¿Han tenido ustedes la ocasión de
asistir a una función o al menos de ver por televisión
alguno de los prodigiosos números artísticos del Circo del
Sol? Considerado el mejor espectáculo de todos los tiempos
en él se conjugan creatividad, arte, férrea disciplina de
entrenamientos deportivos en los artistas, resplandeciente
trabajo de equipo y una voluntad absoluta de hacer de cada
función un espectáculo inolvidable. Y lo consiguen. Con la
moral japonesa del esfuerzo aplicada como estilo de vida.
Podrían preguntarse los motivos de esta explicación anterior
a un sencillo análisis de los puntos y axiomas señalados por
el Presidente de la ciudad de Ceuta en su primera
comparecencia posvacacional y los fundamentos de esta
“entradilla” son muy sencillos. Si Juan Vivas se propone
“hacer más con menos dinero” también está presuponiendo una
determinada actitud por parte de la ciudadanía. Y no se
equivoca al hacerlo porque al tener la mayoría absoluta y
abrumadora está pregonando que los votantes han apoyado por
anticipado “las medidas que se venían venir” y que están
conformes con apretarse el cinturón, la pernera del pantalón
y el elástico de las bragas para hacer renacer a esta España
que unos botarates, ignominiosos y más tontos que mandados a
hacer de encargo, nos han arruinado.
Así hacer grandes esfuerzos y tener las mayores expectativas
disponiendo de menores cantidades que en épocas pasadas,
constituye en sí un reto y será, en sí misma considerada,
una auténtica exhibición de malabarismo económico y
financiero y una lección magistral sobre cómo y de qué
manera con una buena planificación, parida por las mentes de
los artistas, no del Circo del Sol, sino de las facultades
de Económicas y de Derecho, con cientos de horas de estudio
pegadas en las coderas de sus camisas, si el Gobierno vale 2
y la ciudadanía otros 2, juntos no suman 4 sino 8. Un
aforismo muy normal en politología.
Hoy, por cierto, en los medios de comunicación se
enjaretarán comentarios sobre la promoción del desarrollo
económico y del empleo, la agilización del pago a
proveedores (ya va siendo hora, aunque después de tanto
tiempo se supone que los dineros “habrán criado” y se les
resarcirá con intereses) la sempiterna cohesión social que
es una de las cursilerías-tipo de las mentes políticamente
correctas y que “queda muy bien” en los discursos, el
respeto a los actuales empleos en las empresas municipales,
que es certera medida porque no le quita el pan de la boca a
ningún hijo de Dios, los omnipresentes MENA a quienes no se
repatría con derechos, garantías, parabienes, circunloquios
y cena de despedida a su país de origen, el cercano
Marruecos en virtud del Convenio Bilateral de 1997 de
repatriación automática porque el Delegado debe estar
empeñado en otros menesteres y mientras tanto esos muchachos
están comiéndose el pan que le quitan de la boca a los
10.000.000 de pobres españoles y… ¡Cuidadín, cuidadín!
Tambien se ha aludido con escasa diplomacia, faltando al
respeto a la voluntad de la mayoría absoluta legitimada por
las urnas y conculcando los derechos y las sensibilidades de
los votantes de “perseverar en la búsqueda de consenso”. ¿Y
qué significa exactamente el que se tenga que “buscar
consenso” con una oposición que es puramente testimonial y a
la que el pueblo de Ceuta ha castigado duramente en las
urnas? Aquí, Presidente el único “consenso” que es tolerable
es el de que la oposición aplauda, secunde y esté encantada
con lo que decide la mayoría demostrando con esta actitud el
respeto y la deferencia que les merece la opinión y
cualquier estrategia de aquellos que representan los
sentires, quereres y cojones de la mayoría absoluta. Nada de
compadreos, ni de dejaciones, ni de “tratar de contentar a
fulanito para que no se mosquee”. Se ha votado a este
Ejecutivo de economistas, abogados y hombres y mujeres
excepcionales para que materialice nuestra santa voluntad,
que es la de las urnas y que surgió tras un recuento y dando
palmas por bulerías y no para que se atienda a quienes no
han sido capaces de levantar cabeza en las votaciones y a
quienes el pueblo ha dicho un “no” del tamaño de la carpa
del Circo del Sol, aunque no me parece bien que digan que a
determinados opositores “nunca” les contrarían para el
selecto espectáculo porque en ese circo no actúan monos, eso
es una crueldad, si acaso les rechazarían porque no saben
hacer volatines ni equilibrios macroeconómicos y encima no
cuentan con la confianza del director de pista que es a la
vez el director del Banco Central Europeo que a nosotros nos
quiere entrañablemente, pero a ellos no.
¿Y Vivas lo hará bien cómo malabarista? Sí. No valen
excusas. Horas de entrenamiento le sobran y su capacidad no
le tocó en una tómbola sino que le viene muy currada, muy
estudiada y con muchas pestañas perdidas entre las páginas
de libros y de informes. En la función triunfará y nosotros,
todos, trabajando en equipo y “a la japonesa” también
triunfaremos.
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