Las llamadas “permanencias”
consistían en unas clases especiales, a las que se acogían
voluntariamente los alumnos de la antigua Enseñanza
Primaria. Con la jornada partida, los alumnos prorrogaban la
misma, una hora, después de la jornada de la tarde. Por
supuesto que el alumnado, con la debida autorización
paterna, aceptaba el estar ese tiempo extra, en beneficio de
su mejora escolar.
En principio, como este tiempo extra no suponía ningún
desembolso a la familia, éste mostraba su satisfacción.
Quiero recordar que el Ministerio libraba unas becas de
escaso valor, por lo que la familia se veía liberada de
hacer desembolso alguno.
Desaparecidas las ayudas, se establecieron voluntariamente,
ya que los padres tenían que abonarlas. Su voluntariedad
significó que solamente los alumnos que sus padres podían
pagarlas, se consideraban privilegiados.
Para aquellos que sus padres alargaban la jornada, por que
estimaban que cuanto más tiempo estuvieran en la escuela el
alumno se beneficiaba más, y el mismo tiempo se liberaban
ellos porque ya los “deberes” escolares los llevaban hechos
para el día siguiente. Y es conveniente añadir que los
padres no protestaban porque sus hijos llevaran deberes, ya
estaban autorizados.
Como todavía la economía del pueblo depende de la pesca,
nosotros los que necesitábamos dar clases de permanencia o
de preparación para ingreso en Bachillerato Elemental,
veíamos con pesar que cada vez se nos quedaban menos
alumnos; los permisos de pesca cada día encontraban más
dificultades para que la flota pesquera faenera en los
calderos del vecino reino marroquí.
Habían establecidos unas medidas muy restrictivas, que
harían meditar a los responsables de esta actividad tan
importante para los intereses económicos del pueblo. Ya no
servían los viejos barcos que formaban la flota pesquera;
era necesario otro tipo de embarcación más resistente y de
mayor calado. Al parecer la solución estaba en los barcos de
hierro, alternativa importante para evitar la gran debacle
económica que se avecinaba…
Y, nosotros decíamos adiós a nuestras socorridas
“permanencias”. Por razones de cambio de lugar de destino,
no puede presencia de forma directa el cambio que demandaba
el pueblo para mejorar la situación económica.
Pero, es necesario recordar que nuestro recordado pueblo,
Barbate, en aquellos años de “bonanza económica” era un
lugar muy solicitado, por el tractivo de su riqueza
pesquera, dando lugar a una localidad pujante y floreciente.
Por otras razones fue un lugar muy solicitado por los
maestros ceutíes, haciendo su enumeración una labor
inagotable.
El Ministerio de Educación está pisando el acelerador para
sacar adelante el proyecto más ambicioso de la legislatura:
la reforma de la Ley Orgánica de Educación (LOE), aprobada
en 2006 con el Sr. Zapatero como Presidente del Gobierno. A
finales de Junio pasado, el Ministro de Educación Sr.Wert
presentó al Consejo de Ministros un primer Informe sobre el
anteproyecto de Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad
Educativa (LOMCE). El Plan contempla que en estos días se
aprobará y el Congreso la sancione antes de finalizar el
año.
Según sostiene el Sr. Ministro, los países que han mejorado
de forma relativamente rápida la calidad de sus sistemas
educativos han simplificado el currículo y reforzado los
conocimientos instrumentales; han flexibilizado las
trayectorias de forma que los estudiantes puedan elegir las
más adecuadas a sus capacidades y aspiraciones; han
desarrollado “sistemas de evaluación externa, censales y
consistentes en el tiempo”; han incrementado la
transparencia de los resultados; han promovido una mayor
autonomía y especialización en los centros; han exigido a
los estudiantes, profesores y colegios la rendición de
cuentas y, finalmente, han incentivado el esfuerzo.
Esos principios, traducidos al sistema educativo español,
quieren decir, entre otros extremos, convertir 4º de la ESO
en un curso de iniciación con dos trayectorias claras: hacia
el Bachillerato y hacia la Formación Profesional; y realizar
evaluaciones externas al final de cada etapa , lo que se
viene conociendo como “reválidas”, que serán diseñadas por
el Gobierno en la parte de enseñanzas mínimas y por las
Comunidades Autónomas en la parte restante…
Todo parece que va a funcionar perfectamente. Los que ya
tenemos experiencia en estos temas, no podemos, por menos,
que considerar todo lo anteriormente expuesto como pura
utopía.
En estos días se han llevado a cabo cubrir las vacantes en
los distintos niveles educativos. Según datos recogidos de
las distintas autonomías, el recorte de profesionales ha
sido brutal; naturalmente en aquellos casos de interinidad,
que no han tenido en cuenta la labor que han venido
desarrollando estos sufridos profesionales, en particular,
en sus funciones de apoyo en aquellos grupos que no
progresan adecuadamente y que, desde ahora se van a
convertir en “naúfragos” en sus distintos grupos, al no
poder ser atendidos por el profesor/maestro de turno….
Como no se espera rectificación –Dios quiera que nos
equivoquemos- estos profesionales que “vivirán”, se supone
de hacer sustituciones; es posible, por otra parte, que se
dedicarán a dar clases particulares, recurso que siempre se
ha utilizado-, porque con toda seguridad no podarán acceder
a los centros oficiales hasta que la crisis se haya superado
(¿). Aunque en buena fórmula sería recobrar las llamadas
permanencias, con toda seguridad podrían llevarlas a cabo si
los centros educativos pudieran recobrarlas. El caso es que
alguna fórmula tiene que utilizarse para que estos alumnos
tan necesitados de apoyo puedan recuperarse, y no queden
descolados. ¿Una utopía?
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