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La promesa de un mapa de ruido, en
el que se viene trabajando por parte de la Ciudad desde
2010, es aún eso, una promesa. La última noticia que se tuvo
de este importante asunto fue el pasado mes de febrero,
cuando la Ciudad anunció durante el Pleno de la Asamblea que
el documento estaría listo “antes de junio”. Desde entonces,
nada se ha sabido, y eso a pesar de que este ‘mapa’ está
íntimamente relacionado con una importante Ordenanza, la de
Terrazas y Veladores, ya aprobada, aunque aún sin aplicar.
El informe de sostenibilidad ambiental del PGOU señala esta
carencia, así como la de una red de estaciones de control y
vigilancia de la calidad del aire. Mal camino para un
Gobierno que persiga unos altos estándares de calidad de
vida para los ciudadanos.
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OPINIÓN / EDITORIAL
