ACTUALIDAD - DOMINGO, 2 DE SEPTIEMBRE DE 2012

CEUTA
P. Zumeta
ceuta@elpueblodeceuta.com

Los pasajeros han sufrido en estos dos últimos días los colapsos y los retrasos en los barcos a causa de la fase de retorno de la Operación Paso del Estrecho. Algunos de ellos, con billete “cerrado” tuvieron que esperar hasta “dos horas” para conseguir embarcar en los buques. “Es una vergüenza”, afirmaban.

Los pasajeros han sufrido en estos dos últimos días los colapsos y los retrasos en los barcos. Una de las usuarias, que tenía un billete “cerrado” para el barco de Balèaria de las 6.00 horas de ayer, manifestaba su malestar mientras esperaba a las 11.00 horas a subir “de una vez por todas” a un buque. Durante la mañana muchos conductores hicieron sonar los ‘claxon’ de sus vehículos para mostrar su disconformidad con una situación que “no se había previsto”. “Si no, los residentes no estarían metidos en la misma cola de embarque que el resto”.

Uno de los afectados por los retrasos, el secretario general del Partido Democrático y Social de Ceuta (PDSC), Rafael García, explicaba ayer a EL PUEBLO su indignación: “Me he pasado desde las 5.15 hasta las 10.00 horas para subir a un barco, y el resto de pasajeros, también residentes, han pasado por lo mismo que yo; nos hemos manifestado y al final han abierto un carril de emergencia para los residentes; es una vergüenza lo que se ha vivido aquí”. García añadía: “No se puede consentir lo que ha pasado porque la oferta de Baléaria de 80 euros por cuatro pasajeros y un vehículo ha hecho que los usuarios normales de la línea de Tánger vengan hasta Ceuta”. “¿Y los ciudadanos de Ceuta? ¿Qué beneficios tienen?”, se lamentaba amargamente. García ha anunciado que emprenderá medidas legales porque “ni en las ventanillas había hojas de reclamaciones”. “Ha habido familias que han tenido que dormir con sus niños pequeños dentro de los coches”. “Me gustaría saber dónde está el dinero que se ha invertido en la Operación Paso del Estrecho...”, finalizaba.

Por otra parte, una pareja de residentes también relataba la experiencia vivida en la mañana de ayer. “Llevamos aquí dos horas pero es lo que toca”, se resignaban. “¿Para qué te vas a quejar?”, apostillaban.

Otra de las usuarias comentaba que “no todo el mundo vuelve de vacaciones; algunos tenemos cosas que hacer en la península”. Y es que la mujer tenía que llevar a una compañera suya hasta Jerez. Otro pasajero le decía: “A mí me toca viajar hasta Valencia, pero no sé cuándo llegaré”.

Muchas fueron las familias que tuvieron que pasar una media de “dos horas” para poder embarcar sus vehículos y viajar. En Algeciras también se vivió, según testigos, una situación “similar”.
 

El certificado de residencia, obligatorio para todos

El Ministerio de Fomento ha detectado, según informa la Agencia Efe, que cerca de un 6% de los viajeros que, como residentes en Canarias, Baleares, Ceuta y Melilla, han disfrutado en 2011 de la subvención del 50% en el importe de su transporte aéreo y marítimo, “podría no cumplir con los requisitos” contemplados en estas ayudas. Así se señala en un estudio de la Dirección General de Aviación Civil, al que ha tenido acceso Efe, y el cual ha sido realizado con información de 600 pasajeros “residentes” y enmarcado en el Plan de Calidad de Fomento, que pretende mejorar la eficiencia y el control de las subvenciones que se otorgan.

Desde principios de este año se ha puesto en marcha este Plan de Calidad que ha detectado que, por ejemplo, un grupo de 33 pasajeros realizaron más de 200 trayectos durante el año pasado y consumieron, de media unos 10.000 euros de subvención para cada uno. También se ha comprobado que casi un millón de euros del presupuesto ejecutado en 2011 fue a parar a un reducido grupo de 231 pasajeros y que una sola persona viajó 465 veces el pasado año con estas subvenciones.

Fomento está investigando estos casos, y todos aquellos que se hubieran podido producir, con el objetivo de evitar “más posibles fraudes”. La medida que entró en vigor de portar el certificado de residencia busca asegurar que quienes tengan derecho a la subvención la sigan recibiendo y que, quienes no la tengan, dejen de recibir un dinero que “no les corresponde”.