Actuación condenable. Que se agrava al enterarnos de que la AD Ceuta financió a Viajes Trujillo durante la etapa de Felipe Escane como presidente del club. Y lo hace ilustrando gráficamente la denuncia.

Prueba palpable de que García Gaona ha estado ejerciendo su cargo convencido de que tiene bula para hacer y deshacer a su antojo. Se ha confiado de tal manera que ahora mismo parece ser que está al borde del abismo por cometer imprudencias que han puesto ya en guardia a los funcionarios que pueden verse implicados en asunto tan serio cual desagradable. Ahí es nada pasarse los estatutos federativos por la entrepierna.

García Gaona es persona ambiciosa. Lo cual no es ningún pecado. La ambición es buena siempre y cuando vaya acompañada de comportamientos acordes con la honradez. De no ser así, más pronto que tarde el sujeto que procede mal a sabiendas es reo de sus propias tropelías y se ve sometido a la presión de quienes están en condiciones de denunciar sus posibles fechorías.

Fechorías que pueden ser decisivas para acabar con su carrera federativa. Una pena. Puesto que a García Gaona ser presidente de la FFC le reporta grandes beneficios y le permite participar en una escala social a la cual, sin el cargo federativo, jamás habría accedido.

Me decía un amigo, horas antes de ponerme a escribir esta columna, que AGG se estaba comportando como un piojo resucitao. Ser un piojo resucitao significa ser un nuevo rico, o un individuo que por casualidad o por influencias políticas ocupa un cargo para el que no está preparado, y en el que hace el ridículo por su actitud pretenciosa.

En fin, que el presidente de la FFC se ha metido en un berenjenal. Y no será porque quien escribe no se lo haya venido anunciando muchos años ha. En los que no me he cansado de pedirle que metiera un chorro de luz en los libros de contabilidad del organismo. Y, sobre todo, que no se durmiera en los laureles. Porque camarón que se duerme… Pero ni caso.
 

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