En toda España se han tenido que
reducir las ayudas que no sean absolutamente perentorias ¿Y
saben por qué? Pues porque el desempleo ha alcanzado records
históricos y a los afortunados que trabajan les han subido
los impuestos y el IVA, lo que viene a significar que hay
que apretar y esquilmar a una parte de la sociedad para
“tirar” del resto. ¿Y saben que en Ceuta y Melilla han sido
en las Autonomías en las que se otorgan más becas y con
menos requisitos? Una especie de ventaja añadida a las
muchas de las que podemos hacer gala y que nos diferencian
en positivo del resto de la población. Pero por el tema de
los muchos privilegios de los que hemos disfrutado los de
Coalición Caballas pasan de puntillas y cogiéndosela con
papel de fumar, ¡No vayan a frustrarles el discurso
victimista de Jeremías localistas y les dejen sin
argumentario de quejosidades!. Pero la postura de estos de
la Coalición es tan insolidaria y tan egoísta con la España
que pasa auténticas calamidades, que llegan a rayar en la
maldad absoluta o en la ignorancia más supina.
¿Universalidad de los libros de texto? Sí y también de la
licenciatura en Ingeniería de Telecomunicaciones ¿O es que
no tenemos todos derecho a ser ingenieros? Y plantean estas
pamplinas demagógicas del asistencialismo con el “gratis
total” cuando en muchas escuelas públicas andaluzas, a las
que acuden niños de extracción muy humilde que “merecerían”
disfrutar de beca, pero a quienes no se les da porque las
becas son limitadas y su concesión se analiza mucho, repito,
en muchas escuelas andaluzas los libros son efectivamente
“universales” porque después de cada curso se recuperan por
parte de los maestros y vienen a ser heredados por quienes
acceden ese año a ese curso y así sucesivamente. ¿Y qué
significa? Que padres e hijos, auténticamente conscientes
del valor intrínseco de los libros de texto y dentro del más
absoluto respeto, forran los libros, si tienen que escribir
sobre ellos los ejercicios lo hacen con lápiz para poder
borrarlos en atención a quienes los van a heredar y tanto
padres como educadores inculcan desde la más tierna infancia
a los alumnos la importancia que tiene el poder estudiar en
esos libros y lo privilegiados que son por el hecho de
acudir a una escuela (a veces son barracones prefabricados
con el mínimo de material) y padres e hijos saben y sienten
que “de ahí sale el pan”. ¿Y es que los niños de los medios
rurales o de los enclaves marginales de Andalucía o de
Extremadura no tienen derecho a la Universalidad de los
libros, a buenas escuelas, a buenos transportes y no diré “a
la calidad” porque “esa” existe? Sí. El problema es que el
Gobierno no pone en marcha por las noches la máquina de
imprimir billetes, sino que nos los dan y nos los controlan
desde Europa. Pero ¿En qué tipo de galaxia olvidada viven
los quejumbrosos de la Coalición con sus exigencias de tener
derecho “a todo”? ¡Y lo burdos que son!. ¿Educación de
calidad? Otro latiguillo insulso e ignorante. Cuando hay un
libro, un maestro que explique, un aula con pupitres,
lápices para tomar nota y cojones y ganas de estudiar y de
salir adelante con esfuerzo, voluntad y sacrificio tanto por
parte de los alumnos como de los padres, ahí está la mejor y
más excelente calidad, que es la intrínseca calidad humana
de padres, hijos y maestros decididos por igual a aprender,
con las mismas ganas de aprobar o… ¿Es que los libros de
texto que utiliza el alumnado de Ceuta van escritos en
Braille o en alemán (ojalá)? Pues ahí tienen los libros, ahí
está el maestro y ahí tienen los codos, siempre que no
tengan la desgracia de ser discapacitados y estar manquitos.
¿Calidad? Hincar los codos en la mesa y comerse los libros.
¿O es que Coalición Caballas considera de forma altiva que
los alumnos de Ceuta “no son capaces” de estudiar,
esforzarse, memorizar, tragarse las lecciones y promocionar?
¿Y qué carajo pinta el Ministro de Educación a la hora de
que el alumno hinque los codos, se afane sobre los libros y
se ponga a la vera un ventilador para que le pase las
páginas? Los libros están: para estudiarlos. La escuela y el
maestro existen: para explicar y mandar los deberes y luego
corregir, examinar y puntuar. Los padres existen: para
obligar a los hijos a cumplir con sus obligaciones,
inculcarles valores y educarles en la moral del esfuerzo y
del sacrificio. Todo ello es la esencia misma de la calidad.
Y lo digo porque he tratado con alumnado de zonas rurales y
de enclaves muy marginales, algunos que comían del banco de
alimentos. ¿Y saben el factor clave de esas familias a las
que se califica genéricamente “en riesgo de exclusión
social”? El afán. El afán porque sus hijos se comieran unos
libros de texto que eran las naves transportadoras que en un
futuro les llevarían a otra realidad. ¿Y si esos niños
pueden y quieren, me van a decir los de la Coalición que los
alumnos de Ceuta no? ¿Y por qué no?
La ignorancia y el estar encerrados y atrincherados en
localismos catetos dan una visión tan miserable como irreal
de la vida y cuando esa irrealidad le sale por la boca a
algún supuesto líder, los efectos son letales. Y encima
falsarios. El “desastre” no es la política educativa, el
“desastre” son los de la Coalición Caballas.
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