La Asociación de Moteros ha replicado a una futura
adjudicación del contrato de Seguridad Vial. A este
respecto, llama la atención que en plena época de crisis se
produzcan concesiones de esta naturaleza con tanta veleidad
y capricho. No se entiende, a no ser que el favoritismo
quiera justificarlo, que algo que resultaba gratuito y que
aún haya quienes se postulan para hacerlo gratis, se
adjudique por 72.000 euros.
No parece ni prudente ni sensato ni tampoco un ahorro
económico sino todo lo contrario, por supuesto, estas
prácticas de adjudicaciones incomprensibles que despiertan
no pocas sospechas y bastantes recelos, provocando
reacciones como ésta de los Moteros, dispuestos a realizar
de manera gratuita una labor que ya lo era con anterioridad
y sobre la que llegan a apuntar que supone atentar contra la
inteligencia de las personas.
Este revuelo no se habría organizado si por parte de “quien
corresponde”, hubieran actuado de otra manera más acorde con
los tiempos que corren, de crisis económica, de recortes y
control del gasto. Este tipo de adjudicaciones, con
voluntarios dispuestos a hacerlo gratis, ni es ahorro, ni se
atiene a la práctica que ha promovido Mariano Rajoy de
evitar los dispendios económicos. Bien han de saberlo sus
dirigentes, aunque llegan a olvidarse con mucha facilidad,
cuando muestran esta flaqueza de memoria y tiran por el
camino de en medio, haciendo oídos sordos a su líder.
Estas conductas de conveniencia dejan muy mal parado a quien
tiene la capacidad de otorgar concesiones que, a lo que
parece, son más graciables de lo que se podía imaginar, ya
que en este caso no parecen interesados en el ahorro. La
difícil justificación del asunto es lo que ha llevado a los
Moteros a elevar la voz y calificar el hecho con apelativos
que demuestran su indignación.
Habría que reflexionar porque, en otro caso, estos
comportamientos censurables dejan muy malas sensaciones. Hay
actuaciones que hablan por sí solas.
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