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					La tentación vive en las Murallas Reales. Allí se ubica, 
					hasta esta noche, el Mercado Medieval. Los sonidos son el 
					primer reclamo; el aroma a limón o a jazmín -o a chorizo-, 
					el segundo. Es dificil no dejarse arrastrar, que los pasos 
					de este septiembre aún caluroso, no arrastren hasta el lugar 
					con más vida de la ciudad.  
					 
					Una vez atravesadas las puertas, uno ya está en el Medievo. 
					Empanadas gallegas, quesos manchegos, embutido extremeño o 
					dulces de todo tipo. Pasteles de chocolate, sabor a coco, o 
					caramelos. Enormes golosinas como las que vende Francisco 
					Javier, que aunque no tienen alcohol, emulan los sabores del 
					ron con cola, el vodka con naranja, el baylis o las fresas 
					con champagne.  
					 
					Una vez está el estómago lleno, el Mercado Medieval es el 
					lugar idóneo para olvidarse por unos momentos de la crisis 
					económica e invertir unos euros en objetos preciados. En los 
					ochenta puestos, cada cual podrá encontrar, entre todo tipo 
					de objetos, el regalo perfecto para la persona querida. 
					 
					Relacionado con los aromas hay multitud de recuerdos. Velas 
					sin llama, por ejemplo, o jabones aromatizados como los que 
					vende Francisco, un argentino que lleva diez años residiendo 
					en Alicante, aunque cree que ya es hora de regresar a casa. 
					Tiene ofertas, “especiales para los ceutíes”, de dos jabones 
					por cinco euros. Garantiza que el aroma dura un año, aunque 
					hay que “raspar” las capas. 
					 
					También por el olfato se llega a los ambientadores naturales 
					que vende Yurena, una ceutí que regresa a su ciudad cada 
					septiembre. El olor a melón, entre los frutales, o el aroma 
					a azahar, entre los florales, son los que más se venden.  
					 
					Sacos térmicos o lámparas de todo tipo son otros de los 
					regalos que uno puede encontrar en la feria. Se suman los 
					instrumentos musicales o los juguetes de madera para los más 
					pequeños de la casa.  
					 
					Aunque son las pulseras, los colgantes, los anillos o los 
					pendientes los objetos más demandados en cualquier feria que 
					se preste y muchos de estos se pueden comprar en el puesto 
					de la ONG ‘Hogar Suryoday’, que destinará parte de sus 
					ingresos a la campaña de recogida de alimentos de Cruz Roja. 
					La última jornada del Mercado se desarrolla hoy, de 11 a 
					14.30 y de 18 a 23 horas. 
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