Adelante mis valientes / con la
espada, con los dientes / asaltemos bancos, supermercados y
fincas ilegalmente / Que sí, que sí/ Que nada nos puede
pasar / Somos la banda del “valiente” Manolin/. ¡La banda
unidad, jamás será vencida!.
Esta banda del “valiente Manolin, lucha por los que menos
tienen, por eso no quieren saber nada de los ERE. A pesar de
que se han llevado “calentito” más de mil millones de euros,
que pertenecían a los trabajadores.
Nuestra banda, la banda del “valiente Manolin, seguiremos
asaltando supermercados, fincas y entidades bancarias
ilegalmente, pero jamás nos manifestaremos delante del
Parlamento Andaluz, para exigir que se devuelvan los más de
mil millones de euros de los ERE que pertenecen a los que
menos tienen, los trabajadores.
¿Qué, qué, qué?. Somos la banda del valiente Manolin. Somos
una banda de Carnaval y por coplilla de chirigota de Cádiz
le vamos a cantar. “Manolin su gran valor ha demostrado /
asaltando entidades bancarias, fincas y supermercados / Ha
dicho con todo amor / que es para él ir a la cárcel un
honor/ ¿Se puede ser más valiente?. Manolin tiene el valor
más que demostrado / Por eso se niega a entregar su acta de
diputado”.
Cómo será de importante el valor del valiente Manolin y su
banda, que a su paso por los pueblos cierran entidades
bancarias, comercios y supermercado. Asaltan una finca, se
comen una paella y se dan en la piscina un buen baño. No es
que tengan miedo de ser asaltados, es un homenaje a la
“Santa Marcha”
Lo que no entiendo muy bien la razón por la que le PSOE se
haya negado a reprobar en la Cámara a este esperpéntico
diputado, a igual que IU apoye sus acciones- delictiva en
muchas cosas_ con tal de verse libre de él.
Por supuesto que la culpa de sus desmanes no la tiene él
sino quienes lo consienten, un Gobierno que tiene guante de
seda contra estos delincuentes y una Junta que lo pasaría
mal si a Gordillo le diera por dirigir a su banda
manifestándose contra la corrupción en el asunto de los ERE.
Gordillo no es más que la figura de un anacronismo pero que
le viene de perlas a a sus socios, mientas de dedique a
vagar por esos campos. En la Unión Soviética, en Cuba, en su
amada Venezuela, le habían pasado por la piedra por sólo
intentar lo que aquí está haciendo. Él lo sabe perfectamente
después de tres decenios de esperpentos y una buena pasta
gansa a final de mes.
El sábado pasado en el programa de la “telemierda” titulado
“El Gran Debate”, de nuevo apareció Cañamero, diciendo el
mismo discurso añejo de siempre, nombrando a los bancos, la
duquesa de Alba, las grandes superficies mientras volvía a
dar los números de los porcentajes de las tierras
pertenecientes a los poderosos.
Sin embargo dijo algo que dio la definición, más perfecta
que se ha dado del sistema comunista, al preguntarle por qué
uno de los mandas sindicalista había pasado con su familia
un fin de semana en un hotel de cuatro estrellas. Eso es el
sistema comunista, señor Cañamero, los que mandan y los que
le rodean, vivirán a cuerpo de rey, mientras los de las
pancartas seguirían la lucha hasta que los mandas lo crean
necesario. Después desaparecerá sin que nadie se acuerde de
ellos, pasando a engrosar la lista de aquellos que van a
pasar más hambre que un caracol en un espejo.
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