Por supuesto que “no” es
suficiente el montar el castillo hinchable para que jueguen
los niños y otorgar en un acto institucional un par de
medallas y hacerse “la” foto con el “sentido discurso” de
propina. ¡Se aburren hasta las ovejas!. ¿Y saben como
atesora nuevas ideas la gente en general y servidora en
particular? ¡Pues preguntando! Porque a ninguno nos dieron
de rorros la teta con la ciencia infusa inoculada y lo que
sabemos es por preguntar e indagar. ¿Y cómo he visto y
vivido “Dias de…” en otros lugares? Bueno, en honor a la
verdad diré que “el sentido discurso” es condictio sine qua
non, vamos, que hay que soltarlo en nombre de la corrección
política y resulta un factor irrenunciable. Casi tanto cómo
el convite a una paella popular si se celebra al mediodía o
a una celebración con sus espetos de sardinas hasta reventar
si es al caer la tarde.
Y siempre con buenos barriles de sangría fresquita, con su
fruta flotando para que el personal disfrute, se achispe, se
anime y olvide las fatiguitas cotidianas por mor de su
Autonomía que, como quiere a “su” gente desea que el día de
celebración sea un día de contento y de pasárselo bien en
amor y compañía. ¿Habré estado yo en paellas públicas con el
soso Francisco de la Torre, alcalde de Málaga?
Porque es lo que quiere el público: actividades
lúdico-gastronómicas, con sus toldos blancos tendidos en la
playa, sus mesas corridas con sillas de plástico que dejan
los de los bares, sus perolas de gazpacho fresquito y las
monumentales paelleras donde se fragua el arroz con carne y
marisco, sus costillitas de cerdo y sus gambas cómo avíos,
los mejillones, su miajita de pollo, las almejas y “un
salve, un padrenuestro y la gloria de sus manos” cómo diría
mi amigo el descansado Carlos Cano de su “Alacena de las
monjas”. La gloria de las manos que se santiguan antes de
acometer la paella es la de los cocineros ¿Arroz seco o
caldosito? Aquí ni el uno ni el otro, porque ni montan un
puto festejo popular ¡Con lo poquito que cuesta el traer a
dos tíos de La Línea o de aquí, uno al cante y otro al
toque! Ya saben, para animar y porque nuestra música es la
del sur del sur y la llevamos agarrada al ADN mismamente
cómo una lapa adosada con superglú. Nada. ¿Será por los
recortes?
No es moral recortar el disfrute del pueblo soberano, es
pura indigencia moral y arrebatarles detalles más poco ético
aún ¿Qué cuesta poner a una banda de música el Día de Ceuta
en la Plaza de África para que toquen pasodobles en honor de
la Virgen Morenita y la gente pueda bailar? Pero estos del
Gobierno son más sosos que una galleta de dieta y escatiman
en contento, que es donde no se debe escatimar. Porque Ceuta
“existe” y ayer era día de vivirla y de bailarla,
precisamente, sobre todo y antes que nada, por la “crisis”.
Puro marketing. Las agencias de publicidad a nivel nacional
han llegado al sabio acuerdo de lanzar mensajes bellos,
esperanzadores y positivos que optimicen a la desanimada
población. Y llegan y ensartan el mensaje de “adoptar a un
pueblo” porque a todo el mundo “le encanta” tener un pueblo
al que regresar. Y España se emociona, porque ese tipo de
guiños es de ser “como Dios manda” y ya dijo Estrabón que
Dios manda sobre todo lo bueno y lo bello del Universo. Y es
el Dios de las pequeñas cosas, más aún que de las cosas
sublimes. Marketing, falta marketing que pinte el cuadro de
nuestros sueños futuros con buenos brochazos de optimismo y
que nos repita “lo conseguiremos” vamos a pasar una rachilla
mala, pero mientras tanto “pasen a por el plato de paella y
no se pasen con la sangría y si beben no conduzcan”.
¡Valiente Día de Ceuta!
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