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					La situación de crisis que vive el país y las normas 
					implantadas por el Gobierno de Mariano Rajoy van dando sus 
					frutos para erradicar usos y abusos fuera de la legalidad. 
					El fraude y el abuso sin escrúpulos está a la orden del día. 
					Así ha podido ser detectado en el cruce de datos que se 
					establece entre las diferentes Administraciones cuando entra 
					en juego la identificación por DNI y la actividad laboral 
					que desarrolla el investigado. De esta manera, pueden 
					detectarse verdaderos casos aberrantes de comportamientos 
					poco escrupulosos y abusos al erario público bajo diversas 
					modalidades. 
					 
					El fraude y el abuso sin escrúpulos está a la orden del día. 
					Así ha podido ser detectado en el cruce de datos que se 
					establece entre las diferentes Administraciones cuando entra 
					en juego la identificación por DNI y la actividad laboral 
					que desarrolla el investigado. De esta manera, pueden 
					detectarse verdaderos casos aberrantes de comportamientos 
					poco escrupulosos y abusos al erario público bajo diversas 
					modalidades. 
					 
					La situación de crisis que vive el país y las normas 
					implantadas por el Gobierno de Mariano Rajoy van dando sus 
					frutos para erradicar usos y abusos fuera de la legalidad, 
					en un país de pícaros como éste nuestro, donde la 
					perspicacia y el aprovechamiento de las circunstancias 
					favorables, ha llevado a casos que vamos a relatar, como 
					ejemplo de lo que no hay que hacer y, sin embargo, se hace.
					 
					 
					Hasta ahora, la relajación o la indiferencia han venido 
					marcando unas prácticas nada dignificantes ni éticas. Se ha 
					conocido el caso de un interino, prestando servicio en un 
					centro de trabajo de la Administración, originario de una 
					provincia andaluza y con familia, lógicamente en la 
					península, que de lunes a viernes desarrollaban su tarea 
					laboral en Ceuta, cogía el barco los fines de semana con el 
					billete bonificado, porque se había encargado de hacerse el 
					carnet de identidad en Ceuta y poner una dirección donde 
					tiene una casa alquilada. 
					 
					Así ha permanecido durante tres años, con esta situación 
					irregular: barco a la península los viernes a mediodía y 
					regreso en el último del domingo. Por su esto fuera poco, 
					aprovechaba los fines de semana para desarrollar un trabajo 
					en ujna empresa privada, por la que tenían percibía un 
					salario y, si aún tenía tiempo, todavía daba clases 
					particulares por horas. 
					 
					En definitiva, unos pingües beneficios, con la economía 
					sumergida a flote (y nunca mejor dicho), percibiendo dinero 
					por todos sitios y riéndose de la crisis. Un abuso al que la 
					Administración, que ha puesto en marcha su pesada maquinaria 
					lenta pero eficaz, a lo que parece, ha detectado esta 
					situación irregular, esencialmente, a través del DNI y el 
					sueldo estatal, cuyos datos cruzados y la residencia 
					peninsular en el catastro han hecho el resto. 
					 
					Los diferentes Ministerios, Hacienda y Seguridad Social, han 
					cruzado datos y han llegado a la conclusión de la actividad 
					fraudulenta del personaje en cuestión, lo que ha ocasionado 
					la correspondiente multa, sanción reglamentaria y recargo 
					con intereses de los abusos cometidos en los últimos tres 
					años. La desfachatez del autor ha sido grande, máxime 
					percibiendo un sueldo de la Administración y recibiendo en 
					la península una percepción subvencionada por la Seguridad 
					Social por la atención a persona dependiente. Y por si esto 
					fuera poco, empadronamiento en la península, para no perder 
					esta subvención de la Seguridad Social y, encima, con 
					billete de barco bonificado por “residencia” ficticia en 
					Ceuta aunque reflejada en el DNI, donde no le debieron 
					exigir el empadronamiento para expedirlo con tanta ligereza. 
					 
					Claro que, con ser sangrante este caso, no deja de ser la 
					muestra de muchos botones de fraudes. Por ejemplo, hay casos 
					de personas que incluyen en la desgravación fiscal por 
					compra de vivienda habitual, casas que han sido heredadas y 
					ha venido “colando” hasta ahora, momento en el que Hacienda 
					detecta que en los últimos cuatro años, el ciudadano sin 
					escrúpulos, lo ha venido haciendo, si bien esto no es lo 
					peor: lo ha aplicado desde hasta muchísimo tiempo que ya no 
					es exigible, pese a la sanción que ha recibido. 
					 
					Otros casos en diferente modalidad son el de algunos hijos 
					que realizan la Declaración de la Renta conjunta con la de 
					sus padres y, pese a percibir más de 8.000 euros anuales de 
					rentas, no incluyen el sueldo anual en la Declaración, lo 
					que ha “chirriado” a la Administración que ha detectado este 
					fraude, al que corresponde la lógica sanción por ocultación 
					de datos económicos. 
					 
					Quiere decirse que Ceuta es un verdadero “nido” de fraude, 
					no ya por aquéllas personas que nos llegan del norte de 
					Marruecos intentando sacar beneficios de nuestra asistencia 
					sanitaria y de la Seguridad Social, sino de los españoles 
					provenientes de la península que han encontrado, hasta ahora 
					en Ceuta, un verdadero “chollo” para aprovecharse 
					económicamente de esa dualidad residente-bonificaciones sin 
					perder sus percepciones anteriores. 
					 
					Lo lamentable de esto este desorden legal es que la 
					Administración no haya actuado antes disponiendo a su favor 
					de DNI, sueldo estatal, Declaración de la Renta, 
					empadronamiento y percepciones de la Seguridad Social por 
					ayuda de Atención a persona dependiente. Y si encima, la 
					empresa privada de fines de semana, declara sus nóminas, aún 
					peor, ya que el pluriempleo en distintos puntos de 
					residencia habría de haber supuesto un dato a tener muy 
					encuentra en todo este galimatías de abusos fraudulentos. 
					 
					En el estamento militar también parece que hay excesivas 
					residencias en Ceuta cuando en realidad se está viviendo en 
					la península. Así se explican las altas tasas de abstención 
					que se registran en Ceuta durante las campañas electorales. 
					De gente que figura que vive aquí y que en realidad no lo 
					están. Se han dado casos de personas que sólo vienen a Ceuta 
					a presentar la Declaración de la Renta y encargan a algún 
					vecino que les encienda la luz de manera temporal para 
					justificar el gasto y le abran el grifo por idéntica razón, 
					para dar sensación de que ocupan el inmueble. Ya se sabe 
					que, a efectos legales, para acreditar la residencia en un 
					lugar se ha de vivir más de seis meses en el mismo. 
					 
					Ceuta va a empezar de dejar a ser un “chollo” para los 
					amigos del fraude. Los cruces de datos van a seguir sacando 
					a flote muchas ilegalidades que estaban ocultas por la 
					dejadez, apatía o indiferencia de la Administración. La 
					crisis, al menos, va a aportarnos el beneficio de intentar 
					acabar con los defraudadores, de quienes tratan de 
					aprovecharse del esfuerzo de otros para multibeneficiarse 
					económicamente. 
					 
					Un asunto digno de estudio psicológico y legal. Ceuta ha 
					sido para toda esta gente sin escrúpulos un paraíso. Menos 
					mal que la maquinaria de la Administración comienza a poner 
					coto a tantos desmanes. 
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