El tema de los asaltos a los
peñones de soberanía española por parte de inmigrantes
ilegales africanos procedentes de Marruecos, se ha resuelto
en esta ocasión de forma excepcional, lo que viene a
significar que los africanos se han ido por donde han venido
pero… De nada servirán los esfuerzos conjuntos mientras la
frontera con Argelia sea un coladero por la ineptitud o las
malas intenciones de las autoridades argelinas, que permiten
el paso por su territorio de avalanchas de inmigrantes con
destino a Marruecos. Lógico el planteamiento de la cuestión
de que es más rentable a largo plazo que España en
particular y la UE en general que son los grandes afectadas
por estas oleadas inmigratorias, realicen una inversión de
unos millones de euros para ayudar al Gobierno Marroquí a
blindar la frontera con Argelia con un sistema de vallas y
de vigilancia de alta tecnología. Cortando de raíz una de
las vías de acceso de las mafias ese punto geográfico dejará
de ser un coladero y hasta puede que Oujda recobre el
encanto de ciudad afrancesada que tuvo en los años sesenta y
posteriores, cuando hoy parece condenada a ser la parada de
cientos de africanos que quieren acceder ilegalmente a
Europa.
Cuando aludo a la rentabilidad lo hago desde la perspectiva
de que esta inmigración africana conoce y está informada de
que, hace ya muchos años que España padece una grave crisis
y no existe posibilidad de trabajar, pero vienen a la busca
de techo y comida gratis, sanidad y educación gratis y todo
tipo de ayudas que no salen cada noche de la máquina de
fabricar dinero del Gobierno, sino que están empapadas del
sudor y de las fatigas de los españoles. Y a largo plazo es
menos gravoso para un España el que García Margallo mueva
los hilos y consiga fondos feder para blindar la frontera
que el gasto que supone el tener que mantener de por vida a
los inmigrantes ilegales. Blindar las fronteras y organizar
un sistema de repatriación aérea desde Marruecos, por medio
de la Royal Air Maroc y bajo el control de la seria y eficaz
Policía Marroquí de los ilegales a sus países de origen,
ilegales a quienes la Unión Europea debería ayudar
financiando al Gobierno de Marruecos el montaje de grandes
centros de internamiento como los de Australia para proceder
desde allí a las devoluciones automáticas. Y no por un largo
periodo, porque desde el momento en que las mafias
comprueben las dificultades de acceso a Marruecos, el hecho
de que los inmigrantes van a centros de internamiento
cerrados y de allí al aeropuerto, las rutas darán un giro
radical. ¿Y por qué se quejan los profesionales
subvencionados de la buena conciencia de las ONG? ¿Es que
consideran muy caritativo para con los diez millones de
españoles que viven bajo el umbral de la pobreza el tener
que recortarles a ellos para mantener a extranjeros
ilegales? Pero también es cierto que sin extranjeros
ilegales no florecerían las oenegés, desaparecerían las
subvenciones y más de un listo con sueldo o gratificación se
iba a tener que comer los mocos. A las oenegés y a quienes
hacen de practicar la caridad un medio de vida no hay que
hacerles ni puto caso o hacerles caso prohibiendo por
Decreto Ley todo tipo de compensación económica a quienes
sean onegetistas, si quieren practicar las virtudes
lacrimosas que se las paguen de sus bolsillos, pero de
sueldos, gratificaciones, compensaciones o manejos de
subvenciones nada de nada.
Cuando hablo de estos temas lo hago con el humilde
conocimiento de causa que me otorga el haber colaborado como
analista geopolítica con el Plan Nacional sobre la Droga
cuando estaba dirigido por Pedro Diaz Pintado y
posteriormente por Gabriel Fuentes, más de diez años de
informes y análisis que acabaron cuando ambos fueron
designados altos cargos de Interior y si lo quieren
comprobar van y se lo preguntan. Con dos cojones. A ver si
se creen que como analista me acabo de caer de un guindo.
En una palabra: financiar el blindaje de la frontera,
instalar centros de internamiento y sufragar los gastos de
las repatriaciones. Lo que no se puede es dejar a los
ilegales sin medios para volver a sus países y metidos en
una especie de ratonera de la que solo pueden salir tirando
hacia adelante y lo malo es que el adelante somos nosotros y
no podemos sufragar más gastos. No podemos.
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