La Delegación del Gobierno aseguró el jueves que no se iba a
“dejar chantajear por la cuestión humanitaria” para abrir
nuevas vías a la inmigración irregular, pero al final no le
ha quedado más remedio que rendirse ante motivos claramente
de carácter humanitario. El mismo jueves por la noche
trasladó a la Ciudad Autónoma de Melilla a seis de los 19
inmigrantes que el miércoles llegaron a la Isla de Tierra,
un pequeño territorio español deshabitado situado junto al
Peñón de Alhucemas y a sólo diez metros de distancia de la
costa marroquí cuando hay bajamar, 30 metros con pleamar.
Según informaron fuentes de la Delegación del Gobierno, en
concreto han sido trasladadas tres mujeres -dos de ellas
embarazadas- y tres menores de edad. El más pequeño tiene
sólo ocho meses. El mayor está a punto de cumplir dos años.
Como sus madres, han estado casi dos días en un peñón
soberanía española, adonde llegaron en patera junto a sus
madres y otros 16 inmigrantes.
El Gobierno se estaba resistiendo a trasladarlos a Melilla o
a la Península, como ya había hecho con los más de cien
subsaharianos que han llegado desde mayo a España utilizando
los peñones e islotes que hay repartidos por el Norte de
África. Dejando a los inmigrantes solos en la isla,
llevándoles sólo ayuda humanitaria, pretendía cortar de raíz
el efecto llamada.
La única concesión que hizo el Ejecutivo fue llevar por la
noche, varias horas después de su llegada a la Isla de
Tierra, a las tres mujeres que se declaraban embarazadas y a
los tres bebés al Peñón de Alhucemas para que pudieran
recibir una atención más directa de la guarnición militar
que hay allí destacada.
Casi dos días después de la llegada de la patera, la
Delegación del Gobierno en Melilla decidió aprovechar que
anoche un helicóptero militar tenía que ir al Peñón de
Alhucemas para traer hasta la ciudad a las tres mujeres y
los tres bebés “por razones humanitarias”. Una de ellas está
en avanzado estado de gestación y otra dice estar
embarazada, aunque ayer todavía no se le había podido hacer
la prueba que lo confirmara, ya que su estado no es visible
todavía. De todos modos, se optó por traerla a Melilla
porque es madre de uno de los bebés. La tercera mujer no
está embarazada, pero es madre de los otros dos bebés. Los
seis llegaron el jueves por la noche a Melilla “en perfecto
estado de salud” y fueron acogidos en el Centro de Estancia
Temporal de Inmigrantes (CETI), que se encuentra saturado
desde hace semanas por la mayor presión migratoria que sufre
la ciudad desde que empezó a hacer buen tiempo. Los últimos
datos apuntan a que el CETI alberga a más de 600 extranjeros
irregulares, pese a que su capacidad máxima es de 480
plazas.
Tras pasar su primera noche en Melilla, los bebés y las
mujeres pasaron ayer por la Jefatura Superior de Policía
para ser identificados y realizar todos los trámites de
expulsión, como ordena la Ley de Extranjería.
13 siguen en Isla de Tierra
Mientras tanto, los otros 13 inmigrantes que viajaban con
ellos en la patera -10 hombres y tres mujeres- siguen en la
Isla de Tierra sin novedades, ya que la Delegación del
Gobierno no ha detallado si van a ser trasladados a Melilla,
la Península u otro punto del territorio nacional. Sí ha
precisado, no obstante, que los inmigrantes que llegaron al
islote el miércoles eran 19, en lugar de los 16 que
inicialmente apuntó. Los 13 que quedan en la Isla de Tierra
han recibido asistencia humanitaria básica por parte de los
militares del Peñón de Alhucemas, que les han llevado agua,
zumos y refrescos, y ayer también les llevaron comida,
mantas y otras viandas. Por la mañana todos recibieron
también asistencia sanitaria, especialmente un grupo de
cuatro inmigrantes, compuesto de tres mujeres y un hombre,
que presentaba síntomas de mayor debilitamiento y al que se
le han practicado exploraciones y tomas de tensión,
temperatura y niveles de glucemia. La Delegación del
Gobierno, en un comunicado de prensa posterior, desmintió
asimismo que alguno de estos inmigrantes haya fallecido o
haya visto resentida gravemente su salud.
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