Las primeros en dar la voz de alarma fueron las asociaciones
no gubernamentales y entidades solidarias como Cáritas, Cruz
Blanca o Digmun, que hace semanas reconocían ya el aumento
de ciudadanos que visitaba sus oficinas en busca de algún
tipo de ayuda. Esta misma semana Cruz Roja lanzaba un
comunicado reclamando donaciones urgentes de alimentos, ya
que su programa ‘Cerca de tí’, creado para paliar las
necesidades más urgentes entre la ciudadanía en riesgo de
exclusión social se quedaba sin fondos. La consejera de
Asuntos Sociales, Rabea Mohamed reconoce que el número de
usuarios se ha elevado hasta duplicarse en el caso del IMIS.
Los efectos de la crisis económica se notan y mucho en las
dependencias de la Consejería de Asuntos Sociales, donde el
número de solicitudes de ayuda de algún tipo se ha ido
incrementando a lo largo de los últimos meses según reconoce
la consejera, Rabea Mohamed.
Multitud de familias llegan pidiendo ayuda “para pagar
algunas mensualidades del agua o la luz, para ropa de los
niños, para el alquiler ...” explica Mohamed, que dice que
en muchos casos hay que derivar a estas personas a entidades
colaboradoras como Cruz Blanca o Cáritas con quien la ciudad
tiene convenios para que se les entregue una ayuda
inmediata, por ejemplo, en el caso de los alimentos.
“A las familias que vienen con problemas inmediatos se le
puede gestionar una ayuda , pero si necesitan algo urgente,
para el día siguiente les enviamos a Cruz blanca o Cáritas,
para que les puedan dar una respuesta. Les llamamos por
teléfono y van con un papel de servicios sociales para
recoger una bolsa de alimentos”. Y es que según reconoce la
consejera la ayuda de la propia Consejería, incluso si reúne
las condiciones para recibirla, “va a tardar en llegarle”.
A cada usuario nuevo se hace un expediente, que “tarda
porque hay que hacer un estudio”. La familia debe aportar
toda la documentación, el número de miembros y su
situación... Después los trabajadores sociales hacen una
visita a su domicilio. Según estima Mohamed este proceso
puede alargarse hasta tardar unos dos meses.
Este incremento en la demanda, que ha duplicado hasta el
momento el número de beneficiarios del Ingreso Mínimo de
Inserción Social que gestiona Asuntos Sociales en lo que va
de año es, según Mohamed, una de las razones por las que se
ha modificado el presupuesto del área y no es en el programa
del ayudas al alquiler, sino en Acción Social, “que es donde
gestionamos las ayudas económicas a las familias”.
El departamento recibirá 120.000 euros más de presupuesto
que ya está previsto en el expediente de modificación de
crédito que se aprobará a lo largo de este mes. Con ello se
invertirá en “atender a esas familias que están en el paro y
no tienen suficiente para cubrir sus necesidades básicas”,
concretó Mohamed.
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Un nuevo perfil de usuario, más heterogéneo y más clase
media
La sede ceutí de la Red Europea de
Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social en el Estado
Español (EAPN), a través de la información que recopila
desde distintas entidades que colaboran para integrar y
ayudar a las personas en riesgo de pobreza y exclusión
social avanzó hace pocas semanas a este medio las
conclusiones de algunas de estas entidades, como Cruz Roja,
Digmun, Cardjin o Cáritas, tras los últimos meses de verano
en cuanto a las demandas de usuarios. La mayoría señaló un
incremento en los usuarios, además de una diversificación en
el perfil de los mismos. Según informaron cada vez son más
las familias en las que ninguno de sus miembros tiene
trabajo, o las que, incluso con un empleo, no son capaces de
hacer frente a los gastos básicos de vivienda, alimentación
o luz y agua. Según las organizaciones, en muchos casos se
observa que son cada vez más las familias de clase media que
acuden a solicitar algún tipo de ayuda.
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