La realidad que nos está tocando vivir es compleja. Además
de una ralentización mundial de la economía, nuestro país
está sufriendo la que quizás sea la mayor crisis económica
moderna de la historia de España, donde jóvenes,
emprendedores y empresarios están sufriendo la caída de
ingresos empresariales y la falta de empleo. En este entorno
la formación aparece como una solución con fundamento para
la recuperación.
Desde la pérdida de los territorios de ultramar, a finales
del siglo XIX, no ha habido ninguna crisis económica tan
aguda como la que estamos sufriendo actualmente en la
economía española, con caídas importantes del Producto
Interior Bruto (PIB) y del empleo, que además está
condicionada por la imposibilidad de endeudamiento ya no
sólo de familias y empresas, sino también de
administraciones públicas que pudiera permitir la
reactivación de la economía por el lado de la demanda de
servicios desde el sector público.
En este entorno nuestros jóvenes están sufriendo
enormemente, pudiendo convertirse en la generación perdida,
que ha pasado de finalizar sus estudios – siendo la
generación con mayor porcentaje de universitarios de la
historia de España – a engrosar las listas del paro, y que
va sumando años a su edad sin encontrar trabajo.
En este momento tan complejo la apuesta clara de
rentabilidad a largo plazo debe ser la de la formación,
inversión en formación de calidad, en formación apreciada
por las empresas, y formación en emprendimiento, que permita
a nuestros jóvenes lanzar ideas empresariales con el apoyo
de conocimientos prácticos de cómo hacerlo minimizando el
riesgo de la pérdida del capital invertido, y con ‘garantías
de éxito’.
Las escuelas de negocio, que nacieron a mediados del siglo
pasado basándose en esos criterios, en una etapa post
segunda guerra mundial, se basan en este principio, en dotar
a empresarios, directivos y jóvenes emprendedores los
conocimientos para poder minimizar el riesgo en los
proyectos empresariales, y conseguir así, por una parte, el
autoempleo mediante la creación de microempresas, y por otra
la dinamización de la economía que la situación actual no
nos permite realizar desde el sector públicos, con claras
restricciones presupuestarias y de crédito motivadas por el
elevado déficit nacional.
La Escuela de Negocios del Mediterráneo (www.enme.es) ha
tenido y tiene por objetivo el fomento de ese carácter
emprendedor, que permita a los jóvenes ceutíes y de la zona
minimizar los riesgos ante la creación de microempresas, y
dotar de formación útil a empresarios y directivos,
permitiendo el crecimiento de la economía en la zona de
influencia. Esperemos que ese esfuerzo invertido en la
formación permita una aceleración en la recuperación
económica.
* Director Académico de la Escuela de Negocios del
Mediterráneo (http://www.enme.es)
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