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sociedad - DOMINGO, 2 DE SEPTIEMBRE DE 2012


Akihiro Koido, Shingo Kato y Haruna Fukasawa. p.g.

ENTREVISTA / Akihiro Koido, Shingo Kato y Haruna Fukasawa
 

«En Japón sería impensable que existiera un centro como el CETI para acoger a los inmigrantes»

Dos profesores de la ‘Hitotsubashi University’ de Japón y una asesora de la Embajada visitan el CETI para realizar un trabajo de investigación que compara la política migratoria de ocho países; les sorprende que España sea “muy permisiva”
 

CEUTA
P. Gardeu

ceuta
@elpueblodeceuta.com

Akihiro Koido, Shingo Kato y Haruna Fukasawa, dos profesores de la ‘Hitotsubashi University’ de Japón y una investigadora de la Embajada visitaron el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) el viernes, dentro de un viaje que están realizando para hacer un trabajo de investigación sobre el fenómeno migratorio en ocho países: Japón, España, Francia, Reino Unido, Austria, Australia, Estados Unidos y Corea. Les ha llamado mucho la atención los servicios que se dan en España a los inmigrantes. “En España, el control fronterizo es más permisivo, y en el caso de Ceuta vemos que el CETI es una institución muy humana que facilita la vida de los inmigrantes, sobre todo si se compara con Japón o Estados Unidos”, apuntan.

“Impensable” les parece que pudiera existir en Japón un centro de acogida de inmigrantes como el CETI (Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes) de Ceuta, sobre todo, “tan humano”. Así lo han explicado los profesores universitarios Akihiro Koido y Shingo Kato, junto a la investigadora de la Embajada de Japón en Madrid Haruna Fukasawa, que visitaron el viernes las instalaciones del CETI para comprobar cómo es el funcionamiento del centro, qué prestaciones se llevan a cabo y qué servicios podrían trasladarse a Tokio.

Pertenecen a un grupo de trabajo formado por diez personas de la ‘Hitotsubashi University’, una de las universidades más prestigiosas de Japón, en el cual están investigando la recepción de inmigrantes en diferentes países y las políticas de inmigración. “Tenemos un fondo nacional para hacer un proyecto de comparación de política migratoria”, explican. Cada equipo de personas está analizando un país y ellos se están encargando de España. En total se van a analizar ocho países: Japón, España, Francia, Reino Unido, Austria, Australia, Estados Unidos y Corea.

“En muchos países están incorporando inmigrantes en los últimos años”, explican, y describen que el fenómeno migratorio en su país es “mucho más lento” que en España. La velocidad es, precisamente, uno de los aspectos que más les llama la atención a estos profesores sobre cómo se desarrolla el fenómeno en este país.

“Los centros en España tienen una alta tecnología y capacitación, pero en Japón se mantiene un control más riguroso e inhumano de los inmigrantes que llegan”, explican. Lo mismo sucede, detallan, en centros como los de Estados Unidos. “En Australia también tienden a excluir o a querer más inmigrantes de alta capacitación”, comparan.

Los profesores reconocen que España y Japón tienen cosas en común en cuanto al fenómeno de la inmigración. “La historia en ambos países es recientes, antes mandaban emigrantes y desde hace unos veinte o veinticinco años reciben inmigrantes; sólo que en España el proceso tiene mucha más velocidad”, apuntan, y agregan que en su país, los inmigrantes ocupan en torno al 2% de la población total mientras que en España la cifra asciende al 13%. “En Japón, para aumentar en un 1% necesitan diez años, mientras que España aumenta en siete años unos cuatro millones, es una progresión drástica y en Japón podemos aprender mucho de ello”, apuntan. En ese sentido, relacionan esa diferencia con lo “restrictiva” que es la política migratoria de su país.

“En España el control fronterizo es más permisivo, y en el caso de Ceuta vemos que el CETI es una institución muy humana que facilita la vida de los inmigrantes, sobre todo si se compara con Japón o Estados Unidos”, apuntan, y explican que en su país no existen centros de residencia, sino “de retención”; los centros son más similares “a una cárcel” y en ningún caso se les dan las prestaciones que se dan en España. “Ellos pueden aprender japonés, pero no se les enseña ni es para trabajar en Japón”, agregan.

En ese sentido, les ha sorprendido también los servicios sanitarios que los inmigrantes reciben en España, a pesar de que ayer entraba en vigor las medidas del Real Decreto Ley por las que se limita la atención sanitaria, a excepción de las urgencias, a inmigrantes irregulares. En Japón -explican-, los trabajadores deben pagar el 30% de lo que cuesten las prestaciones sanitarias que reciben, mientras que los inmigrantes deben pagarse la cobertura al cien por cien o no recibirla. “A veces hay instituciones al estilo de Cruz Roja que cubren parte de esa sanidad, pero sólo en algunas zonas del país”, matizan.

La mayoría de los inmigrantes que reciben en Japón -apuntan- provienen de China o de Brasil, en muchos casos con raíces japonesas, pero la situación es mucho “más excluyente”, y esa es “una de las razones” por las que quieren presentar este proyecto en la Universidad, según indican estos profesores.
 

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