Demostrado está que le copago de
las recetas, a pesar de las criticas recibidas da sus
resultados, ahorrando una buena cantidad en medicamentos y
dinero, al mismo tiempo que se acabará, con el paso del
tiempo, eso de tener cada uno de nosotros un cajón de
medicinas que no valen para nada, con el coste que ello
conlleva.
Sin embargo muchos más miles de millones se ahorrarían, si
se hiciese como en Francia, donde el médico le receta a
usted la cantidad justa de medicamentos necesarios para
tratar de curarle. Por ejemplo tres inyecciones y cuatro
patillas, haciéndole volver una semana después y si es
necesario le volverán a recetar la cantidad de medicamentos
que necesite para su total curación.
Y ya que estamos hablando del asunto, voy a comentar la
situación vivida por mi enano y su esposa, pensionistas y
enfermos crónicos, que necesitan sus medicamentos para
mantener su salud. Puesto que a los enfermos crónicos no les
puede faltar su medicación.
Jefe, las once menos diez de la mañana, llego al Centro de
Salud del Recinto, para pedir cita a mi médico de cabecera,
como vengo haciendo cada mes. Cojo el número el 88, a las
doce y diez me toca pasar.
Me dirijo al funcionario y le solicito cita, para mi y mi
esposa para el médico de cabecera, Mi médico no está y me
dice que para ver al que lo ha sustituido, me puede dar cita
para el día tres de septiembre. Le explico que somos
enfermos crónicos, que necesitamos esos medicamentos y que
el día uno vamos a salir de viaje.
El funcionario amablemente, las cosas hay que decirlas tal y
como son, me insiste que sólo me puede dar cita para el día
tres. Le insisto en que somos enfermos crónicos y que nos
marchamos de viaje el día uno por lo que nos será imposible
estar el día tres, y que esos medicamentos los necesitamos.
El funcionario amablemente, quiero que esto quede claro, nos
dice que él no puede hacer otra cosa. No insisto más porque
esto seria un dialogo de besugos.
Lo que me choca, jefe, es que cuando voy a solicitar cita
par mí médico de cabecera, como muy tarde me dan para
cuarenta y ocho horas después, Por eso no entiendo cómo para
ver a la sustituta, solicitando cita el día 27 me dicen que
no me puede recibir hasta el tres de septiembre. Usted qué
piensa de todo esto.
La verdad, enano, es que no entiendo la tardanza para ver a
la sustituta, a no ser que tenga mucha demanda o que esté
sustituyendo a otros médicos también. Aunque, pensándolo
bien la culpa es tuya por irte de viaje.
Jefe, por el amor de Dios, no me diga eso que me deja
desarmado. A ver si ahora, no me puedo ir de viaje con mi
señora, cuando me plazca.
Puedes irte, pero te tendrás que atener a las consecuencias,
marchándote sin los medicamentos que todo crónico necesita.
¿Jefe y si por una casualidad, necesito perentoriamente esos
medicamentos que no me lo venden, algunos de ellos, sin
recetas qué hago?.
Pues tranquilamente, enano, estiras la pata y uno menos.
Buen viaje.
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