Los Planes de Empleo, aquéllos que
la Ciudad Autónoma de Ceuta con tanto alborozo reclamaban
para sí y que la Delegación del Gobierno se mostró
complaciente en ceder son ahora mismo un galimatías. Ni se
sabe quién los gestionará, ni las cuantías económicas a
percibir por los beneficiarios, ni el número de éstos así
como tampoco cuando entrarán en vigor.
Demasiadas interrogantes para un colectivo de parados de
12.671 desempleados que buscan una solución, aunque sea
momentánea, para paliar su situación laboral. Y ahora
resulta que la burocracia (“burrocracia” llaman algunos) les
envuelve en una nebulosa de incertidumbre con más
interrogantes que la W anglosajona para determinar los
parámetros a los que ha de responder el periodismo
anglosajón para dar respuesta a la composición técnica de
una noticia. Es decir: What, Who, When, Where, Why (Qué,
quién, cómo, dónde, cuándo y por qué). Y en este caso de los
Planes de Empleo habría que plantearse: Qué pasará, quien
los gestionará, cómo lo hará, cuándo se pondrán en marcha y
por quien, Ciudad Autónoma o Delegación o ambos a la vez.
Lo que no es de recibo es que Yolanda Bel, Consejera de
Presidencia, Gobernación y Empleo se descolgara en este
caluroso agosto diciendo que “lo de menos es quien los
gestionara”. Pero, mujer ¿con esas estamos? ¿No se habían
recibido con los brazos abiertos por parte de la Ciudad con
declaraciones grandilocuentes?
¿No será que todo Plan de Empleo, al margen de la subvención
acarrea unos gastos en material que complica ahora, a lo que
parece, su puesta en marcha? El tiempo corre que vuela y
para la selección de personal se precisa entre mes y medio y
dos, quiere decirse que, si a lo sumo en octubre no se
realiza, no habrá tiempo material para su puesta en marcha
y, mientras se mantiene en la incertidumbre y la inquietud a
los miles de parados que esperan estos Planes de Empleo como
agua de mayo.
No se puede gobernar a salto de mata o a impulsos,
desdiciéndose a cada momento, sembrando incertidumbres,
dudas, desconfianzas y, en definitiva, desasosiego como si
las tensiones originadas por la crisis económica, los
recortes y el paro, no fueran suficiente mortificación.
El silencio que envuelve a esta nebulosa de los Planes de
Empleo, lejos de tranquilizar, provoca recelo y
desconfianza. Son muchas las personas a las que se les
mantiene en ascuas y sin saber a qué atenerse. Un
despropósito tal que dice bien poco de los responsables
políticos y que sitúa a los desempleados en un callejón sin
salida. No se entiende la pasividad que apreciamos ante esta
situación en la Administración y, menos aún, cuando se ha
cacareado tanto de priorizar el interés general. ¿En este
caso no importa el interés general?
Se impone aclarar cuanto antes esta situación. Hay muchas
cuestiones por conocer y por aclarar. Todo menos el mutismo,
el pasotismo o la indiferencia. Se trata de un instrumento
del que también se desconoce si dará empleo por seis meses
como antes o por un tiempo más prolongado como quería la
Ciudad Autónoma de Ceuta. La oposición y los sindicatos
también tendrían algo que decir sobre esta situación que
mantiene preocupados a muchos desempleados. Es el momento de
afrontar esta realidad y si hay algún asunto oculto, hay que
sacarlo a la luz para ver a quien hay que “agradecerle” su
conducta cicatera para con Ceuta y los ceutíes. No es
comprensible que, con la que está cayendo (tasa de paro
disparada muy por encima de la media nacional) nadie diga
nada, nadie se explique y pase el tiempo sin soluciones. La
receptividad de la que tanto se ha hablado sobre el Gobierno
del Partido Popular, ha de demostrarse para que no quede en
palabras huecas y engañosas.
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