Los once desempleados que se amotinaron en la estructura de
la obra de las 317 Viviendas de protección Oficial en Loma
Colmenar el pasado miércoles, abandonaron ayer por la tarde
su protesta. Los parados de la construcción, que pasaron
allí la noche, desistieron de este modo de protesta al
notener agua ni provisiones para continuar. A primera hora
de la tarde las obras de construcción se habían reanudado ya
con normalidad.
Las obras de construcción de las 317 viviendas de protección
oficial situadas en la zona de Loma Colmenar, frente al
Hospital Universitario de la ciudad autónoma, se reanudaron
ayer a primera hora de la tarde, una vez que los
desempleados que se habían encerrado en ella el día
anterior, abandonaron su protesta de manera voluntaria.
Los parados del gremio de la construcción, decidieron dejar
este modo de protesta por su propia iniciativa, tras pasar
más de 24 horas dentro de la estructura de la obra, al ver
que su reclamación no producía ningún tipo de respuesta
entre los responsables de la administración ni la empresa
constructora.
Al no tener agua ni alimentos, algunos de los allí
concentrados empezaban a encontrarse débiles, y según
comentaron algunos de ellos temían ser detenidos por las
fuerzas de seguridad.
“Estamos esperando a ver si nos dan respuesta, y si tienen
pensado no hacerlo nos vamos a otro sitio”, explicaba un par
de horas antes de bajar uno de los parados, de nombre Ali.
“Hace tres días nos dijeron que si podríamos esperar seis
meses para trabajar. ¿Quién puede esperar ese tiempo?”, se
lamentaba.
Con el ánimo y la voz tocados por una improductiva jornada a
la intemperie el ceutí comentó que “se nos había insinuado
que poco a poco iría entrando gente, pero han contratado ya
a tres o cuatro y ninguno es de los que estamos protestando
desde hace meses. Queremos que cuenten con nosotros, ya
tienen nuestros currículums”, matizó.
“Estamos cansados y estresados”, dijo a modo de portavoz del
resto poco antes de bajarse de la obra. “Aquí no estamos por
gusto. Nos duele. Nos sentimos pisoteados”, comentaron. Así
las cosas, poco después de las cuatro de la tarde los
amotinados habían abandonado la obra por voluntad propia.
En pocos minutos la obra recuperó la normalidad al regresar
a sus puestos de trabajo los empleados que durante el día
anterior no habían podido acceder a su labor.
De momento no ha trascendido si la empresa constructora
tiene pensado denunciar el retraso que esto ha podido
significar para la obra.
Los trabajadores, que el pasado miércoles aseguraban no
estar afiliados a ningún sindicato avanzaron que sí iban a
reclamar el sueldo perdido al no haber podido acceder a sus
puestos con normalidad.
|