La rueda de prensa de José Antonio Muñoz Serrano sobre la
conducta de Antonio García Gaona como presidente de la
Federación, ha sido motivo de alusión en la rueda de Prensa
del portavoz del Ejecutivo tras el Consejo de Gobierno.
Guillermo Martínez ha querido ser políticamente correcto y
ha tratado de navegar en todas las aguas aunque éstas bajen
turbulentas. Y no es el caso ni la conducta a adoptar, por
mucho que reparta parabienes a uno y otro: a García Gaona y
a Muñoz Serrano. Máxime cuando sobre la mesa hay una “bomba”
en forma de ilegalidad y a la que el Gobierno de Juan Vivas
(ellos sabrán porqué), quieren poner sordina.
Aquí, lo cierto es que, desde el Gobierno de la Ciudad no se
puede decir que la Federación de Fútbol es una entidad
privada, y olvidarse, a la vez, que se rige por la normativa
que regula a las Federaciones Deportivas y que es el Consejo
Superior de Deportes a través de la Consejería de Deportes,
quien ha de aprobar o no la modificación de Estatutos y que,
a la vez, la Ciudad Autónoma es quien controla el
funcionamiento de las propias Federaciones, ya que si no
fuera así, ¿cómo se pronunció en el conflicto entre García
Gaona y José Antonio Florentino si es una entidad privada?
Si es una entidad privada, ¿cómo la Consejeria de Deportes
ratifica o no los Estatutos, inscribe o no en el registro de
asociaciones deportivas y publica en el Boletin Oficial de
la Ciudad? Por cierto que, la modificación “made in Gaona”
no ha llegado a ser publicado en el BOCCE como tampoco se ha
atrevido nadie a firmar su trámite. Desde noviembre de 2009,
fecha en la que se suprimió la referencia a la
incompatibilidad de García Gaona, nadie se ha atrevido a
“coger el toro por los cuernos” y han dejado pasar el
tiempo, provocando que esta irregularidad duerma el sueño de
los justo y permanezca en un limbo pseudo-legal, al no haber
sido ratificada e inscrita en el Registro de Asociaciones
Deportivas por su evidente ilegalidad ni tampoco publicada
en el Boletín Oficial de la Ciudad Autónoma. Por tanto,
dicha modificación para eludir la incompatibilidad de García
Gaona como presidente de la Federación y sus vínculos
mercantiles derivados de este cargo, no puede considerarse
ejecutiva ni vigente.
De manera que ahora salga el portavoz del Gobierno hablando
de la Federación de Fútbol como una entidad privada, no deja
de ser un sarcasmo y una manera de salirse por la tangente.
Y en política hay que gestionar y, además, mojarse. No vale
lavarse las manos o mirar para otro lado. Hay que llamar a
las cosas por su nombre: al pan, pan y al vino, vino.
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